LOS MIL Y UN VELORIOS. JULIÁN CASTELÁN LÓPEZ. CRIMINALÍSTICA

LOS MIL Y UN VELORIOS. JULIÁN CASTELÁN LÓPEZ. CRIMINALÍSTICA, GRUPO 1° CARLOS MONSIVÁIS ACEVES. En 1994 escribí, previa invitación de mi amigo René Solís, los mil y un velorios, un librito de la colección Alianza  Cien. Quince años después, con las correcciones y los añadidos inevitables, vuelvo a este texto que en rigor y por atender a la demografía funeraria debería llamarse los cien mil y un velorios. En quince años, el cambio es la emergencia feroz, a momentos militarizada, del narcotráfico, que modifica radicalmente el sentido de la nota roja y lo traslada casi a diario al altar de las ocho columnas. Desaparece la singularidad de los asesinatos y asesinos, y la masificación del delito es, también, la deshumanización masiva.

¿Es la nota roja una gran novela colectiva, con episodios culminantes como hitos de la pequeña historia? Para acercarme, muy parcialmente, al fenómeno, he intentado una crónica de la nota roja en la ciudad de México en el siglo veinte (sé que al hacerlo reincido en la actitud centralista y de ante mano me disculpo con los esfuerzos homicidas en las regiones). Me he guiado por la selección de aquellos casos a cuyo desvanecimiento  se oponen los recuerdos obsesivos, los míos entre otros y he leído diversos cronistas, entre ellos al notable Güero Téllez, el preservante David García Salinas, Francisco Pulido,  Fabián Ruiz, Ana Luisa Luna, Víctor Ronquillo, Victoria Broca, Myriam Laurini y Rolo Díez. He dejado de lado, por razones de espacio, las realidades y leyendas del penal de las Islas Marías, y expedientes extraordinarios como Lola la Chata, Ramón Mercader, el asesino stalinista de Trotsky, las Poquianchis, los dinamiteros fallidos Emilio Arellano y Paco Sierra y el ex-luchador Pancho Valentino que asesino al sacerdote Fullana Taberner. El tema avasalla, cualquier aproximación es limitada, y sólo dar constancia de la perdurabilidad de un género, y su relación, feroz y entrañable con la sociedad.

Lo que me impresiona de esta lectura es como durante la historia, se ha visto la evolución de grandes problemas sociales sin que alguna autoridad ponga orden. Incluso las autoridades llegan apoyando dichos actos, o en su defecto son ellos mismos los que cometen los actos criminales.

El autor del libro nos lleva no solo a un viaje al pasado, sino que conjunta parte de la historia con la cultura popular, toda vez que las historias son cien por ciento reales, hechos que consternan a la población pero que al transcurso del tiempo olvidan, o peor aún, que esos hechos se vuelven leyendas o historias de personajes que engrandecen los actos barbaros o criminales de alguna persona o grupos delincuenciales.

Al narrar las historias de algunos casos, nos damos cuenta que los hechos más despiadados o crueles son los que más causan terror o consternación a la sociedad, pero esto mismo produce el morbo en la población, para poder saber las cuestiones o razones que tuvo o tuvieron los personajes para cometer tales actos. Esto nos lleva a que parte importante de la difusión de los hechos están a cargo de los medios de comunicación. Y estos incluyen a todo tipo de medio de información masiva, siendo el medio impreso el más interesado por sus encabezados muy llamativos para sus lectores habidos de historias que les produzcan eso escalofrió al estar leyendo tal hecho.

Así la nota roja se vuelve el medio predilecto de algunos lectores para saber lo que sucede en su entorno social. Con esto, los medios impresos como los periódicos o revistas, se vuelven el medio de difusión de historias o hechos que conmueven a gran parte de la sociedad imprimiendo un toque de sensacionalismo o exageración al narrar lo que realmente paso.

La nota roja al narrar los hechos nos deja esa sensación de impotencia, e incluso sintiéndose parte de la misma historia, ya que los hechos que terminan trágicos, son protagonizados por familias o amigos cercanos a las víctimas. E incluso la sociedad es motivada en gran parte por las acciones indebidas cometidas por algunos personajes, que a través de la historia se vuelven rebeldes o que desafían a las autoridades sin que estas puedan lograr capturarlos o abatirlos.

Al leer este libro, nos damos cuenta que el autor considera que el factor del auge de la nota roja estaba dado por la sociedad humilde, en cierta forma gente ignorante que se dejaba seducir con las historias que relataban los encabezados en los principales diarios y revistas sensacionalistas. Al describir los hechos y maquillarlos con ese toque que les daba el morbo, al saber los motivos que tuvo el delincuente para cometer tales actos y con qué saña las produjo. Las historias conmovedoras hasta cierta parte son en las que intervienen familias enteras.

Pero los hechos históricos forman parte de esta cultura popular de la nota roja, al describir asesinatos de gente importante no solo para la sociedad si no para el país. Los asesinatos políticos son de gran importancia para la nota roja ya que el despliegue de encabezados en los diarios hace que tome el interés común de la población. Los asesinatos de presidentes o de aspirantes a la presidencia son los que mueven o dan paso a diversas historias, que estas son aprovechadas por la nota roja, especulando o incluso anticipando a las versiones de las autoridades encargadas en la investigación de los hechos. Nos pone de manifiesto que entre menos información es proporcionada por las autoridades, los medios tratan de entender e interpretar como es que sucedieron tales hechos y porque fueron motivados. En el asesinato del presidente Álvaro Obregón, se especuló de todo tipo de información, incluso al saberse involucrada la iglesia, se crea parte de una doble moral en la sociedad al no poder discriminar que sucedió al momento del crimen, y lo más importante, las razones por las cuales el dibujante tenía ese rencor hacia el general Álvaro Obregón. Todo empezó a trascender cuando entra un segundo personaje en la historia de la nota roja. La madre Conchita, (Concepción Acevedo de la Llata). Esto provocado por la situación que se presentaba en el país, por los momentos de inestabilidad política y social.

Otra de las vertientes de la nota roja son los actos criminales que deja a su paso el narcotráfico. Al engrandecer a personajes que en un tiempo solo eran simples y comunes personas, y que con el paso del tiempo logran grandes riquezas y gran poder a través de la delincuencia o el narcotráfico. Esto refleja la historia de los grandes capos, al presentar mucha soberbia como ejemplo a seguir por muchos que siguen sus pasos, inmortalizando tales acciones incluso con música de corridos. Y que este tipo de música recae principalmente en población más pobre, logrando sentir que es el ejemplo para poder lograr sus ambiciones a muy corto plazo.

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