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TEMA: AMADÍS DE GAULA.


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2016  •  Tarea  •  6.862 Palabras (28 Páginas)  •  488 Visitas

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IES Nº 5 “JOSÉ EUGENIO TELLO”

PROFESORADO DE LENGUA Y LITERATURA.

TRABAJO PRÁCTICO Nº: 3

MATERIA: LITERATURA ESPAÑOLA I.

PROFESORA: TEJERINA, ETELVINA.

TEMA: AMADÍS DE GAULA.

ALUMNOS:

                      CABALLERO, CLAUDIA

                      DE LA VEGA, MAYRA

                      FERRIL, MONICA

                      GALLARDO, DANIEL

CURSO: 2º AÑO

AÑO: 2016

MODALIDAD:

  • Oral  y escrito (impreso)
  • Grupal
  • Teatro leído.

CONSIGNAS:

  • Texto Amadís de Gaula,
  • Representación,
  • Teatro leído de capítulos de Amadís de Gaula,
  • Libro 3, capitulo 9 al 15.


ACTO IX  EL CABALLERO DE LA VERDE ESPADA

Amadís partió de Gaula, a buscar aventuras. Entro en tierras de Alemania, le llamaban el caballero de la Verde Espada o el caballero del Enano. Así paso cuatro años sin regresar a Gaula y sin tener noticias de Oriana.

Cuando volvió el invierno decidió ponerse al servicio del rey Tafinor, que estaba en guerra con Patín, emperador de Roma. Llegando a un río, vio del otro lado muchos caballeros que estaban cazando. Entre los cazadores estaba el rey Tafinor de Bohemia.

ESCENA I

REY TAFINOR - (reconoce al caballero de la verde espada) Mi buen amigo, sed bienvenido a esta tierra.

CABALLERO DE LA VERDE ESPADA - Señor (queriendo besar las manos al rey), vengo para veros y serviros. Me han dicho que tenéis guerra con un hombre tan poderoso, que necesitaréis el servicio de los vuestros y el de los extraños. Mientras esté con vos me podéis considerar vuestro vasallo natural.

REY TAFINOR -  Caballero de la Verde Espada, os agradezco lo que me decís, que con ello aumenta el esfuerzo de mi corazón.

Todos loaron la hermosura del caballero. El rey le hizo aposentar en una rica cámara, donde se vistió unos paños hermosos para ir a comer.

REY TAFINOR -  Caballero de la Espada Verde mi buen amigo, ayudadme a defender este reino, que siempre estará a vuestra disposición.

CABALLERO DE LA VERDE ESPADA - Señor, yo os serviré y según veáis mis obras  juzgad mi bondad.

ESCENA II

 Al día siguiente… Cabalgaba el rey  con su hijo Grasandor, sus caballeros y el caballero de la Verde Espada. La tregua de la guerra  terminaba, cuando vieron venir a doce caballeros. El rey reconoció a Don Garadán, primo hermano del emperador Patín.  

DON GARADÁN: (se acercan con sus caballeros) Rey, aunque el emperador es de más alto linaje y señorío que vos, os propone dos maneras de acabar esta guerra. La primera, es que libréis batalla con su primo Salustanquidio, príncipe de Calabria, con los caballeros que queráis, ciento contra ciento y hasta mil contra mil. La segunda, es que aceptéis una batalla de doce caballeros contra doce, conmigo y con esos caballeros que aquí veis. Si vos vencéis, quedaréis libres para siempre; y si sois vencidos, seréis vasallo, como lo fue este reino en los tiempos pasados del imperio. Ahora elegid lo que os agrade, y si lo rehusáis, el emperador os hace saber que, vendrá contra vos en persona y no partirá hasta haber destruido vuestro poder.

CABALLERO DE LA VERDE ESPADA -  Don Garadán, bastante soberbia habéis mostrado de parte del emperador, y el rey os dará la respuesta que le parezca. Pero quiero preguntaros: Si él toma cualquiera de estas batallas, ¿cómo estará seguro de que se mantendrá lo que decís?

Don Garadán le miro y se maravilló de que se adelantara a responder el rey.

REY TAFINOR: Don Garadán, yo doy por dicho todo lo que el Caballero de la Verde Espada dijere.

 Don Garadán oyó el nombre, lamentó que tal caballero estuviese de parte del rey, pero también se alegró, porque pensaba matarle y ganar toda su honra y fama

GARADÁN - Aunque vos, con vuestras razones, queréis alargar la guerra, yo quiero daros las seguridades que pedís, por atajar vuestras dilaciones. (Entrega la carta al rey)

CABALLERO DE LA VERDE ESPADA -  No os maravilléis, don Garadán, porque más sabrosa es la paz que entrar en las batallas peligrosas.

ESCENA III

Tafinor, se aparta y  pide consejo a sus caballeros. Algunos preferían la batalla de ciento contra ciento, otros la doce contra doce. El conde Galtines, primo del rey, propuso que se remitiese la discusión al parecer del caballero de la Verde Espada.

TAFINOR - (llama al caballero de la verde espada), mi buen amigo, preciso de su consejo.

CABALLERO DE LA VERDE ESPADA - Señor,  muy grave es la determinación. Pero os digo que si el caso fuese mío y yo tuviera un castillo solo y cien caballeros, y mi enemigo diez castillos y mil caballeros, y Dios hiciese por algún medio que la batalla se decidiese por igual número de gente, lo consideraría una gran merced. (Se quiere marchar).

TAFINOR - (lo detiene) Mi buen amigo, todos somos de vuestro parecer. Dios me ayudará, como ayudó al rey Perión de Gaula cuando el rey Abies de Irlanda entró en su tierra, y estando a punto de ganar el reino fue vencido por su propio hijo, el Doncel  del Mar y desde entonces se llamó Amadís de Gaula. No sé si lo conocéis.

CABALLERO DE LA VERDE ESPADA - Nunca le vi, pero yo viví algún tiempo en aquellas tierras y oí hablar mucho de ese Amadís de Gaula

TAFINOR - Tengo fe en Dios, como la tuvo el rey Perión, y acepto la batalla de los doce caballeros.

DON GARADÁN -  Vos, don caballero, en cada pleito queréis hablar. Bien extraña y corta es vuestra discreción, y si supiese que seréis uno de los doce, os daría estos guantes.

CABALLERO DE LA VERDE ESPADA - (tomando los guantes)- Tened por seguro que estaré en la batalla, y así como ahora tomo vuestros guantes, así en la batalla espero quitaros la cabeza por vuestra soberbia y desmesura.

DON GARADÁN -  (en voz alta) - ¡Fuera ya mañana, y estuviéramos en la batalla para que todos viesen, don caballero del Enano, el castigo de vuestra locura!

CABALLERO DE LA VERDE ESPADA -  Si de aquí a mañana os parece largo el plazo, armémonos y comencemos la batalla ahora mismo, con la condición de que el que quede vivo pueda ayudar mañana a los suyos.

Los dos caballeros se aprestaron para la batalla.

DON GARADÁN - (volviéndose a sus compañeros) De esta vez quedará el rey sujeto al emperador, porque toda su esperanza está en ese caballero, Yo lo venceré y mataré.

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