Una hada en tierra de Elfos

Una hada en tierra de Elfos

Un verano por la mañana, la brisa era fresca, el olor de las flores reinaba y el aire soplaba hacia al Este, con dirección a “GilSel” un pequeño pueblo habitado por Elfos, una pequeña chica de aspecto peculiar había llegado acompañada del aire, todos los elfos detuvieron sus actividades para salir a verla y no tardaron mucho en sacarle defectos, “Con orejas tan chicas ah de estar sorda”, “Pobre desubicada, el viento no sabe lo que hace”, “¡Es mejor que regreses te ves demasiado amarilla!”. Ella solo optó por levantar la cabeza y seguir con sus andares, el viento se detuvo y ella pudo percatarse de una chica la cual era más cruel que todos, que era mucho más alta y estilizada que los demás, se notaba que quería atención y la buscaba sobre todos los medios, el hada provenía de “LafKeth” donde era igual a todos, seres altos, delgados, de manos delicadas, cabello castaño ondulado, simplemente de hermosa figura “Sifildes^[1]” y “Silfos” esa era su raza, de dónde provenía, la gente con la que había crecido, pero una tormenta los había separado y el viento les permitía viajar con el solo una vez cada 150 lunas y esa fecha quedaba demasiado lejos … Nunca había experimentado el temor de no tener nadie a su lado y ahora lo sentía.

    El día siguiente al despertar miró hacia al sol que salía desde el lago “TySum” y subía poco a poco desde el horizonte, apenas podía levantarse de aquel húmedo césped donde incómodamente había dormido, pues seguía abrumada con la idea de que tendría que convivir con aquella gente que desde que la vieron la despreciaron excusándose con “es que tienes andares demasiado presumidos”, “es que tu estilo no te queda bien”, “es que copias a la gente”, y ni siquiera llevaban ni 5 segundos conociéndola, simplemente extendió sus dedos lo más alto que pudo hacia el sol y camino hacia el mercado central, los Elfos la miraban y se burlaban de ella mientras cruzaba y les sonreía cordialmente recibiendo desplantes y malos gestos a cambio, vivir 150 lunas con los Elfos seguramente le sería difícil pero debía acostumbrarse a la forma de ser de ellos.

Ya habían transcurrido 60 lunas y ella todavía no conocía realmente a nadie era casi como ir a preguntar nombre a los baristas de una cantina y volverlos a preguntar 10 lunas después, solamente hablaba con un Grifo del valle cerca de “GilSel” ella no lo comprendía porque sus gustos era mucho más confusos mientras se conocían, ella cada vez se quedaba sin historias realmente interesantes de su vida, cada vez las alteraba más y más sin caer en cuenta ella inventaba grandiosas historias falsas que la hacían parecer más interesante.

Se sentía confundida y cada vez caía mas en la cuenta de que se sentía sola de algún modo, de que extrañaba a sus amigos, de que lo único que la mantenía de pie era tener la cabeza en las nubes, de que en ese pueblo la gente no era como ella y que nadie la apreciaba o al menos así se sentía ella… Finalmente se sentó junto a la hierba despidiendo al sol que poco a poco se escondía tras las colinas de “LyCoeh”, lo único que logro ver antes de quedar dormida fue a lobos asomarse a la cima de las colinas y hacer reverencia ante la gran luna hermosa que había tomado el lugar del Sol.

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