Sabor al campo

SABOR AL CAMPO

“¿Has pensado en salir de aquí, hacer algo más que hornear para los viejos de este aburrido pueblo?” Samy me hizo esa pregunta hace una semana, mientras estábamos sentadas en el invernadero abandonado en medio del campo. No pude contestarle y supongo que mi silencio le dio la respuesta, así que solo cambio el tema.

Pase toda la semana pensando en es pregunta, nunca había pensado en salir del pueblo, me gustaba trabajar en la panadería de mis padres, no era grande, solo un pequeño local en el centro. Era la unica panadería lo que daba aun más trabajo; mi abuela la abrió cuando era joven, decia que nada era mejor que comer un pan caliente cuando llega la briza fria al campo.

Comencé a ayudar en la panaderia cuando cumpli 13, mi abuela fue quien me enseño a hornear. A los a 15 comence a ayudarlos a repartir el pan a las casas retiradas del centro, donde el campo y los árboles rodean las casas, la mayoria de los dueños tienen alrededor de 50 cuyos hijos se iban a la ciudad apenas apareciera una oportunidad. ¿Debería hacer lo mismo?

Regresando de hacer las entregas me tope a Samy hablando con su tío Leo, el va continuamente a la ciudad, su hija y esposa viven ahí; su hija fue a estudiar la universidad y no puede volver tan seguido a verlo por sus horarios asi que el es el que toma el tren para verlas. Me acompañaron a la panadería, no sentamos a hablar mientras ellos prueban el pan a penas salido del horno. Leo nos conto lo genial que era la ciudad para su hija, habian centro comerciales enormes y autos de sobra, aquí apenas habian unas cuantas camionetas y carros, la mayoria usamos bicicleta, es más practico y barato, quienes usan carros mas recientes son los que salen con frecuencia del campo y resulta mas barato tener uno que pagar el boleto de tren todo el tiempo. Dirante toda la conversación Samy me miraba esperando una reacción de asombro e interes por qué lugar, pero solo brotaba de mi confusión. Antes de salir de la panaderia Leo dijo algo que me dejo pensando aún más “El pan es muy bueno, dificilmente encuentras una panaderia así en la ciudad, le llevare algunos a mi hija cuando vaya la proxima semana”

¿En verdad es tan dificil encontra una buena panaderia en una ciudad tan grande? Finalmente en la cena decidí hablar con mis padres; la próxima semana Martha, mi madre iría la próxima semana a buscar nuevos electrodomésticos para la panaderia, pedía compañarla, apesar de la expresión de desinteres que trataba de mostrar mi madre parecia saber que tramaba algo, acepto dudosa y sin preguntar. Solo habia salido del campo en pocas ocasiones, se que es mejor en varios aspectos, pero nada compara la paz que se siento con el silencio mientras hago las entregas, poder respirar el aire fresco y escuchar las hojas de los grandes árboles siendo golpeados por el viento. ¿Que más necesitaba? El dinero nuncas nos

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