Grandes poetas mexicanas

SEAMOS MÁS NOSOTROS

“Las poetas hemos estado arrinconadas, por más que creamos que tenemos espacios otorgados o conquistados, las mujeres seguimos siendo vulnerables frente a todo el estamento de poder que aún tienen los hombres”

        Palabras de la escritora Susana Reyes, poeta salvadoreña que desde 1994 ha consolidado una sólida carrera literaria en la que no solo ha escrito poesía, la ha usado para inspirar un cambio en la percepción de la figura femenina en la sociedad; estas declaraciones las realizó en la presentación de uno de sus poemarios hace tres años, y sin embargo, muestran la realidad que han vivido muchas mujeres artistas desde hace siglos.

        Desde Sor Juana, la décima musa, hasta poetas jóvenes actuales, en nuestro país se ha podido ver el rechazo a la idea de que una mujer sea una artista, México es un país machista, de eso no hay duda, pero resulta lamentable que eso se extienda a ámbitos como la literatura que debe ser libre y universal, es decir, ninguna mujer por el hecho de ser mujer debería ser rechazada en el mundo literario, así como ningún hombre debería serlo tampoco, porque la literatura es lo que nos une con universos más allá de lo imaginable y debe ser un derecho que no se le niegue a nadie bajo ninguna circunstancia.

        La cuestión entonces, es que nos enfrentamos a un sistema que ha negado a lo largo de la historia a las mujeres tener un encuentro profundo con la literatura, y cuánto más, la poesía.

        A Sor Juana le quitaron sus libros, le arrebataron lo que la mantenía viva, a Pita Amor la censuraron, a Rosario Castellanos probablemente la asesinaron por defender el derecho a la cultura para las mujeres y a Yamilé Paz Paredes la silenciaron en el momento en que se necesitaba alzar la voz.

        La poesía es más que palabras y rimas, es un encuentro crudo con la parte más profunda de nuestro ser, Bécquer lo dijo “poesía eres tú”, la poesía nos refleja y nos encuentra, es por eso que tal vez a la mujer en nuestro país se le han cerrado las puertas para tener oportunidad de expresarse por medio de esta, por miedo al poder de las palabras.

        En el caso de Yamilé Paz Paredes, al igual que muchas otras, ha luchado, primeramente por la apertura de espacios para las mujeres, y de igual manera, en contra de las injusticias, porque le tocó ver la injusticia hacia la comunidad estudiantil más vil y cínica que se ha cometido en este país: Tlatelolco, 1968.

        Ella escribió poemas que fueron censurados por exigir el esclarecimiento de este caso, por pedir justicia para aquellos jóvenes que entregaron su vida luchando por lo que consideraban justo y bueno, por no cesar en la búsqueda de respuestas de lo que sucedió aquella terrible noche.

        A ella, a su mamá y a muchas otras luchadoras (y luchadores, claro) les cerraron los medios para gritar por justicia, les impidieron hablar, les amenazaron, y sin embargo, nunca se ha rendido en la lucha de hallar justicia para todos y todas en este país.

        Es triste y muy lamentable que a tantos poetas, periodistas, novelistas y otros artistas les impidieran hablar, y sobre todo, que hoy en día, a muchas mujeres alrededor del mundo y en nuestro país se les cierren espacios por ser de origen humilde, indígena, por su complexión física, por razones que no tienen nada que ver con el innegable hecho de su talento literario.

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