UN ESCENARIO PARA CONCIERTOS: OTRO SUEÑO DE BOGOTÁ

UN ESCENARIO PARA CONCIERTOS: OTRO SUEÑO DE BOGOTÁ

La falta de un escenario para conciertos que cumpla con los requisitos exigidos por el IDRD y que además llene las expectativas de los bogotanos a la hora de asistir a un evento cultural, parece ser solo un sueño de una de las ciudades más avanzadas de Latinoamérica, pero que aún carece de un proyecto tan sólido como para llevarlo a cabo.

Este es un tema que para muchos significa “la repetición de la repetidera” y no están lejos de la realidad, puesto que en mayo del 2008 el actual alcalde Samuel Moreno establece una vaga ilusión de un escenario adecuado, con una de las más grandes empresas de eventos del mundo de origen mexicano y que se estima su costo construcción, alrededor de los 7 millones de dólares. Ahora, ¿cuál ha sido el progreso que hemos tenido en dos años? Pues bien, por una parte la empresa mexicana prometió que para el festival de verano de 2008 estaría lista una carpa provisional con capacidad para 8.000 personas y que sería inaugurada en uno de los conciertos de dicho festival. Llegada la fecha, un vocero del grupo mexicano Ocesa, argumentó ante la prensa que no fue posible por causa de concesiones con el terreno predispuesto para esto, el cual es al lado de uno de el parque de diversiones Salitre Mágico el cual ya pertenece a sus propiedades.

Por otra parte la solución para Bogotá únicamente ha sido la vaga idea de un escenario con cupo para 16.000 personas sentadas y 30.000 de pie; pero lo que realmente necesitan los bogotanos es un lugar lo suficientemente grande y con una acústica impecable para albergar como mínimo 30.000 personas.

Ante esto ni el IDRD ni la Alcaldía Mayor de Bogotá se han pronunciado con alternativas para los empresarios nacionales o internacionales, parecen estar mas interesados en completar el proyecto del Transporte masivo del Metro pero es un tema que no cabe mencionar.

A la actualidad, después de dos años, el grupo mexicano Ocesa manifiesta que han sido bastantes las trabas impuestas por el IDRD en la presentación de sus exigencias, ante lo cual el distrito responde que es más la negligencia de la empresa Ocesa para reunir los documentos necesarios ya que les ha tomado más de un año reunirlos.

Pero bien, en este problema no solo encontramos a estos dos actores dentro del conflicto, adicional se suman todas las personas que viven en sectores aledaños al salitre que no están de acuerdo con la construcción, ya que se pueden presentar alteraciones de seguridad y orden público que se pueden generar en los conciertos de particulares artistas internacionales.

...