Ensayo de María Jorge Issacs acerca de la fluviosidad

Este ensayo comienza hablándonos sobre cómo enfrentar el problema de nuestra identidad dependiendo de la capacidad o incapacidad de verter lágrimas. Eduardo López cita “María tiene un doble carácter fuerte y detestable: el ser lacrimógena y lacrimosa. De ahí se empieza hablar sobre la pluviosidad ocular que aflora la novela de María escrita por Jorge Isaacs, que según muchos autores; esta “no se lee, ni es posible que se analice, se siente, se llora […]”(Guillermo Prieto).Jorge issacs empieza su obra diciendo “¡paginas queridas, demasiado queridas quizas! Mis ojos han vuelto a llorar sobre ellas”. De esto surgio un tema de gran importancia en el que siempre hemos vivido y es que los hombres no lloran ; algo que antes, en el siglo XIX era trazar la identidad , en el siglo XX es una regla. Sin embargo las lagrimas ocultan en su humor acuoso una gran verdad sin importar que sexo las este derramando , gracias a la melancolia o a la trajedia.La concupiscencia  y la voluptuosidad se instala en el corazón, el corazón oculta la sangre, que se revela en los ojos, que son el espejo del alma, lo que nos da a entender que la sangre puede ser caliente y apasionada aunque solo la vemos cuando se derrama al igual que las lagrimas.

En María las enfermededades que se presentan no son fisiologicas , son enfermedades que se producen del alma y que acaban con la vida de María , una callada pero apasionada joven , cuya pasion se encuentra en un recipiente que está compuesto por la humedad de sus lágrimas y las flores. Isaac plantea un diferente lenguaje para comunicar el amor, el cual no se alimenta solo de palabras sino de gestos y de signos. El signo más relevante es la flor, que desde hace muchos años siempre ha representado una muestra de amor, y en esta novela no es la excepción. En este punto se unen los dos discursos de las flores y las lágrimas, ambos se relacionan con la humedad; el agua que rodea a los cuerpos con su carácter perfumado y el agua salada que cae de la mejilla hasta el labio. Siendo así, María y Efraín expresan su amor por medio de lágrimas y flores, la flor representando su amor y posteriormente representando su desamor. La marchites de las flores se asocia con la muerte ya sea del amor o de cuerpos, “pero esa marchitez se perfila simplemente como una oposición a la vida lacrimosa “. Así, la flor denota que el amor está ligado a la muerte y que las lágrimas que se asoman por los ojos son signos de un sentimiento.

El amor siempre tiene un olor a muerte; en el cual se riegan muchas lágrimas mientras que la flor se va deshojando poco a poco. Ya en el último momento de la novela se ve como se perdió el amor idílico, el lenguaje amoroso de las flores y lágrimas entre Efraín y María en un plano de nostalgia, puesto que Efraín se encontraba estudiando fuera del país mientras que María poco a poco moría  por la soledad y su enfermedad. “María no se desangra, se desagua”; al momento de su muerte María deja un sobre que en su interior se encontraban sus cabellos en forma de trenza que enlazaban lo vivo con lo muerto y un pedazo de azucena. En conclusión por estas razones los amores de María y Efraín están inmensos en la pluviosidad ocular.

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