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Mi amigo el nahual


Enviado por   •  9 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  2.260 Palabras (10 Páginas)  •  260 Visitas

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Mi amigo el nahual

Hola mi nombre es Juan, “Juanito” para mis amigos, tengo 75 años… no, no, no 65 años…no 85 ¡Hay, chales! Con el alzhéimer ya ni me acuerdo. Soy de esos viejitos que siente sus raíces en el alma, siento el cada respiro como el sabor de tequila y tacos me rodean, me encanta bailar al sonido del mariachi, cuando tocan esa la de “sigo siendo el rey” es como un coro a  mis ser, bueno en fin soy el más viejo de la comunidad, eso sí me consta, aunque tengo más de 7 hijos, ninguno me llama para saber cómo estoy, pero eso sí estoy re ‘te feliz porque todos tienen una carrera espeto Carmela que se me junto a temprana edad.

Como te decía soy muy viejo es más yo sé quién sembró  ese árbol que está cerca del quiosco, que esta aladito de él, fue mi papá, ¡haaaaaa! Mi a ´pa  todo un señor respetable para esta pequeña comunidad. Hoy por hoy vivo solito en esta pequeña choza, una choza muy humilde tan solo de pesar todo lo que tengo que soportar los vientos que se cuelan atraves de estos viejos pedazos de madera ni que decir de las tejas rotas cuando caen aguaceros  ¡pufs! Se mete todo el agua, yo, yo no le echo la culpa del presidente, sé que deje un legado y lo veo presente atraves de esas viejas fotos de mis hijos, que  están en mi buro, mis hijos a si te decía que ellos terminaron su carrera espeto Carm… espera eso ya te lo dice, perdón, se me va el avión.

Ya sé  a qué viene hoy, sabes que no hay nadie que te cuente relatos antiguos de esos que contaban mis ancestros es decir mis papas, pero ya estoy dando mis últimas bailadas me duele mucho la espalda, la artritis ¡como duelen! Ya yo digo que este año, ya no cargo más a los peregrinos, por eso, creo que eres de confianza y ¡uuujule! Pa ´que yo diga eso está difícil,  quiero que sepas algo que me paso a mí, no es una leyenda, ni una cuento,  es un relato de cuando era pequeño, ponte cómodo y escucha.

Bueno, espero y estés atento,  todo comienza cuando tenía apenas 6 años, es decir era apenas un chamaco, un día mi padre me manda a traer ramas del busque para que se prendiera él fuego de la chimenea por que recuerdo que eran tiempos donde hacía mucho frio, si en esas épocas  eran las que todos tenían que ir por leña al bosque no como ahora que ya nomás pones el calentador, en fin, ese día me metí mucho en el bosque que me perdí, mis papas con los pocos vecinos que en esa época vivían fueron a mi auxilio, pero mientras yo, asustado, llorando, corriendo a la luz de la luna, no sabía a qué dirección, mi único sentido era el que viento soplase, pero en el momento menos esperado me caí en un oyó gigante  del cual no podía salir, gritaba y gritaba pero mi voz se perdía en la inmensidad del bosque, pase más de una hora, me resigne, ya no podía, después caí en sueño, a la mañana siguiente,  todo era distinto no se veía igual, era una choza, la cual, no se parecía nada a la mía, esta estaba más vieja que la mía. En ella están cadáveres al parecer disecados de animales, la casa parecía un desastre total, yo me asusté mucho más pues me asome por la ventana, o por un hueco en forma rectangular y mi mayor temor, esta casa estaba rodeada de árboles, en pocas palabras no existían algún rastro que esta choza  estuviera cerca de la pequeña ciudad en la que yo vivía, en cambio todo se vía desolado, eso me dio más miedo, en la casita de madera y de tejado de palmera había una mesita, alado de el petate donde yo estaba dormido, pero lo raro es que esa mesa tenia botellitas, de colores, eran vasitos de  madera, olían ¡pufs!  Horrible pero aun así como era un niño muy pequeño tenía mucha curiosidad, te había dicho 6 años verdad no, no, no miento tenía 8 años, si porque a un día antes  fue mi cumpleaños si fue domingo por que el lunes fue cuando fui por la leña , ay ¡canija! Memoria ya no me da para más, bueno continúo.

Como yo tenía mucha sed pensé que eran agua del rio o agua que se había encharcado en eso vasos viejos porque, es de rescatar que esa casa tenia aún más goteras que la mía ¡jajá! Pero mis oídos saltaron a escuchar una voz de un señor no mayor a 70 años que me decía:

-deja ahí niño tentón

Yo conteste -disculpe señor

-sí, sí,  niño deja eso en la mesa o te voy un manaso.

El me contesto enojado, por cierto, pero como yo era un pillo me atreví a preguntar:

-¿usted vive aquí?

- si niño mugroso,prepárate ya nos vamos pal pueblo.

-sí señor.

El señor era muy gruñón, muy grosero. Durante el trayecto me fui preguntando de ¿dónde será este señor?, ¿a qué se dedicara?, ¿cómo me encontró?, cuando íbamos saliendo del bosque para encontrarnos a una salida del pueblo, el señor me señalo el camino y le agradecí por, llevarme de regreso al pueblo:

-si señor muchas graci…, el señor ya no estaba, en cambio no sé cómo estaba un pájaro  que se internó al bosque tranquilamente, ¡qué miedo!, del impacto de no ver al señor que me echo a correr pal pueblo no mire hacia atrás, aunque se me metían las piedritas del camino a mis guarache no pare de correr.

Al llegar al pueblo  don Juan de dijo

-canijo muchacho ¿Dónde estabas?, y me dio un coscorrón, me tomo de la mano y él me  llevo a  mi casa, en ella estaba mi mamá pálida, por primera vez vi blanquita su cara de mi mamá, eso que estaba bien morenita, ¡que en dios descanse mi santa madre!, y de la cocina salió corriendo mi papá, me abrazo muy fuerte y me dijo:

-mi niño ¿Dónde está la leña que te mande a pedir?, mi papá no me regaño pero eso si su abrazo fue muy fuerte, que se sacó el aire.

Esa noche no me dejaron salir para nada, ni para el baño, pensaban que me iba a  perder en el  bosque otra vez. Pero mi curiosidad me mataba por encontrarme de nuevo con ese extraño señor, después de una semana, salí tempranísimo a “disque” jugar con pancho mi amigo, pero realmente me dirigí de nuevo al bosque pero como soy muy inteligente me aprendí el camino del pueblo a el bosque y del bosque a la casa, pero eso si lleve mi resortera para que no me sucediera nada.

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