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Novela noche en vela


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2017  •  Resumen  •  2.525 Palabras (11 Páginas)  •  1.916 Visitas

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Noche en vela

Rima de Vallbona

Capitulo número 1

Luisa esta recordando en la vela todo lo que ellas pasaron por culpa de la tía Leo. Estaba con ganas de danzar con María por su muerte pues parecía que se entendían en cómo sucedieron las cosas, que Leo no es ni era tan buena como piensas.

Luisa se puso a pensar en todo lo que les decían a ella y a su hermano.

Que eran unos malvados con la tía, cuando en realidad la tía parecía podrirse en dinero, y fue porque Luisa un día revisaba un mueble y encontró billetes de todos los colores y tamaño.

La tía Leonor les mentía en que no había dinero, pero Luisa sabía que sí. Parecía que Leo al decir “Dios”, era solo una palabra con sus labios, para “reprender” a Luisa y su hermano.

Luisa sabe cuanta hambre debió pasar sólo porque Leo decía que no había dinero, que no ser por las naranjas, estaría con el estómago vacía todos los días. Leo, era una hipócrita, porque diciendo ser pobre, guardaba dinero y así, hacía pasar hambre.

Luisa por eso en la vela no sentía nada por la muerte, tenía un sentimiento frío. Mientras muchos decían que Leo era “buena”, los sobrinos sabían la realidad de las cosas, de las mentiras, hipocresías y de todo el maltrato.

Capitulo número 2

Luisa no había notado que su tía Amparo estaba frente al ataúd en lamentaciones, porque ella estaba en sus recuerdos.

Para Luisa, Amparo es ridícula en todo, en su forma de hablar, de vestir, nunca termina de decir las cosas.

Siempre intenta aparentar menos edad, con tanto maquillaje, enseñando sus carnes flácidas y su pecho enjuto.

Siempre tuvo la maña de hacer todo lo que le decía Leo. Que comprara esto y ella lo hacía, y hasta le dijo que se cansara con este y se casó con ese.

La tía Amparo llegaba dónde la tía Leo a pedirle su parte de la herencia que dejó su madre, pues sabía que había dejado herencia.

Pero la tía Leo siempre era una agarrada y nunca le dio su parte ni nada de nada.

Capitulo número 3

Luisa desea que su querido Felipe este con ella, pero no está.

Y se pone a pensar que para llegar a eso tuvo que sufrir tanto, que la tía Leo no parecía haber ido a mismo así quiera, haber creído en Dios.

Luisa recuerda que una vez Felipe llega a esperar a Eduardo, pero duró mucho. Luisa leía poesía y Felipe le pregunta.

Después de unas cuantas palabras de conversación entraron en desagrado porque a Felipe no le gustaban las mujeres como Luisa.

Luego Felipe le pregunta que, si no quiere saber lo que opinaba de ella, pero Luisa le dijo lo que lo que muchos le han dicho. Y Felipe al escuchar todo eso le dijo que nunca opino lo mismo que los demás, que tenía unos lindos ojos color de ceniza.

Así fue iniciando poco a poco la amistad con Felipe.

Un día Felipe la llevó al colegio, pero en la radio dieron una canción romántica y Felipe la quitó de golpe. A Luisa le gustaba, pero Felipe le dijo que no si no quería que después le diera un beso.

A Luisa no le gustaba, para ella era feo. Pero sí le tenía cariño y lo consideraba su amigo de largas conversaciones.

Al parecer Felipe no creía en nada religioso a Luisa le gustaba leer la Biblia y la bella simplicidad de los Evangelios.

Para Felipe eran leyendas y fantasías religiosas. No le gustaba para nada cosas de la Biblia.

Luisa le escribió al padre Muñoz que cuando llegaría su milagro y él le contestó que rezara mucho y guardara su fe como una joya porque Dios tarda, pero no olvida. En cambio, Felipe se empeño en hacerle perder el interés por el cristianismo con libros de teorías que todo eso de la religión era farsa.

Un día Felipe fue llevado grave al hospital y Luisa no fue a verlo por unas cosas que él dijo.

Ella se arrepiente porque él muere y llora frente a su ataúd.

Capitulo número 4

La muerte de la tía Leo no le causaba ninguna angustia como la muerte de Felipe. Todo era muy diferente.

Felipe siempre vivió en la verdad sin hacerle daño a nadie, Leo sin embargo no conoció nada de eso, sólo pensaba en hacer crecer y crecer lo único que le importaba, no conoció el don de dar.

Con el paso del tiempo perdió la razón porque cada vez que alguien se le acercaba ella decía a gritos que le iban a robar.

Pero le preguntaron que le iban a robar si ella decía no tener nada, pero ella seguía gritando. Pero ella gritaba eso porque ella sabía que si tenía mucho dinero guardado.

Estaba invadida de un solo cuidado. El dinero era su único motivo de vida. Su vida se resumió en esa inútil acción: poseer, retener, quitar.

Luisa rezaba por el alma de tía Leo, es bueno pensar que hasta ahí llego el fin de la pesadilla, pero por ahora no porque luisa aún ve ese cadáver.

Decían que la tía Leo antes iba a bailes y óperas estrenando traje y zapatos, que era alta, morena, dulce y preciosa.

Pero se amargó porque una vez se enamoró, pero su novio murió dos días antes de la boda.

Capitulo número 5

Luisa describe a Ofelia como un ángel, aunque no sabía si existían ángeles morenos, de cabellos oscuros y ojos como el carbón chispeante.

Ofelia es una persona dulce, bella, suave, buena e inocentona, no tenía malicia.

Un día Luisa despertó asustada al escuchar que a Ofelia la regañaban por un beso en la mejilla. Pues la tía se sentía responsable de las virginidades. Y como la tía Leo miraba a Luisa feúcha, nunca pensó que ella también anhelaba besos y caricias.

Una vez Oscar le dio un beso a Luisa, y él le dijo que quería besarla como una esposa, pero Luisa estaba con miedo.

Había tanto que Luisa no comprendía, el no tener a una madre. Con Ofelia no se podían hablar muchas cosas y con la tía Leo, todo era pecado.

Ofelia se separó de un buen mozo porque eran muy distintos, a cambio, la tía Leo la lleno de insultos. Desde entonces, Ofelia apagó su la única luz que había en la casa de alegría para Luisa.

Cuando caía la noche, y las luces estaban ya apagadas, con la cabeza en la almohada, Luisa comenzaba a sentirse fuerte, pues desde muy adentro Luisa buscaba las palabras para decirle en la cara a la tía de todo lo que es culpable. Pero cuando amanecía tenía miedo. Una vez tenía ganas de vengarse porque estaba harta, de pasar hambre, de ver como la alegría de Ofelia desaparecía y su salud se quebraba.

Un día a solas, Ofelia le contó a Luisa que se iría porque estaba harta. Se marcharía con alguien

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