EL TIEMPO Y LA EVOLUCIÓN
Enviado por olguines • 11 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 1.314 Palabras (6 Páginas) • 236 Visitas
EL TIEMPO Y LA EVOLUCIÓN
La literatura es un término que destina a un acto pelicular de la comunicación humana y que podría definirse, según la palabra latina que le da origen,”litterae” como arte de escribir, escritura, alfabeto, gramática, conjunto de obras literarias.
Este término también se aplica al conjunto de obras escritas de un país (literatura griega, Argentina, catalana), o de una época (literatura Medieval, literatura Contemporánea), de un estilo o movimiento (literatura Romántica, surrealista, creacionista); con referencia al romanticismo, este es el movimiento literario que se originó a fines del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Se caracterizó por dejar que los escritores explotaran su imaginación, en él se resaltó la belleza de la mujer y la naturaleza como sinónimo de inspiración, se utilizó la repetición de palabras y exclamaciones en los versos, se idealizó el amor, la muerte, la soledad, la vida, la descripción, imposición de la irracionalidad, tendencia a vivir como se escribe, (esto hizo que los románticos tuvieran un modo de vida diferente a los demás), las ideas y los sentimientos empezaron a tener importancia, el espacio geográfico es resaltado, se implementó la nostalgia del pasado, pues se llegó a pensar que todo tiempo pasado fue mejor, se utilizó el termino romántico con el fin de hacer desaparecer las novelas de caballerías y de hechos fantásticos que dejaba la independencia.
Una de las escritoras destacadas del romanticismo fue Mary Shelley, muy reconocida por ser la autora de la novela gótica Frankenstein o el Moderno Prometeo (1818). Esta obra narra la historia de un hombre que desde muy joven quiso investigar, aún más, quiso desafiar a la muerte haciendo experimentos científicos dando vida, ya que él quería crear la vida propia.
Es así como lo logra. Creando a un monstro hecho de partes diferentes y sin identidad alguna, durante la culminación de tan contradictorio experimento, éste se arrepiente y se va atemorizado de su creación y huye hacia su hogar después de tan arduo trabajo. Es allí donde empieza la lucha con el ser creado insatisfactoriamente.
El monstruo creado por Frankenstein tiene autoconciencia, sufre, se da cuenta de que se quema si toca el fuego. Esta noción de cuerpo, desde la autoconciencia, es cartesiana. El monstruo tiene un cuerpo, o más bien una suma de partes diferentes, que proceden de distintos cadáveres, que unido a una psique (la chispa vital que el Dr. Frankenstein descubre) dota de vida al monstruo. Mary Shelley lo cuenta así “Una lúgubre noche de noviembre vi coronados mis esfuerzos. Con una ansiedad rayana en la agonía, reuní a mi alrededor los instrumentos capaces de infundir la chispa vital al ser inerte que yacía ante mí”.
El cuerpo, vemos que es una de las tres partes del ser humano, las otras dos son el alma y el espíritu (cuerpo, alma y espíritu), suele usarse “alma” para referirse a la parte del hombre que no puede medirse, que no tiene una dimensión anatómica o fisiológica o, en general, a lo que no está sujeto a leyes físicas. El “cuerpo” es la parte del hombre cuantificable, sujeto a leyes físicas, el “Espíritu” es la intuición, conciencia, comunicación con Dios. De esta concepción se infiere que el hombre es un agregado de tres partes en mención.
De otro lado, “Descartes cuenta como de lo único que no puede dudar es de qué duda; si duda es que piensa y si piensa es que existe. Así llega a su conocido: pienso, luego existo (o soy). Lo único seguro es que tiene pensamiento. Soy una cosa que piensa (res cogitans). El cuerpo es lo otro, lo secundario, lo que no es pensamiento: res extensa.”
Si bien sabemos, es interesante hacer notar como esta visión cartesiana propició el avance de la ciencia, al modificar el concepto de mente: la mente ya no es el obstáculo de la razón que busca la sabiduría (el logos griego), sino el instrumento que permite acercarse a la verdad, con lo que el camino de la ciencia queda expedito.
La ciencia
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