El mundo amarillo
Enviado por blsglz • 25 de Octubre de 2016 • Ensayo • 3.546 Palabras (15 Páginas) • 1.566 Visitas
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Libro: El mundo amarillo.
Autor: Albert Espinosa.
Escuela: Preparatoria 2.
Alumno: Cesar Emmanuel Domínguez Angulo.
Grupo: 6 E
28/septiembre/2016.
Este libro fue escrito Albert Espinosa, una persona que a la edad de 14 años enfermo de cáncer, perdió una pierna, un pulmón y parte del hígado y donde su lucha contra la enfermedad duro 10 años, que dejo un aprendizaje que obtuvo después de varios hospitales, doctores, enfermeros, compañeros de cuarto, amigos, familia y conocidos. Y como ese aprendizaje se puede aplicar en la vida diaria de una persona. De cada experiencia que tal vez a nosotros nos parece algo terrible, él saca la parte positiva y la plasma en cada uno de los capítulos del libro dejando a su paso 23 descubrimientos dividiéndolos en 4 bloques.
En él define su mundo amarillo, como un lugar en el que pasan cosas buenas, positivas, en donde conoces personas amarillas que son realmente especiales, y que de cierto modo te cambian la vida una vez que las encuentras, y todo este mundo nace del cáncer.
Todo comienza en el primer capítulo donde solamente se enfoca en el cáncer y en todo lo que rodea o trae esa simple palabra, cuando a Albert a la edad de 13 años ingreso al hospital por primera vez por un osteosarcoma en la pierna izquierda, pero eso no significa que pasara 10 años ingresado, sino que estuvo esos 10 años visitando diversos hospitales para curarse de 4 cánceres 2 veces en la misma pierna, pulmón e hígado. Ahí fue cuando en el camino de esos 10 años dejo primero a los 14 una pierna, a los 16 un pulmón y finalmente a los 18 perdió parte de un hígado, y a pesar de todo eso, Albert decía que había sido la mejor época de su vida, aunque sonará macabro él era feliz con cáncer, pues había aceptado de cierta forma lo que tenía, y que tendría que vivir con ello, y que le había dado a conocer cosas que él solo nunca habría averiguado. Menciona todo aquello que el cáncer le dio como: saber quién eres, saber cómo es la gente que te rodea, conocer tus límites, y lo más valioso para el que fue perder el miedo a la muerte. Y un día a sus 24 años, se curó y le dijeron que no tenía que volver al hospital, la sensación ante tal noticia lo dejo helado y un poco atontado que le duro 6 horas después se volvió loco de la alegría que eso le causaba.
Recalca que es un compendio de lo que él aprendió del cáncer y de los descubrimientos que le mostraron sus amigos los cuales también luchaban contra esta enfermedad, los cuales junto con él se hacían llamar “los pelones”, los cuales tenían un pacto de vida, donde se repartían las vidas de los que morían, pues siempre creyeron que los que morían debilitaban un poco más el cáncer y hacía que a los que sobrevivían les fuera más fácil ganar la lucha. Donde a él durante los 10 años le tocaron 3,7 vidas y él dice que este libro lo escribieron 4,7 personas (las 3,7 ajenas y la suya propia).
Empezó el primer capítulo definiendo ¿qué es el mundo amarillo? Donde da la respuesta de que es una forma de vivir, de ver la vida, de llenarse de lecciones que se aprenden de los momentos buenos y malos. Y por consecuente escribió en una lista 23 conceptos que son pequeñas trazas para comprender otra forma de ver el mundo, donde menciona que él tiene una máxima: “si crees en los sueños, ellos se crearan”. Y todo lo que te pide es creer.
Comparte con nosotros que cada punto, concepto o descubrimiento que llevan por título algunas de las frases que escucho durante su vida en el hospital o que alguien se las dijo, y que de un modo u otro le marco la vida, que de tal manera no las va a olvidar.
Así comienza el primer descubrimiento “las pérdidas son positivas”: a todas las personas les cuesta demasiado trabajo aprender a perder, cuando siempre tenemos que tener en cuenta que todo lo que ganamos, algún día lo perderemos. Ya que aceptar es una cuestión de tiempo, perder en cambio es una cuestión de principios. Albert a lo largo de sus 10 años con cáncer perdió mucho, pero dijo que en lo personal, lo que más le dolió perder fue su pierna, y recuerda cuando el doctor le menciono que le hiciese una fiesta de despedida a la pierna, con todas las personas que tengan que ver con ella y despídela como se merece. Un día después de que le amputaran la pierna, él no se sentía triste, al contrario el ya había llorado, reído y sin saberlo había realizado su primer duelo. Y sin duda menciona que las pérdidas son positivas, que se lo había enseñado el cáncer, y que eso era algo que se podía trasladarse al mundo sin cáncer, ya que todos sufrimos pérdidas, y que no son igual que perder un miembro, pero que la técnica para superar es la misma que él aprendió en el hospital. Y por consecuente el te menciona los pasos para hacer un duelo, y te pide de que te convenzas de que no pierdes, si no de que estas ganando la perdida, y como 1er paso: te pide que te recrees en la pérdida y que pienses en ella, como 2 do: que sufras con ella, como 3ra: que llores, como 4ta: que busques la ganancia que te dejo la perdida y te tomes tu tiempo y a los pocos días te sentirás mejor y notaras que has ganado. Reitera que funciona, pues cuenta que él nunca tuvo fantasma, y que eso significa que es la sensación de notar la pierna cuando no la tienes, y explica que tal vez no lo tuvo porque se despidió tan bien de ella que hasta el fantasma se fue.
Segundo descubrimiento habla de que “no existe el dolor”: Fue la frase que más oyó repetir a los pelones, durante todo su tiempo en el hospital, menciona que cuando escuchó hablar al más sabios de los pelones, (aquel que llevaba 7 años con cáncer y del cual Albert poseía 0,6 de su vida) y que para ese entonces tenía 15 era, el que decía que el dolor podía desaparecer simplemente por poner en duda que existiese. Y que solo existe eso que se le denomina como umbral de dolor, el momento en el que empiezas a notar dolor; es la antesala del dolor, el momento en el que tu cabeza piensa que le va a doler algo. Y todos los pelones descubrieron que el dolor proviene de pensar que existe y comprender que el dolor como palabra no tiene ningún valor práctico; al igual que el miedo, que son palabras que asustan pero en realidad cuando no existe la palabra, no existe la esencia de lo que quiere significar.
Tercer descubrimiento habla de que “las energía que aparecen a los 30 minutos son las que solucionan el problema”: no debes recibir o dar malas noticias en un lugar en que has pasado por cosas malas. Siempre hay que encontrar un lugar neutral y tranquilo, y haber dejado pasar más de 30 minutos, pues es el tiempo que tu cuerpo necesita para tranquilizarse y la mente para sanarse, cuando toda la ansiedad va desapareciendo y activa otras energías que desean saber que pasa, pero que son capaces de hallar soluciones, y así sea lo que recibas buenas noticias o malas, tu respuesta no es precipitada, este descubrimiento también es útil para las conversaciones con la gente, sobre todo en lo que concierne con la elección del lugar y el momento de hablar con esa persona.
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