Infancia y juventud
Enviado por ipgg1512 • 29 de Julio de 2022 • Documentos de Investigación • 2.048 Palabras (9 Páginas) • 83 Visitas
ORIANA FALLACI
Infancia y juventud
Oriana Fallaci nació en Florencia, el 29 de junio de 1929. Fue la mayor de cuatro hermanas, Neera y Paola, también periodistas y escritoras, y Elisabetta, hija adoptiva de la familia Fallaci. Su infancia transcurrió en la Italia fascista de Mussolini. Su padre, Edoardo Fallaci, era albañil y nada simpatizante con las ideas del gobierno italiano de esos años, era un activo partisano antifascista, y sin duda influyó en las ideas de Oriana. Durante la ocupación de Florencia por los alemanes, Edoardo Fallaci fue hecho prisionero y torturado.
La Oriana adolescente fue partisana durante la II Guerra Mundial. Se unió así al movimiento clandestino de la Resistencia "Justicia y Libertad" viviendo en primera persona los acontecimientos de la guerra. Ella se ocupaba del transporte de municiones de una parte a otra del Arno, Atravesaba el río en el punto de seca, pues los alemanes habían destruido los puentes.
Dato curioso e importante: por su activismo durante la guerra recibió a los 14 años el reconocimiento honorífico del ejército italiano.
Cursó estudios medios en el liceo clásico Galileo. Consiguió becas para ingresar en la Facultad de Medicina, pues su tío Bruno Fallaci le decía que estudiar Medicina le ayudaría a ser escritora. Y como necesitaba costearse los estudios universitarios, se dedicó a escribir pequeños reportajes para un diario de Florencia. Aunque, poco después abandonó sus estudios en las ciencias de la salud y,animada por su tío Bruno, que era periodista y director de algunos semanarios, empezó a trabajar para el “Mattino Dell’ Italia centrale”, periódico de inspiración cristiana. En este le distintos temas: sucesos, crónica judicial y costumbres. Sin embargo, Fue despedida del periódico porque se negó a escribir un artículo a favor de Palmiro Togliatti (Secretario General del Partido Comunista Italiano), como le había ordenado el Director. Después de su despido, aprovechó el puesto de su tío Bruno como director de un seminario en Milan y se fue a trabar con el pero para no ser acusado de favorecer a su sobrina, su tío le encomendaba los peores trabajos.
COMIENZO DE SU CARRERA COMO PERIODISTA
En 1951, a sus 22 años, empezó a escribir artículos para “L’Europeo”, en este se encargaba de asuntos de modas, noticias de sociedad y sucesos. Sin duda, fue el comienzo profesional de su magnífica carrera de periodista.
Para el año de 1956, viajó por primera vez a Nueva York para escribir sobre famosos, temas de sociedad y del corazón. Fueron, precisamente, estas experiencias que la inspiraron a escribir su primer libro: “Los siete pecados capitales de Hollywood” y cuyo prologo fue hecho por el propio Orson Welles, quien ya era famoso por su programa radiofónico “La guerra de los mundos”.
Tras su viaje a Nueva York decidió instalarse en esa ciudad para la época de 1960 y un año después, en 196, realizó un reportaje sobre la condición de la mujer en Oriente. Fueron sus ideas y opiniones al respecto, que la llevaron a escribir su primer gran éxito editorial: “El sexo inútil – Viaje en torno a la mujer”. Poco tiempo después y animada por la editorial, en 1962 publicó “Penélope en la guerra”, novela de ficción. En la novela cuenta la vida de una chica italiana que va a Nueva York para trabajar. Y la chica encuentra allí a personas de su pasado.
Como bien cierto, para esa época la carrera espacial era el gran tema en Estados Unidos y en el mundo. Oriana consiguió entrevistar a quien estaba al frente de los técnicos y astronautas de la NASA, Wernher von Braun, el artífice de los misiles V1 y V2 de la Alemania nazi, que habían aterrorizado a los británicos, durante la Segunda Guerra Mundial y en 1965 escribió “Si el Sol muere”, libro que dedicó a su padre. En este, se basó en los reportajes que realizó a Werner von Braun.
Su simpatía y profesionalidad, le ganaron el afecto de quienes la conocieron durante sus visitas a la NASA y en esas, además, recabó muchas informaciones acerca de la Apolo 11, la primera nave espacial que aterrizó en la Luna. Fue esto, precisamente, lo que la llevó a publicar en 1970 su libro “Aquel día en la Luna”, en donde recogió muchas de sus experiencias de esos míticos días.
DATO CURIOSO: La Apolo 12 debía ser la segunda nave americana que se posara en terreno lunar. Un día antes del despegue, Charles Conrad fue a ver a Oriana, para pedirle consejo acerca de la frase a pronunciar en el momento que él pisara la Luna. Neil Armstrong, el primer astronauta que pisó la Luna había dicho: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Dada la baja estatura de Conrad, Oriana le recomendó que dijera: “Para Neil sería un pequeño paso; para mí ha sido un paso muy grande”. El comandante Conrad, dijo exactamente esa frase, cuando bajó de la Apolo 12 y pisó la Luna. Charles Conrad había llevado consigo a la Luna, una foto de su madre, y otra de Oriana…
Dos años antes, en 1967, su periódico, L’Europeo, la destinó a Vietnam en calidad de corresponsal de guerra. Oriana Fallaci volvió a ese país doce veces en siete años. Documentó minuciosamente las mentiras y atrocidades, pero también el heroísmo y la generosidad que presenció en ese conflicto. Lo calificó de locura sangrienta y describió la guerra con agudas críticas tanto al VietCong y a los comunistas, como a los estadounidenses y a los survietnamitas. Plasmó sus experiencias de un año en esta guerra que vivió en primera persona, en el libro “Nada y así sea”, publicado en 1969.
Hacia mediados de 1968, abandonó provisionalmente el frente de Vietnam, y regresó a los Estados Unidos, para cubrir las muertes de Martin Luther King y de Robert Kennedy.Y el 2 de octubre de ese mismo año, en vísperas de los Juegos Olímpicos de México 1968, hubo una manifestación de protesta de los estudiantes mexicanos contra la ocupación militar del campus de la Universidad. Durante la brutal represión, conocida como “la matanza de Tlatelolco”, fueron asesinados decenas de jóvenes pero además, Oriana resultó herida por una ráfaga de ametralladora; creyendo que estaba muerta, la trasladaron al tanatorio de un hospital, donde un sacerdote se percató de que estaba viva. Entre otras cosas y, como corresponsal de guerra siguió también los conflictos entre la India y Pakistán, los de América del Sur y los de Oriente Medio.
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