Fundamentos teóricos- formales del gótico literario
Enviado por Fede Vergara • 1 de Agosto de 2017 • Apuntes • 2.131 Palabras (9 Páginas) • 427 Visitas
Fundamentos teóricos- formales del gótico literario.
Se considera a lo gótico como parte del romanticismo. Este movimiento apareció en el 19, y fue resultado de cambios políticos y sociales que aparecieron en Europa. El romanticismo puede ser visto como un rechazo a los preceptos de orden, calma, armonía, típicos de los cánones del clasicismo francés y neoclasismo.
El romanticismo dominó la literatura en Europa desde fines el siglo XVIII hasta mediados del XIX. Se caracterizó por la imaginación, la subjetividad, la idealización de la naturaleza; conduce al hombre al sentimiento pesimista, provocando la huida en dos vías distintas: la de los viajes o la de los suicidios.
Este movimiento se caracteriza por pasiones extravagantes, por eso es evidente su influencia en la novela gótica, destaca la importancia del sentimiento y la imaginación en la creación poética y se rechazan los temas convencionales, entonces, predomina la imaginación sobre la razón, la emoción sobre la lógica, y la intuición sobre la ciencia.
Los románticos se entregaron a una búsqueda de lo extraño, que en ocasiones los condujo a la autodestrucción como Edgar Allan Poe. El racionalismo y la revolución romántica plantean la posibilidad de vivir en un mundo sin normas, sin Dios, donde aparecen preguntas que solo hasta el momento fueron contestadas por la religión. Nace la libertad.
Junto con el sentido del individuo, se produjo una exaltación de la imaginación, la cual estaba llamada a llenar el hueco entre el individuo y el mundo. Otro recurso es la insistencia en lo lúgubre y en lo macabro; como voces, misterio, aullidos, etc. Estas visiones ya existían en lo Barroco, así que no son invención plena del Romanticismo.
Romanticismo, abarca una amplia variedad de temas; lo político, lo social, lo literario. Conceptos como sensibilidad, imaginación, sentimentalismo, fueron usados como lo hizo la novela gótica. En términos literarios, incluye elementos que han ido cambiando; se encontraron temas como el interés renovado en la Naturaleza; existía una predilección por el pasado, esencialmente de la Edad Media. Siempre miraban al pasado, no se centraban en una época dorada, sino en un tiempo en que existía otro mundo paralelo, para la gente de la Edad Media, era posible creer en ángeles y demonios.
El romanticismo influyó en todos los aspectos de la vida. En la pintura inspiró a Turner. En arquitectura, los edificios fueron dotados de muchas de las características del período medieval. En poesía, tanto en Francia como en Gran Bretaña, se produjo una vuelta a la lírica, la expresión de los sentimientos. Las emociones, el amor, la dulzura y la ternura, la maravilla y la sorpresa.
El romanticismo español es confuso y muy complejo, lleno de contradicciones, y provoca dos tendencias: una más conservadora, encabezada por el Duque de Rivas, y otra más revolucionaria, en la que destacó José de Espronceda. El romanticismo llega a España con retraso. Los temas del romanticismo español son casi los mismos que en el resto de Europa. En la Poesía fue donde la estética romántica se mostró con más libertad y en el teatro el máximo exponente será el drama. Hay dos poetas que continúan la tendencia romántica: Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Becquer.
Lo gótico- sinónimo de Medieval, de oscuridad- presenta al mundo como críptico, lleno de información oculta y poder secreto, criticados por sus escenarios melodrámaticos, sus personajes torturados, el miedo, el acecho de las fuerzas del Averno, sus tramas totalmente predecibles, y la fusión tan casi imposible de separar de las atmosferas de estas obras y sus personajes. Podría criticársele a estas obras una clara intención de escapar de la realidad.
En la novela gótica, el victimario termina como vistica y el orden es restablecido, cumpliendo las formas y las normas, luego de transgredirlas.
Las críticas de la literatura gótica fueron numerosas durante los últimos años del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX, airados reproches que se referían a lo absurdo o inverosímil de sus argumentos, al descuido de su estilo o a su abierta inmorabilidad; numerosas reseñas le acechaban a corromper a los lectores- gran parte eran mujeres jóvenes-. Se acusaban a este tipo de literatura de promover absurdidades y deformaciones de la realidad, corromper los senderos de la virtud, sembrar el vicio y presentar personajes fantásticos como existentes.
Los excesos y ambivalencias del gótico fueron como transgresores. Al transgredir los límites de la realidad, desafiaban la razón con ideas fantásticas. Alimentando las creencias supersticiosas, las narraciones góticas subvertían los códigos racionales y, al presentar hechos diabólicos e incidentes sobrenaturales, penetraban en el terreno de los ritos arcanos. La intriga, la traición y el asesinato parecían aclamar el comportamiento criminal, la violencia, la ambición personal, la pasión desenfrenada y las representaciones licenciosas del deseo carnal. La ficción gótica rescato la naturaleza de los temores sociales y personales, presentó mundos diferentes y más excitantes, en los que las heroínas podían encontrar no solo la violencia aterradora, sino también la libertad de la aventura.
La ficción gótica no solo pretende romper el orden imperante, los terrores activan un sentido desconocido y con un poder incontrolable que amenaza la destrucción dl honor, la propiedad, la posición social o la vida como con el orden que sostiene la realidad: la sociedad.
Al provocar el temor de la desintegración social, se reforzaba la reconstrucción de los límites y las fronteras. Lo bueno era afirmado como el contraste a lo demoníaco; la luz y la razón vencían sobre la oscuridad y la superstición.
Este juego de oposiciones caracteriza la ambivalencia de la ficción gótica para definir los límites, lo bueno depende de lo malo, la luz de la oscuridad, la razón de la irracionalidad. Lo gótico no se sitúa en las tinieblas ni en la luz, no es una delineación de la razón ni de la superstición, no es lo bueno ni lo malo, sino ambos al mismo tiempo.
Las emociones asociadas con la ficción gótica son ambivalentes: los objetos de terror y horror no solo provocan repugnancia, incomodidad y rechazo, sino que también atrapan el interés del lector, atraído por lo mismo.
Lo gótico apunta a la criatura que todos llevamos dentro. La locura de las mujeres, real o no, recibió una atención considerable con el siglo XIX. Lo que estas obras tienen en común es el deseo de controlar a las mujeres.
Lo gótico condensa múltiples amenazas. Asociadas a las fuerzas naturales y sobrenaturales, los excesos imaginativos, las desilusiones, la depravación religiosa y humana, la desintegración moral y espiritual.
¿Por qué el lector goza con obras como éstas cuando el sentimiento de terror es normalmente evitado, y consiste precisamente en un sentimiento de repulsa hacia aquello que lo causa?
...