Historia de un amor

Historia de un amor

Ella era un libro en blanco, él no sabía escribir…

Yo viví de cerca este desenlace, no pensé nunca pasar por esto, pero ahora sé que ella está mejor sin mí.

Es noviembre y las hojas de los arboles caen, estoy en los últimos días de clases, pronto será diciembre, egresaré y seré un abogado de los mejores, tendré una familia, una esposa a la cual amaré y cuidaré hasta el último día de mi vida.

Es mi cuarta entrevista de trabajo, buscan a alguien con experiencia y yo apenas salí del nido por así decirlo, voy aprisa y cuento con apenas escasos 10 minutos para llegar a tiempo; estoy a dos cuadras de llegar y lograr que me den el trabajo para comenzar el sin fin de metas que tengo.

Voy entrando al edificio y volteo ligeramente a ver unos anuncios que estaban pegados en la pizarra del lado derecho, no veo venir el momento y solo escucho mi carpeta caer junto con unos folder más.

Inmediatamente bajo al piso y me dispongo a levantar todo lo que cayó pero soy interrumpido por una voz que me dice:

-¡Para la otra fíjese por donde va!

Avergonzado pero nervioso por lo que ocurrió y aparte el estrés de la entrevista, solo terminé de recoger las cosas, las entregué, de mi boca solo salieron las palabras lo siento.

Me dirigí al ascensor, oprimí la tecla que decía tercer piso e iba pensando en todo lo que tenía que decir en la entrevista, cuando salí del ascensor mis ojos quedaron perplejos, la fila de aspirantes era larga pero no me desanime y tenía que hacer lo mejor que podía: demostrar lo que sabía cuándo mi turno llegará.

Acudí a la recepción, solicite mi turno y me asignaron el penúltimo de la lista. Me senté a esperar y mientras llenaba una hoja con algunas preguntas que eran parte de mi persona, escuche que había dos vacantes, suspiré y dije para mis adentros: oh por eso tanta gente; mi estrés bajo y me dedique a ver como el reloj caminaba mientras iban nombrando uno a uno a la oficina de recursos humanos.

Mi turno llegó y pase, escuche al compás de las consonantes la primera pregunta pero mi concentración fue interrumpida por una voz que ya había escuchado justo cuando entraba por la puerta principal, ¡era ella! Miles de preguntas pasaron por mi mente

-¿Vendrá por el mismo puesto?, ¿Y si me gana?

Pero en instantes reaccione y me dedique a contestar lo que se me decía, hasta que a mi entrevistador le llamo la atención uno de los cuestionamientos que respondí en la hoja que se me había dado minutos antes, sobre para que deseaba el puesto y ser parte de la empresa.

Inhale profundo, con voz firme y decidida respondí: mis razones son muchas pero la principal es que deseo crecer en lo profesional y personal para poder brindarle a una mujer el hogar y sustento que como mi futura esposa ella se va a merecer puesto que será la madre de mis hijos, cabe mencionar que aún no encuentro a la afortunada pero así será.

El entrevistador se quedó callado durante unos minutos y después me dijo con voz suave pero segura, le voy a ser sincero: usted cumple con todos los requisitos solicitados para el puesto, sin embargo le falta experiencia pero estará a prueba por un mes y si lo demuestra con su trabajo, obtendrá el puesto.

Mis ojos se abrieron como platos, estaba seguro de que lo conseguiría, le extendí mi mano y le expresé: cuente con ello.

Salí de la oficina contento, emocionado pero cuando entre al ascensor no me percaté de quién había entrado conmigo, hasta que reconocí su voz:

-Vaya, de nuevo te veo.

-Un poco apenado respondí: si verdad, estiré mi mano para saludarla y presentarme- hola soy Eduardo y nuevamente disculpa por lo de esta mañana.

-Río y me contesto: no te preocupes ya paso y perdona por mi contestación pero estaba algo preocupada, por cierto mi nombre es Leah(lía).

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