Examen de literatura

Ahí estábamos, mejor que nunca, más felices que el día que nos conocimos, o incluso aun más felices que el día en el que nos pusimos de novios, porque esa foto inmortalizo el momento más lindo que habíamos pasados juntos, fue el instante donde hubo más risas, más besos, más abrazos, y justo ahí, fue cuando nos sacaron la foto.

Nos habíamos conocido hacia ya un año. Ella se había cambiado a mi escuela y yo desde el primer momento me interese en ella, no digo que caí profundamente enamorado pero si había cierta atracción por mi parte, se que por la de ella no, pero no era de vida o muerte conquistarla en la primer semana. Pasó el tiempo y por diversas razones nos hicimos amigos, congeniábamos y compartíamos muchas opiniones y pensamientos, además de que éramos bastantes parecidos en cuanto a carácter y acciones. A medida que pasaba el año nosotros nos hacíamos más y más amigos, y eso no me disgustaba para nada, porque el sentimiento ese de atracción que algún día en el pasado había tenido se había desvanecido poco a poco, hasta el punto de que dejo de existir, o al menos eso creía, tanto yo como ella. Siguió pasando el tiempo y pasó lo que según muchos era evidente e inevitable, nació un sentimiento de atracción por parte de ambos, y como los dos éramos de hacer y decir lo que sentíamos dejamos que el sentimiento que había salga a la luz.

Pasaron tres meses desde este primer sentimiento de atracción por parte de ambos, tres meses donde el amor y el cariño que nos teníamos se intensificaba cada vez más, y ya no era de amigos, sino que de algo mas, nos gustábamos en serio, llegamos a un punto donde decidimos estar juntos, ya, dejar la farsa de la amistad y hacer lo que de verdad teníamos ganas, estar juntos, sin que nadie critique o se meta en lo nuestro, y así estábamos, felices, de  novios, enfocados en lo nuestro y disfrutando el uno del otro, hasta que bueno, pasó lo que pasó.

Yo no lo podía creer, nunca se me había pasado por la cabeza que ella era capaz de hacerme eso, además de todo, con mi misma sangre. Ese día se me cayó el mundo a pedazos, ya no le encontraba sentido a seguir con todo lo que solía hacer, ya no entrenaba, ya no estudiaba, ya no salía, no hacía nada, sentía que con ella se había ido también una parte de mi, la parte mía que era feliz, ya no tenía lo que me hacía sonreír y disfrutar de la vida. Ya no tenía nada, ni novia, ni felicidad y mucho menos un hermano, ese ya no era mi hermano, era el mayor ultraje que me hicieron en toda mi vida, a tal punto que solo para evitar verlo me fui a vivir con mi hermana. No quería tener más nada que me recuerde a él, y mucho menos verlo. De ella no podía ni hablar, tuve que borrar todas las fotos del celular, bloquearla de todos lados, hasta pedirle a mi familia que se olviden de ella, lo único que me quedaba era esa foto, esa maldita foto, que me recordaba el momento más hermoso que había pasado en mi vida, pero que jamás se me había pasado por la cabeza el hecho de que esa foto podía volver a hacerme realmente feliz.

Me acuerdo que estaba destruido, no daba más, sentía que mi vida no tenía sentido, si, suena de película, pero de verdad que me sentía así, la veía en la escuela y me daban ganas de ir corriendo y tirármele arriba, abrazarla, llenarla de besos, darle todo el amor que me había faltado, porque sé que no me alcanzo el tiempo para demostrarle todo lo que me pasaba y todo lo que la amaba, pero no hay que engañar a nadie, no me hubiera alcanzado la vida para demostrarle tanto amor. Por eso cuando descubrí que con la foto podía ir al momento exacto donde había sido tomada no dude ni un segundo en usar esto para poder remediar todos los errores que había cometido y poder evitar todo lo que paso, porque lo que hizo por algo fue, fue por mí, yo no pude ser suficiente, yo no demostré suficiente, yo no ame suficiente y claro, buscó algo mejor, pero siempre me voy a acordar esa vez que viaje a aquel momento por primera vez.  

Me acuerdo que en la escuela no la podía dejar de mirar, veía como se reía, veía como pestañaba, veía cada mínimo e insignificante detalle en ella, y lo veía tan perfecto, tan perfecto como la clave mas indescifrable del mundo, y a la vez tan lejos como las estrellas que menos resaltan en el espacio por culpa de los años luz que nos separan. Llegué a casa y tenía su imagen grabada en la mente, entonces no se me ocurrió otra idea mejor que ver la  foto, la bendita foto que me hizo volver a ser feliz, cuando la vi sentí un cosquilleo en el cuerpo, como si fuera un escalofrió pero más intenso, y me di cuenta que ya no estaba en mi pieza, con la foto en la mano, con la lagrima cayendo por mi cara, estaba en el lugar donde nos habíamos sacado la foto, estábamos los dos, ella y yo, y la persona que nos saco la foto, fue como que del escalofrió pasó a deslumbrarme algo, el flash de la cámara, y aparecí ahí, y no podía entender porque ella estaba tan cerca mío o por qué me daba besos y me decía que me amaba, no busque más preguntas ni respuestas, solo disfrute, de ese hermoso momento.

 Ahí estábamos, mejor que nunca, pero ahora yo era como que ya había estado ahí antes, eso para mí ya había pasado, después de la foto nos fuimos a mi casa a tomar unos mates con mi vieja, que feliz que estaba, como se querían entre ellas, mi mamá la adoraba y ella a mi mamá también, siempre me fascino que las dos mujeres de mi vida se llevasen tan bien, después de los mates nos fuimos al cine, a ver la misma película que habíamos visto y en los mismos asientos que habíamos estado en su momento la primera vez que fuimos, pero como yo no daba más de felicidad por haber vuelto con ella, seguí sin hacer preguntas y tan solo viví los mejores momentos de mi vida otra vez. Después de salir volvimos a dormir a mi casa, entramos, nos acomodamos y nos fuimos a dormir, nos acostamos, hablamos un poco y después nos dormimos, en un momento yo me levante para ir al baño y justo ahí me golpeé el dedo chiquito del pie con el mueble de mi pieza y ahí, es ese instante, aparecí en mi pieza, con la lagrima cayendo por mi cara y con la foto en la mano. No entendía si me había dormido y no reaccione hasta que sentí dolor en el sueño, o estaba recordando lo lindo que había sido ese día, o había vuelto el tiempo atrás, ya no encontraba solución, lo único que sé es que además del dolor que sentía emocionalmente, también me dolía el dedo chiquito del pie, curiosamente el mismo que me había lastimado en el sueño, supuse que era algo psicológico y me fui a dormir hasta el otro día tener que levantarme para ir a la escuela, está vez decidido a volver a hablarle y continuar con nuestra relación mejor que nunca.

...