Descripción

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DESCRIPCIÓN

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Inicialmente fui al templo del Carmen, en donde me senté en la jardinera estaba todo tranquilo vi como pasaba la gente para reunirse con sus amigos, familia, pareja, me pare y fui a la tienda de enfrente compre maíz, regrese al mismo lugar entonces vi como un pichón se me acercaba extendí mi mano con maíz el pichon tomo el maíz.

Después de eso ya no era una paloma eran varias, bajaban en grupo para comer algo de maíz, eso no fue lo único bonito también el clima ese atardecer tan fantástico, el color naranja, amarrillo una combinación muy bonita. No era tan estresante el centro después de todo, a pesar de la cantidad de gente que pasaba y se situaba cerca. Los niños se acercaban a darle de comer a la cantidad de pichones que llegaban, es claro que su inocencia y humildad me hicieron pensar que no se necesita todo para ser feliz.

Por un momento pensé es una de las mejores sensaciones que se puede tener, ver a varias personas disfrutando de su tarde, se miraban muy felices. Cuando estaba a punto de irme llego un señor con cantidades de rosas, el aroma tan delicado de esos que te regresan a algún recuerdo, viendo como las vendía su rostro reflejaba cansancio, de rato ya solo le quedaba unas cuantas, las cuales compre para que el señor se fuera a descansar, en realidad uno no sabe el esfuerzo de como tuvo que cultivarlas, tráelas cargando para que su familia el día de hoy tuviera que comer en su mesa, todo el esfuerzo dedicado siempre tiene felicidad al ver que su logro salió como esperaba.

Finalmente escuche las campanadas del templo, la gente iba ingresando en él, las madres iban entrando atrás del padre que iba a dar la misa para todas aquellas personas, los pichones se fueron volando, por un momento mire al cielo y vi como varias aves en parvadas ya a iban a su hogar, fue un largo día para todos no solo sufren los humanos si no también los animales.

Las familias se fueron con sus pequeños ya que quedaron agotados por estar corriendo en todo el alrededor, yo me fui con una gran lección y una paz que no imagine encontrar en ese lugar, los detalles más pequeños son los que más significan para empezar a hacer feliz.

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