NIVEL SUPERADO.

NIVEL SUPERADO

Era una tarde lluviosa del mes de Julio, todo parecía normal, estaba disfrutando de un domingo, como pocos, sin amigos, sin mi “familia” solo yo, solo en ese cuarto oscuro. Cuando estas encerrado no hay nada que puedas hacer, más que disfrutar, encadenado, respirando un aire frio pero con un toque de humo de cigarro, solo escuchaba la risa de aquel misterioso hombre.

¿Cómo termine aquí?...

Todo comenzó cuando me preparaba para ir a la escuela, estaba en 4 semestre de preparatoria, mi madre como siempre me preparo el desayuno, ese día hablo conmigo, trato de convencerme de que saliera más, que me comportara como una persona normal, generalmente cuando hablaban las personas nunca prestaba atención, me la pasaba divagando, escuche que la vecina salía gritando un “Nos vemos después” así que sin más le dije a mi mama que me tenía que ir, puesto que ya era demasiado tarde, ver caminar a Amy era lo mejor, para mí era la mujer más maravillosa del mundo, no es que deje a un lado a mi mama, Mi madre es una persona increible que ha salido adelante con cada tropiezo que ha tenido, relaciones fallidas, depresión, rencor, pero no me comprendía, nunca lo hizo, no sabía que quería, bueno no la culpo, si yo mismo nunca lo supe, pero jamás pude conversar con ella, como hubiese querido,  mis palabras le habrían parecido  bastante locas.

Amy Stevenson, no era la típica chica popular, más bien, era rechazada por todos, pero a ella no le importaba, eso era lo que me encantaba de ella, su seguridad, como se quería así misma, o bueno al menos eso reflejaba, cuando salía de su casa, solo la seguía, iba detrás de ella sin hacer ningún ruido, solo viéndola caminar, y con eso bastaba para sentirme bien.

Es curioso cómo siendo un chico con altas calificaciones, (con un gran potencial, según mis catedráticos), con una madre que me apoyaba en casi todo, con un amigo inseparable con quien podía jugar videojuegos a altas horas de la noche, con una vida tranquila sin deudas, ni problemas, con un “hogar” no era feliz, no sabía que era ser feliz, no me faltaba un padre, tampoco quería hermanos, de hecho Sam Smith siempre me decía hermano, aunque yo solo le decía Amigo, la mayoría de veces se enojaba porque creía que no me importaba, que me burlaba de sus sentimientos, pero todo quedó claro cuando le dije que debía sentirse orgulloso, no a cualquier persona le decía amigo, creo que él era el único. Después de eso se sintió mucho mejor.

No es que las personas fueran malas, o me cayeran mal, pero no encajaba con ellos, no les podía contar algo porque me etiquetaban de raro, hubo un tiempo que me empeñe a entrar en un grupo, quería ser  popular, pero más tarde abandone esa idea,  yo tenía una rutina y era muy estricto con ella, no salía a fiestas, no reía a carcajadas, nada llenaba un vacío que sentía desde pequeño, y reitero no era el querer un padre  o hermanos era otra cosa, era algo especial, eso que no consigues en las tiendas, ni con dinero, mejor dicho era un sentimiento, llamado amor.

Supe del “amor” cuando Amy Stevenson me hablo, aunque solo fuese para pedirme dinero, su voz despertó algo en mí,  empecé a ser “feliz”, sentí un cosquilleo en mi estómago que comenzó a recorrer todo mi cuerpo, como mi vida gris, tomaba una tonalidad algo rojiza,  ¡Mi vida comenzó a tener color! Me arme de valor y le volví a hablar a Amy, ella pensaba que le cobraría el dinero que le preste, pero esa no era mi intención solo quería platicar con ella, cuando me vio corrió y le seguí, estaba a punto de alcanzarla ya faltaba poco, ella iba tan rápido y tan nerviosa que no se fijó el semáforo, y lo que vi me convirtió en lo que soy ahora.

Afortunadamente el semáforo se encontraba en rojo, pero casualmente un conductor que no era más que un borracho empedernido, iba manejando a toda velocidad, Amy cruzo la calle junto con unas 15 personas, el conductor arraso con todas ellas, provocando un caos total, solo escuchaba el grito de varias personas exclamando un ¡AYUDA POR FAVOR!, no se tuvo que hacer ningún esfuerzo para atrapar al culpable ya que 20m adelante había chocado con un árbol, perdiendo así su vida.

Yo no podía moverme estaba desconcertado, no sabía qué hacer, hasta que llegaron las ambulancias pude reaccionar, me subí en una de ellas, obviamente donde Amy iba.

Al llegar al hospital, hice lo que nunca jamás había hecho “REZAR”, Rece porque Amy estuviera bien, el doctor salió de urgencias preguntando por los familiares de Amy, con las piernas temblándome; levante la mano, el medico se acercó a mí, lo que me dijo hizo que una lagrima se hiciera presente en mi rostro, cayendo lentamente, recorriendo mi mejilla y terminando en mis labios.

Amy estaba muerta.

Es increíble, un milagro, que de 15 personas que sufrieron un brutal arroyo, solo una perdiera la vida, las demás se encuentran restableciéndose en el hospital-Eso se decía en casi todos los noticieros, inclusive salió una nota en el periódico, pero sigo preguntándome (porque sinceramente no logro comprender) como es que consideren un “milagro” la muerte de una sola persona, Se notaba que no sabían que esa “Simple muchacha” como la hacían ver, era la UNICA que me hizo sentir feliz con tan solo unas cuantas palabras, y por más triste que parezca, sé que nunca podre volveré a sentir ese cosquilleo.

En el funeral de Amy no llore, ni cuando la recordaba, de hecho tampoco sonreía al recordarla, solo era normal, mi gesto de siempre, indiferencia.

Continúe con mi vida, porque tampoco me deprimiría por ella, las personas vienen y  van, y la verdad no tenía tiempo de estar triste, tenía un futuro por delante y una carrera que quería terminar, o bueno esa era la idea que me metía todos los días a la cabeza para que no me doliera tanto su partida, porque aun puedo ver la última mirada que me lanzo, antes de que ese borracho le quitara la vida, todas las noches sueño con ella, siempre corre y jamás puedo alcanzarla.

Retome mi rutina, Escuela, Videojuegos, comer, dormir, pero una tarde que me encontraba jugando con Sam, mi madre entro gritando que un “Asesino” se encontraba en casa, inmediatamente pensé que era una broma, una broma de pésimo gusto, justo cuando me disponía a revisar la casa, todo se puso oscuro y así termine aquí, No recuerdo que ocurrió, todo paso en segundos, minutos, Este es el inicio, no sé dónde rayos estoy o que sucedió, sigo escuchando la risa maniática de ese misterioso hombre. Lo que más me sorprende es que quien me haya encerrado aquí sabe muy bien mis miedos y conoce que la oscuridad es mi más grande enemiga.

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