Reseña del texto: Un estudio de la hechicería amorosa en la Lima virreinal

Reseña – Magia, brujería y herejía en la historia

Daniela Arias Castillo

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Reseña del texto: Un estudio de la hechicería amorosa en la Lima virreinal – José Manuel Rodríguez, Natalia Urra y María Fernanda Insulza

En el texto, los autores buscan mostrar cómo la hechicería en Lima, Perú, se vio influenciada, hacia el siglo XVIII, por tres matrices culturales: la europea, la africana y la indígena. Lo anterior a través de hechos que sucedieron en la época virreinal donde la sociedad del Perú recurría a las prácticas mágicas principalmente con fines erótico-amorosos. Es importante contextualizar un poco para entrar a comentar y analizar cada una de las matrices culturales mencionadas y su manera de influir en la hechicería.

Durante el siglo XVIII se desarrolló en la ciudad de Lima, procesos inquisitoriales contra mujeres acusadas de hechicería y actividades mágicas. Durante esta época dominaba la cultura socio-afectiva española, por lo que todas las mujeres acusadas en estos procesos, se vieron enfrentadas a las hostilidades de la sociedad, que las sometía a ser perfectas madres y esposas siempre bajo custodia de un hombre. Sin embargo, los casos de casi todas estas mujeres desafiaban al orden patriarcal pues, representaban un poder femenino que amenazaba la estabilidad social establecida en la época (Urra, 2012). Está claro que las mujeres acusadas de hechicería eran consideradas una amenaza, pero no siempre fue así, pues en la tradición medieval, eran reconocidas como expertas y capacitadas para sanar las enfermedades físicas y emocionales y fue hacia finales del siglo XV que comenzaron a ser juzgadas bajo argumentos rígidos y conservadores, esto a causa de la imaginación popular.

Ahora bien, los autores del texto en mención, desarrollan una serie de argumentos que fundamentan esas críticas y juicios realizados, a partir de la imaginación popular, a las mujeres hechiceras. Inicialmente, hablan que durante el siglo XVIII se logra evidenciar la “fragilidad de las creencias” en la sociedad colonial, ya que, a pesar de que se evidenciaba que era una sociedad que no aceptaba religión que no fuera la oficial, las personas se interesaron más por recurrir a la hechicería para curar sus males de amor. Es aquí donde inicia el primer argumento y relación que explica la influencia de la cultura europea en la hechicería pues, hablan los autores de los inicios del cristianismo y la prevalencia de elementos paganos que pudiesen ser asociados como rituales mágicos. El cristianismo, que se convirtió en la religión oficial de la sociedad y la única aceptada en el orden patriarcal, señalan los autores, no modificó las creencias pagano-cristianas como el culto a los santos, los exorcismos, los sacramentos, entre otros, por esto señalan que “el cristianismo ayudó a perpetuar prácticas y ceremonias que podían ser percibidas por los fieles como mágicas” (Rodríguez, Urra & Insulza, 2014).

Otra de las razones que explica y argumenta la relación e influencia de la cultura española en la práctica y acusación de magia y hechicería, es el uso de elementos propios del cristianismo (cruces, figuras sagradas, etc.) en la realización de prácticas hechiceriles, lo que hacía que estas tuvieran un cierto grado de oficialidad. Adicionalmente, mencionan los autores que las practicas mágicas eran formas distintas de representar los ritos cristianos, es por esto que, además del uso de elementos cristianos, predominó la ilustración y mención de Dios y sus santos en los conjuros, lo que argumenta y ejemplifica, cómo influenció la cultura española, con el cristianismo, en las prácticas de hechicería en Lima.

Por otro lado, existe una marcada distinción entre hombres y mujeres pues, la “magia” sacerdotal, como se define en el texto a la práctica de ritos y costumbres cristiano-paganas, mencionadas anteriormente, se reservaba solo a los hombres, pero en la cultura popular oral, se le aludían todas las practicas mágicas de hechicería al mundo femenino. Lo anterior se dio porque, la sociedad, principalmente las mujeres, recurrían a la magia para curar sus males de amor, por lo que, se extrapoló el poder de Dios y sus santos, junto con el de los demonios o satanás, para reconquistar amores perdidos. Las mujeres quienes practicaban estas actividades que desafiaban el orden patriarcal, según la cultura y creencias populares, eran aquellas que estaban descontentas socialmente y no cumplían con las características que establecía la sociedad, pues eran mujeres solteras o viudas, sin hijos, con independencia masculina y su economía dependía de ellas mismas.

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