Obra cada cosa en su lugar
Enviado por vasi83 • 24 de Octubre de 2018 • Trabajo • 2.599 Palabras (11 Páginas) • 1.311 Visitas
CADA COSA EN SU LUGAR
Personajes:
-Matilde-30 años-carácter distraído
-Ruben de Mal Revés-40 años-ladrón
-Carmen-20 años-empleada de la boutique, coqueta
-La vecina-25 años-sorda
-El vendedor-30 años-tartamudo
-El portero-35 años-maricón
Lugar: una casa modesta. representa cocina y comedor. dos entradas, una de la cocina a la calle; otra del comedor a las habitaciones. un biombo y división enmedio. todo en la casa en desorden, todo tirado, las cosas mas inverosímiles regalas por el suelo. se podría pensar que nadie recoge nada. el apartamento es pequeño.
ACTO UNICO
al abrirse el telón aparece Matilde en la cocina; mal peinada con crema en la cara, tubos en el cabello, con bata y chanclas. hecha en la licuadora dos huevos, agua y otras sustancias, a la vez que se mueve algo en la cacerola y apaga otra que separa de la lumbre. El radio que es portátil en ese momento da la noticia. Locutor: ... y por ese motivo suplicamos a todas las personas de la ciudad tengan sumo cuidado, ya que va armado y puede ser peligroso. La policía repartida por diferentes puntos de la ciudad... (Matilde apaga el radio) Al momento entra Ruben de Mal Revés con pistola en mano, tropieza con una andadera, pero sigue caminando muy serio. Apunta a Matilde, la cual contestara siempre atendiendo a sus cosas y sin prestar atención a Ruben.)
Ruben:- ¡Arriba las manos!
Matilde:- Imposible señor. ¿no ve que si subo las manos se bajará el turrón?
R:- ¡Es una orden!
M:- No. es para cuatro ordenes, hoy viene a cenar el jefe de mi esposo con su esposa.
R:- Me refiero a que le acabo de dar una orden. ¡suba las manos!
M:- Bueno, al rato cuando me desocupe con mucho gusto lo haré.
R:- ¡Señora!... ¡Basta!... ¡soy Ruben de Mal Revés!
M:- Mucho gusto señor al revés. Me llamo Matilde. (Le extiende la mano. Totalmente atolondrado, con la pistola en ella Ruben la extiende también, ella recapacita, se limpia la mano en el delantal y lo saluda tomándolo por la pistola.) Ahora que ya nos conocemos ayudeme por favor, mi esposo dice que cada cosa en su lugar y cada lugar con sus cosas; y es muy cierto, por eso yo procuro ser siempre muy ordenada. Quite por favor la andadera de enmedio, alguien se puede tropezar.
R:- (la quita) Esta bien pero suba las manos. (se oye el llanto de un niño)
M:- ¡ay el niño! estas criaturas del señor despiertan cuando menos deben; sigale moviendo aquí para que no se baje el turrón. (señala la pistola) deje eso por ahí. Cada cosa en su lugar, recuerdalo. (va a las habitaciones con una mamila en la mano. Ruben pone la pistola sobre la mesa y suspirando empieza a batir el turrón. Se oye una sirena de policía y se esconde tras el biombo sacando solo la cabeza, sin dejar de batir el turrón.
La sirena se aleja. Regresa Matilde)
M:- Ya le he dejado la mamila bien colocadita sobre el palo de golf (Ruben la ve con extrañeza) Si, es como mejor se detiene... pero no se quede parado mirándome, ayudeme, (toma la pistola de la mesa y apunta hacia el movimiento la pistola reconviniéndole. Ruben sube las manos instintivamente) ¿Que hace esto aquí? ¡Cada cosa en su lugar! guarde esto en su funda. (suena el teléfono y Matilde corre de un lado para otro, con Ruben tras de ella, hasta que ve el teléfono en el suelo y lo contesta, Ruben la amenaza con la pistola, ella no le hace caso) ¡Hola querido!... no, no te preocupes todo va bien, si, la casa en orden... no, no envíes a nadie, aquí hay un señor que me esta ayudando... no, no creo que tenga prisa... (Ruben la hace señas de que si habla le ira mal pero ella no le hace caso y continua igual) Pues es un poco raro, pero parece buena gente... no, no se me ofrece nada... ¡Ah! traeme servilletas... si, ya se que me acabas de traer un paquete ayer, pero por equivocación las eche al buzón y... si, pero mientras encuentro la llave... gracias querido, y no te preocupes, cada cosa en su lugar te lo prometo. Adiós. (Ruben descansa, y vuelve a dejar en la mesa la pistola)(Matilde al ver la pistola) ¡Pero cuantas veces he de repetirle que cada cosa en su lugar!
R:- Señora escucheme... ¿no se da cuenta de que tengo una pistola?
M:- Claro que me doy cuenta! la anda usted dejando por todas partes
R:- Señora. soy un ladrón de categoría. Hagame el favor de subir las manos (timbre de la puerta)
M:- Bueno, esta bien y si yo subo las manos ¿quien abre?¿usted?
R:- Esta bien, abra, pero con reserva (guarda la pistola)
M:- (abre y aparece la vecina sorda) ¡Buenas tardes, que milagro!
Vecina:- No, vecinita chula, tengo limones agrios, vengo por un poco de azúcar
M:- Bien vecina, pero no puede pasar. Porque este hombre tiene una pistola.
V:- ¡Ay que bueno! me encantan las estolas... quiero verlas... (se mete)(Ruben guarda la pistola apresuradamente)M:- (a Ruben) No se preocupe, es sorda como una tapia
R:- Digale que no vendo nada y que se largue (desesperado)
V:- Si, claro que las estolas van con vestido largo.
M:- Vecina, el señor no vende estolas, esa no es su profesión
V:- ¿En camisón? ¡ay por dios! ¡que ocurrencia! ¡como voy a probármela con un camisón! No. tiene que ser con vestido de noche
R:- ¡que plaga!
V:- ¿en la plaza? pues yo no he visto nada M:- Bueno, aquí tiene lo que quería, porque tengo que terminar mi quehacer y no tengo tiempo para nada (Matilde se va a la cocina a seguir trabajando)
V- ¿cuando trae las estolas para verlas?
R:- yo no vendo eso, no vendo nada, entiendame... van a volverme loco entre las dos
V:- no, apenas son las 11:10 quizá si como dicen cierran a las 2, le de tiempo de ir y venir...
R:- (gritando) Yo no vendo nada, no me dedico a eso
V:- Si, mi marido tiene pesos, puede comprarme la estola, estoy segura.
R;- No dije eso, dije que no vendo nada, no soy vendedor (gritando desesperado)
V:- Un fiador? con mucho gusto, no creo que haya problema
R:- ¿porque Dios mio?¿Porque?¿Porque me metería en esta casa de locas?
V:- ¡ay no! ¡las de foca me dan alergia! me gustaría mas de chinchilla, pero si no tiene, puede ser de otra cosa...
R:- (a Matilde) Por favor digale que se vaya o no respondo de mi
V:- ¿Mink? Si, estaría bien de Mink pero prefiero la chinchilla, bueno mil gracias por el azúcar... Bye... (saliendo)(a Ruben) Y aviseme cuando las traiga
M:- Siento mucho lo ocurrido, es un poco sorda... bien ya casi acabo, ayudeme a dejar todo en orden
R:- No la ayudo en nada (gritando) soy malo. muy malo, soy un ladrón de categoría, vengo a refugiarme de la policía y usted es mi prisionera, y si no me hace caso (amenazante) le juro que... (saca la pistola)
M:- ¡Santo Dios! había olvidado por completo el pan, páseme la agarradera. (corre al horno, Ruben le pasa la agarradera) ¡huele bien!, ¿verdad?
R:- Basta. por favor señora (desesperado) (suena el timbre de la puerta. Matilde va a abrir. Ruben esconde la pistola poniendo las manos atrás. Entra Carmen, la vendedora de la tienda de ropa)
M:- ¿Digame?
Carmen:- Vengo de la boutique con el vestido que encargo. ya esta arreglado
M:- ¡ah, si! pase por favor
C:- Gracias (al ver a Ruben muy coqueta) ¡Hola!
R:- (de mal humor) hola.
M:- No tardo en ir por el dinero (sale)
C:- ¡que simpática es su prima! (coqueta)
R:- No es mi prima (siempre de mal humor)
C:- Ya decía yo que el parecido es tan extraordinario, porque seguro son hermanos, de parecen mucho
R:- No somos hermanos
C:- ¡ay, pero si son igualitos, tienen el aire de familia!
R:- (advirtiendo que Carmen ha notado que el tiene algo escondido) ¿Si, verdad?
C:- ¡ya lo creo! la señora es muy guapa y usted es igual a ella. (coqueta)
R:- (tratando de meter la pistola en algún lado) Si. eso dicen
C:- Y es muy cierto (acercándose) el hombre de mis sueños es muy parecido a usted
R:- Sera también de la familia!
...