Luis y la naturaleza

Luis y la Naturaleza


Había una vez un niño llamado Luis, de 12 años, que estudiaba en el colegio “Binsanwoo”, en este lugar sus compañeros se burlaban de él por su color de piel, Además vivía con sus padres llamados Carlos y Laura, ellos viven en la hermosa ciudad de Chincha. Aunque se rodeaba de la abundante naturaleza que caracteriza su región. Antes él quería un lorito.

El era un niño curioso y respetaba la naturaleza, Desde muy pequeño sus padres lo llevaban a explorar los campos, él trepaba árboles y observaba a los animales que habitaban en los alrededores.  Él quería saber como cuidar un lorito.

Él vivía en una humilde casita en las afueras del pueblo, rodeada de grandes campos verdes y llenos de vida. Cada día, después de salir de su escuela,  Luis empezaba a aventurar en estos campos para encontrar nuevos tesoros naturales y jugar.

Un día Luis estaba caminando solo por el campo y encontró un pequeño río, cerca de este se encontró un pequeño lorito que había caído de su nido. El lorito estaba asustado y no podía volar. Sin pensarlo dos veces, lo tomó y lo llevó a su casa para cuidarlo.

Al llegar a su casa, Luis construyó un pequeño nidito para el lorito. Le proporcionó sustento y alimentación, y lo atendió con cariño y entrega. Con el pasar de los días, el Loro comenzó a recuperarse y crecer. Luis lo llamó "Kiwi" por el color verde que tenía. Al día siguiente fue a la escuela y le comenzaron a hacer bullying , lo golpearon y luego se fueron.

A medida que Kiwi se desarrollaba y se hacía más fuerte, Luis se comenzó a dar cuenta que Kiwi necesitaba libertad y conocer animales de su misma especie. Así que, con el amor que le tenía al ave decidió regresarlo a su hogar al que pertenecía.

Juntos, caminaron hacia el río donde Luis encontró a Kiwi. Al llegar ahí, Luis abrió la jaula donde había llevado al lorito. Kiwi, sintiendo el aire fresco y viendo el amplio cielo azul, comenzó a mover las alas y voló.

Luis se sintió muy satisfecho consigo mismo al ver a Kiwi en la naturaleza, a la vez se dio cuenta que el hogar de Kiwi era estar entre árboles y plantas, no en su casa. En ese instante, Él entendió que los seres humanos, incluido él mismo y los animales, debían vivir en paz y armonía con la naturaleza.

Después de ese día, Luis decidió cuidar aún más el entorno que lo rodeaba. Comenzó a recolectar la basura que encontraba en los campos y a apoyar la importancia de la conservación del medio ambiente entre sus amigos y vecinos y familia.

Luis se esforzó por aprender sobre la importancia de plantar árboles, flores y creó un pequeño jardín en el patio de su casa. Cuidaba las flores y se asombraba con las abejas, mariposas e insectos que llegaban a su hogar. Con cada planta sembrada, sentía que estaba devolviendo algo de lo que la naturaleza le había dado.

Con el paso del tiempo, el jardín se convirtió en un refugio para muchas especies de aves, mariposas y animales sin hogar. Era un lugar lleno de vida y felicidad, donde los animales podían encontrar alimento y un lugar seguro al que podrían llamar su hogar. Luis se sentía feliz y afortunado al ver cómo la naturaleza volvía a florecer gracias a su amor y cuidado.

A medida que pasaban los años Luis crecía, su pasión por la naturaleza y los animales aumentaba, Decidió estudiar Biología y se convirtió en un gran defensor del medio ambiente. Viajó por todo el mundo, compartiendo su experiencia, enseñando a las personas la importancia de vivir en armonía con la naturaleza y cuidar de ella también habló sobre el bullying y tratando de concientizar a los demás sobre el gran problema de este.

El se convirtió en un ejemplo para su familia, su comunidad y para el mundo, Mostró que, a través del amor y el respeto por la naturaleza, el ser humano puede encontrar la felicidad y puede lograr construir un futuro sostenible para todos y para las próximas generaciones.

Y así finaliza , el cuento de Luis, el niño de Chincha, y su relación armoniosa con la naturaleza.

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