Lectura: Los hijos y las hijas en la empresa familiar

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Es necesario que los padres tengan la seguridad de que sus hijos desean integrarse al negocio familiar además de que estén debidamente capacitados para lograr los objetivos de la empresa.

Los hijos deben buscar que se les juzgue como a cualquier empleado capaz de lograr éxito y no como hijo del propietario por lo que puede lograrlo adoptando las siguientes actitudes.

• No buscar un tratamiento preferencial.
• Desempeñar sus labores mejor que cualquier otro trabajador.
• No aceptar prerrogativas especiales que no tengan miembros que no pertenezcan a la familia en un mismo nivel.
• No desafiar la autoridad de su superior a menos que esa sea parte de la cultura de la empresa.
• No pedir reconocimientos por sus logros
• No invocar constantemente a los miembros más importantes de la familia como puede ser el padre o la madre,  entre otros.
• Desarrollar la humildad ofreciéndose  a instruir otros empleados.
• De ser posible que su superior no sea miembro de la familia e insista que siempre tenga un control permanente sobre usted.

Las hijas por cultura tradicional empresarial mexicana no son las preferidas para dirigir la empresa familiar, sobre todo si existen hijos varones.

El problema principal que se presenta cuando las hijas se casan es la incertidumbre de no saber si el “yerno” se casó por amor o por conveniencia, por lo tanto juega un papel secundario a los ojos del empresario. Si la hija desea entrar a trabajar en la empresa podemos aconsejar que respete lo siguiente:

• Un compromiso que comprenda capacitación y trabajo con planes a mediano y largo plazo además de que el trabaja sea compatible con sus actividades personales y familiares.

• No incorporar al marido a la empresa si consideramos que causará conflictos con los hermanos o con el mismo fundador.

• Que demuestre la capacidad para administrar con éxito la empresa, sepa delegar funciones y asuma sus responsabilidades es decir que tenga un liderazgo capaz de tomar cualquier decisión aún las más difíciles.

EL NIÑO DE PAPÁ

Es el hijo del fundador que es irresponsable debido al cariño excesivo que recibe de sus padres que piensan que “mi hijo no debe sufrir lo que nosotros”. Se educa a un hijo que cree que merece todas las atenciones sin el mínimo esfuerzo. Se le proporciona afecto y recursos económicos sin dejarles ninguna obligación. Desgraciadamente éste tipo de personajes ha ido aumentando en el contexto de las empresas familiares.

En México erróneamente creemos que este personaje se presenta solamente en el hijo varón, pero con tristeza vemos con más frecuencia que se presenta también en las mujeres.

Estas personas, no solo desconocen el negocio sino que no les interesa y ven con despego el esfuerzo de sus padres, llegando al grado de avergonzarse de su propia familia.

Generalmente los júnior son tipos con problemas psicológicos que por ser pusilánimes, son presa fácil de una manipulación; no cuentan con un proyecto de vida, gastan el dinero de sus padres e incluso pueden llegar hasta robar cuando no se satisfacen sus caprichos. Si está laborando dentro de la empresa, debido a su falta de preparación y desinterés por ella puede tomar decisiones que pueden llegar hasta el cierre de la empresa.

Las posibles soluciones que se pueden aconsejar para tratar a este tipo de personajes, es la de tratarlo con especialistas, si no se logra remediar su comportamiento, otra opción sería crear un fideicomiso para en caso de que faltaran los padres no quedara desamparado y de esa forma regular sus egresos. Por ningún motivo es conveniente permitir que entre a trabajar en la empresa ya que ocasionaría más conflictos debido a su falta de liderazgo.

El orden de nacimiento de los hijos.

En México el orden de los hijos es importante por tradición. Los hijos mayores por lo general son más responsables que los menores ya que tienen mayor identificación con las ideas de sus padres, bajo esta premisa podemos entender la tradición familiar del “hijo mayor” que no es otra cosa más que la preferencia que tienen los padres hacia el primer hijo. No olvidemos que cualquier aspecto que afecte la familia afectará también directamente a la empresa familiar.

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