La monja alférez

La Monja Alférez, Catalina de Erauso

                 Monja Alférez es una autobiografía de historias polémicas de la vida de Catalina de Erauso, una mujer audaz que vivió su vida en la fachada y el comportamiento de un hombre del siglo XVII. Mientras que ella comenzó su viaje con intenciones de mantener su identidad desconocida para los que buscan una hija y fugitivo que falta, la línea límite entre su disfraz enmascarado y la evolución de la masculinidad es borrosa. A lo largo de su vida, la masculinidad de Catalina desarrollado progresivamente a medida que ella continuó adquiriendo características masculinas estereotipadas al convertirse en cada vez más violenta, destructiva, sin ataduras y emocionalmente con cada experiencia que pasa. Catalina ahora no sólo vistió la parte del todo, pero asume el rol masculino con la modalidad exterior y mental completa de la personalidad masculina. Mientras que sus únicas cualidades femeninas pueden ser acreditados en su anatomía física natural, completa transformación psicológica de Catalina y vaguedad hacia las tendencias masculinas ilustran su verdadera existencia como un hombre y no una mujer.

          Nació  en una herencia vasca, en la provincia de Gipuzkoa de España, Catalina de Erauso se instaló a la edad de cuatro en un convento dominico donde su formación para convertirse en una monja comenzaría. El cambio más significativo y el punto de inflexión en la vida de Catalina se produjo cuando la espontaneidad de una oportunidad de escapar del convento se levantó. Con ingenio y astucia, ella se liberó del convento como una chica de quince años de edad, y entró en el mundo exterior de sus paredes del monasterio como un hombre disfrazado con un traje de ropa que había formado para sí misma de las prendas en su propia espalda. Ella saltó con confianza en la sociedad teniendo oportunidades de trabajo por primera vez como "una página con el secretario del rey"  y desde allí comenzó su progresión en la línea masculina de trabajo. Con cada rol ocupacional o posición que Catalina asumió, se hizo cada vez más masculino y adoptando gradualmente las características masculinas como la suya, dejándola casi indistinguible de un hombre real. Ella firmó como marinero en galeón de su tío, se unió al ejército donde luchó junto a su hermano el capitán Miguel, eliminó el levantamiento Alonso Ibanezi donde mató a varios indios, y más tarde se unió con las tropas españolas para alejar a los soldados holandeses. las opciones profesionales de Catalina ilustran la necesidad de eliminar cualquier sospecha de su feminidad y para dar fe de la autoridad masculina y el comportamiento masculino para todos los que la rodean. la exposición de Catalina a un entorno tan masculino puede haber causado su incapacidad para beneficiar y ser inclinados a su psique femenina, limpiando más a sí misma de cualquier cualidades femeninas-como ella puede haber poseído una vez.

           Las ocupaciones de Catalina reforzadas no sólo en el exterior y se solidificó su chapa masculina, sino también alteran psicológicamente a su estado interno de la mente, ya que producen su creciente comportamiento violento, la agresividad y el egoísmo. Se presentó a los demás con los rasgos masculinos tradicionales de pedantería y arrogancia, haciéndola rápida para sacar su espada y recurrir a la brutalidad al menor insulto lanzado a su camino, tendencias hostiles de Catalina y tienen que llegar a este extremo de la supremacía masculina para solidificar a sí misma como un hombre proporcionan una prueba más de la forma en que ella se había dado cuenta que la violencia es el indicador más importante de la verdadera masculinidad. En una ocasión, Catalina había estado jugando una partida de cartas con un comerciante cuando su oponente gritó "Te planteo el cuerno de un cornudo! Con su inclinación natural masculina de defenderse, ella respondió "Veré que ese cuerno y se eleva la que todavía está en su cabeza! " Y que ambos estaban separaron por los espectadores, Catalina, utilizando sus habilidades competentes como soldado, sacó su daga y traído al comerciante para su muerte. Catalina no sólo demostró su mal genio y vuelta inmediata a la violencia, incluso en el más frívolo de los conflictos, sino que también mostró su disposición a morir con el fin de defender su honor masculina después de haber sido llamado un cornudo, un hombre con una mujer infiel. Debido a que este insulto está destinado a ser dirigido hacia y ofende más que un hombre, lívido reacción de Catalina a su comentario define el momento en que ya no se ve a sí misma como mujer y revela su completa transformación masculina, liberada de toda la feminidad.

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