Descripcion

Me encuentro descansando con un poco de frio, en mi rostro los primeros rayos de sol. Estoy sentada en una de tantas bancas blancas que se encuentran en este lugar; un espacio de forma redonda que se encuentra en el centro de la ciudad rodeado de cuatro portales en arco que están en proceso de restauración, le dan un toque de misterio.

Tiene grandes árboles que no parecen viejos se ven llenos de vida; con sus hojas verdes y brillantes, con ramas altas en las que se posan las aves y me deleitan con su trinar, en cambio sus cuatro fuentes circulares parecen estar en agonía, el agua que contienen está sucia e inmóvil.

En el centro de este tranquilo lugar se localiza un kiosco algo deteriorado y que por el momento se conserva en reconstrucción. Sus jardines son bellos pero con el frio hay pocas flores un y poco quemadas.

Sentada con gran tranquilidad a pesar del ruido producido por los autos que pasan a mi espalda, gente que va a toda prisa por que ha llegado el tiempo de ir a trabajar, los obreros trabajando en el mantenimiento de este lugar que llaman la atención de cualquiera por su peculiar uniforme; un chaleco naranja y un curioso casco amarillo.

Me entretiene pensar que la gente está aquí por el mismo motivo que yo; para descansar y aunque sea por un momento alejarse del ajetreo de la ciudad. Algunos leyendo el periódico, otros cuantos charlando, otros solo observando y degustando su bebida caliente adquirida de los puestos que al fondo puedo ver y no podía faltar la pareja de enamorados que a pesar de que el reloj, dé la enorme y bella iglesia, con su sonido peculiar marque cuarto para las nueve y el revolotear de las enfadosas palomas ellos siguen dándose calurosos abrazos y besos tiernos amorosos para así demostrarse su amor.

Un lugar tranquilo para descansar, tomar decisiones importantes, entablar una amena charla, para así dar paso a tus deberes habituales y regresar al ritmo de la cuidad cargado de energía.

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