El mundo y sus demonios
Enviado por Miguel Barbosa • 5 de Febrero de 2019 • Resumen • 2.165 Palabras (9 Páginas) • 125 Visitas
Al inicio Carl Sagan nos habla un poco sobre su infancia, del apoyo que sus padres le dieron desde antes de que decidiese ser astrónomo. Hace una breve crítica sobre sus profesores, de quienes dice no haber aprendido nada realmente.
Horas antes de una conferencia Sagan fue recibido en el aeropuerto por William F. Buckiey, un chofer de nombre muy similar al de un escritor estadounidense. Al estar frente a un científico le pide a Carl responder a algunas preguntas que tiene sobre ciencia. Sin embargo, ninguna de estas era lo que Carl podía llamar ciencia, pues William tenía como intereses hablar sobre la Atlántida, los ovnis y demás trivialidades que Carl llamó pseudociencias (ciencias falsas). Este tipo de ciencias son aquellas que no nacen de un modelo científico propio, sino que se basan en modelos insuficientes o en «sofismas», como me gusta llamarlos.
La ciencia y la pseudociencia son normalmente combinadas por las personas que no saben demasiado al respecto. Pues la pseudociencia comúnmente trata de explicar (o por lo menos exponer) ideas que no son de relevancia para los científicos debido a su falta de veracidad o porque siguen otro rumbo. Por otro lado, la ciencia es aún desconocida para muchas personas, esto se debe a que en el pasado esta fue satanizada porque derrocaba demasiadas explicaciones que las religiones le daban a las cosas ya que estas no contaban con demostraciones reales.
Como es de saber, la ciencia ha hecho demasiados aportes a la humanidad y al medio. Desde poder explicar un pequeño movimiento que puede hacerse con el cuerpo hasta el funcionamiento de los lo que nos rodea sin necesidad de atribuir a espíritus o a la magia estos. Otra de las razones por las que la gente se mantiene alejada del mundo científico es por el concepto del «científico loco», a quien se le ve como un villano por influencia de los medios de entretenimiento. Esto me resulta un tanto gracioso, ya que el motivo por el que quise adentrarme en la ciencia cuando niño era el deseo de volverme un científico loco que descubriese una forma de viajar en el tiempo (Volver al futuro me influenció demasiado en aquella época) y controlase al mundo al cambiar la historia (sí, como todo un villano).
Justo como a mí, Sagan se interesó en la ciencia desde niño, solo que no con el mismo propósito, sino porque él consideraba que la ciencia que la ciencia hacía pensar a las personas y esto no les permite estancarse en la estupidez y la ignorancia.
Aclara, desde luego, que la ciencia no es algo perfecto, pues está muy lejos de entenderlo todo y que cuenta además con demasiados errores. Errores que bien sirven para desarrollar más conocimiento cuando se aprende de estos. Y es que no hay problema al equivocarse, somos humanos y la ciencia no es algo que sea fácil y pueda tomarse a la ligera. Todos somos nuevos en algún momento. Es como aprender a andar en bicicleta. Primero debemos caer muchas veces para poder obtener el equilibrio necesario para seguir sin detenernos hasta que queramos.
La ciencia es algo que recibe muchas críticas y estas siempre y cuando sean constructivas son bienvenidas, ya que al decir en qué se equivoca uno incitan a volver a intentarlo de otra manera y llegar al resultado esperado. Aunque hay casos en que se puede forzar a que el resultado sea lo que se quiere desde un inicio.
Las razones por las que el mundo debería acercarse a la ciencia son cuatro: la ciencia puede ayudar a un país a salir de la pobreza; la ciencia es una alarma para la tecnología, que puede decir cuando se debe parara si se compromete algo que puede dañar al hombre o a lo que lo rodea; la ciencia es un camino que pude llevarnos a descubrir el origen del todo, aunque por ahora es algo que se encuentra muy alejado de nosotros y; la ciencia y la democracia van de la mano.
Algo que siempre me ha fascinado desde que tengo memoria es que hay una rama de la ciencia para ciertos temas: sobre los seres vivos, sobre el movimiento, sobre los animales o las plantas únicamente e incluso sobre la manera en que piensa el ser humano y se relaciona con otros humanos y con su medio. Pero todas las ciencias tienen casi de la mano alguna pseudociencia que produce una diferencia de opiniones y percepciones para los que se encuentran fuera del campo de estudio. Un ejemplo perfecto de eso es lo que Sagan menciona en cuanto a las personas que juran ver rostros en astros, en alimentos y en otros objetos y que lo atribuye a un milagro divino.
Otro tema que se trata en la lectura es una pseudociencia de la que aún hasta hace unos años era muy mencionada pero que hoy en día ya no se le hace gran énfasis (por las películas supongo yo), es la vida extraterrestre y todo lo que concierne al término: ovnis, seres de otros planetas, tecnología muy avanzada y abducciones que practican los seres verdes o grises que ya todos conocemos por lo que mencioné anteriormente. Y viene junto con esto las teorías de conspiraciones como la del Área 51 y lo que puede haber dentro de ella como para que se encuentre cerrada al mundo y una que me viene a la mente es la que aseguraba que Barack Obama era un extraterrestre, así como todos los grandes líderes que existen alrededor del mundo.
Se hace mención de que un gran porcentaje de personas padece de esquizofrenia o tiene alucinaciones (procedentes del lóbulo temporal) o bien, jura que ha sido abducido (no sé por qué cuando leí esa parte me dieron ganas de ser abducido). En este último caso muchos lo tomaban como una locura, sin embargo, los métodos que se utilizaron para el estudio de estos pensamientos y sensaciones encontraron que el estado mental bajo hipnosis de estas personas era normal, por lo que se cree que realmente fueron abducidos (por lo que sé, cuando una persona está bajo hipnosis es bastante persuasiva y tiende a contar sólo la verdad y a hacer lo que se le dice). Esto deja una gran duda sobre si realmente estamos siendo observados por hombrecillos verdes.
Hoy en día una de las tantas formas de clasificar en dos grupos es aquella que califica como bueno o como malo. El ejemplo por excelencia es: dios y el diablo. No hay un solo dios, según los griegos y otras culturas eran varios los dioses. En principio no existía tal distinción entre dioses, ángeles y demonios, no había ni un bueno ni un malo; un día llegó San Agustín a cambiar todo eso y calificó de malvados a los demonios y cambió el término de dioses a un solo ser: Dios. Después de que los demonios fueron tomados por los malos se comenzó a tener la creencia de que algunos de ellos sostenían relaciones sexuales con mujeres y como producto de estas uniones nacían las brujas. Pero no solo las mujeres eran las seducidas, también los hombres y sus respectivos encantadores recibían los nombres de íncubo y súcubo.
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