La Mujer como Símbolo de la Belleza y la Inspiración Lírica en "Altazor" de Vicente Huidobro

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Universidad de Oriente

Núcleo de Sucre

Escuela de Humanidades y Educación

Departamento de Filosofía y Letras

Literatura Hispanoamericana II

La Mujer como Símbolo de la Belleza y la Inspiración Lírica en "Altazor" de Vicente Huidobro

Cumaná, enero de 2017

La mujer como símbolo de la belleza y la inspiración lírica en "Altazor" de Vicente Huidobro

        Vicente García-Huidobro Fernández, mejor conocido como Vicente Huidobro, nació en la región Metropolitana de Santiago, el 10 de enero de 1893 y murió en Cartagena, Región de Valparaíso, en Chile, el  2 de enero de 1948. Fue uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina, y originó el creacionismo, tomando como aspectos fundamentales el uso novedoso de las tipografías, el énfasis en los efectos visuales, y el desprecio por las anécdotas y las descripciones.

        El poeta chileno es famoso por su obra “Altazor  o el viaje en paracaídas”, (1931). Altazor (alt: alturas y azor: especie de ave) es un híbrido entre ángel y pájaro muy semejante a Ícaro, la figura de la mitología griega.        Narra la caída del hombre y el encuentro con la mujer y con la poesía. Este poema está conformado por un prefacio y siete cantos. Con él, Huidobro pretende romper los convencionalismos,esquemas clásicos y tradiciones dominantes en la estética literaria a inicios del siglo XX. Con ello impulsa al movimiento vanguardista, en su corriente creacionista, en un intento exagerado de erigirse en inventor de un nuevo mundo poético.

        Los tópicos presentes en este poema son la destrucción y descomposición del lenguaje como forma de trascendencia, la dicotomía entre la vida y la muerte, el viaje en paracaídas que simboliza la presencia de la tecnología moderna, la blasfemia reflejada en el cristianismo como carga negativa y la mujer como pilar de la creación.

Con respecto a este último aspecto es importante tener en cuenta la relación de Huidobro con el sexo femenino: este estuvo casado durante catorce años con Manuela Portales, con quien tuvo cuatro hijos. Posteriormente, conoció a Ximena Amunátegui, por quien dejó a su familia para establecerse con ella en París. A continuación, desde ese punto de vista, se estudiará el tema de la mujer como símbolo de la belleza y la inspiración lírica en "Altazor".

        Mitre (1976), considera que en “Altazor”, Huidobro intenta transmitir  la imagen de la mujer como símbolo e ideal de la belleza poética:

        Altazor, con imágenes preponderantemente visuales, enfatiza la visión de la mujer con “una inocencia de los sentidos"; inocencia en cuanto traducen el deslumbramiento sentido ante una presencia rodeada de una aureola mística: "Dadora de infinito/Que pasea en el bosque de los sueños". Es la voz del poeta: “Tengo esa voz tuya para toda defensa/ Esa voz que sale de ti en latidos de corazón/ Esa voz en que cae la eternidad/ Y se rompe en pedazos de esferas fosforescentes. En suma, la mujer es cifra y signo del ideal poético: palabra original y vida verdadera: “Traes en ti el recuerdo de otras vidas mis altas/ De un Dios encontrado en alguna parte/ Y al fondo de ti misma recuerdas que eras tú/ El pájaro de antaño en la clave del poeta”

        Esto se manifiesta especialmente en el canto II de la obra, en el que la voz lírica expresa con abundantes metáforas  la divinización de la figura femenina, a la que sigue obedientemente “como una serpiente fiel y melancólica”. El verso “Dadora de infinito/ que pasea en el bosque de los sueños”, es revelador por cuanto delata el lugar tan alto que ocupa la mujer en la mente del poeta, no sólo como objeto de amor romántico sino como emblema de todo lo bello que existe, en una representación idealista de las relaciones con el sexo femenino.

        Müller y Salinas. (s/f), enaltecen la figura de la mujer como una “musa inspiradora”, “una, imagen que sustenta el mundo creado”. La voz lírica recalca su importancia:

«Mujer el mundo está amueblado por tus ojos/ Se hace más alto el cielo en tu presencia /La tierra se prolonga de rosa en rosa/ Y el aire se prolonga de paloma en paloma». El mundo al que refiere el hablante lírico aquí no es el mundo real, es el inventado por el yo poético; esa creación que él sostiene en sus manos solo a condición que ella exista, pues la mujer lo nutre: dándole vida, espacio y tiempo.

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