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ANÁLISIS DE LA TRANSFORMACIÓN DE LA ACTITUD DE NORA COMO PERSONAJE PROTAGÓNICO EN LA OBRA CASA DE MUÑECAS DE HENRIK IBSEN


Enviado por   •  22 de Junio de 2017  •  Ensayo  •  1.523 Palabras (7 Páginas)  •  3.132 Visitas

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Lengua A: Literatura

Martín Arias Abarca

ANÁLISIS DE LA TRANSFORMACIÓN DE LA ACTITUD DE NORA COMO PERSONAJE PROTAGÓNICO EN LA OBRA CASA DE MUÑECAS DE HENRIK IBSEN


El poeta y dramaturgo noruego Henrik Ibsen escribió el drama Casa de Muñecas, publicado en 1879 y puesto en escena en 1880, en Noruega durante la era victoriana. La obra relata la historia de una mujer la cual asume de forma infantil las diversas situaciones que se la han presentado a lo largo de la vida, pero en el desarrollo de la historia, a causa de la revelación de un fraude financiero que mantenía en secreto por mucho tiempo, sufre un proceso de transformación en su actitud.

La obra se desenvuelve en torno al tema de los roles de género presentes en la época victoriana en donde la sociedad giraba alrededor del género masculino y el género femenino era reprimido por la misma sociedad, ante esta situación comenzaron a surgir movimientos feministas en busca de la equidad y la igualdad de género.

Este ensayo analizará la transformación presente en la vida de la protagonista de Casa de Muñecas, Nora, y cómo cambia su actitud en el desarrollo de la historia de infantil a una actitud madura y responsable de sus propios actos. Trabajaré este tema pues considero que Nora es un símbolo de superación para la mujer y una representación de los movimientos feministas presentes en la época victoriana. Para desarrollar este ensayo, divido el proceso de transformación de Nora en tres etapas, la conducta infantil, el cuestionamiento y descubrimiento, y la conducta madura.

La historia comienza con Nora, una mujer que se comporta de una manera infantil dentro de su matrimonio, donde su marido la complace y la trata como a una niña consentida, así como se observa a continuación.

“HELMER (Dentro): ¿Es mi alondra la que gorjea?

NORA (Abriendo paquetes): Sí.

HELMER: ¿Es mi ardilla la que alborota?

NORA: ¡Sí! (…) Acabo de llegar. (Guarda el cucurucho de confites en el bolsillo y se limpia la boca).” (Ibsen, 2001, p.4)

En la cita anterior vemos a Torvaldo dirigirse a Nora como “mi alondra” y “mi ardilla” utilizando así el adjetivo posesivo “mi” que atañe propiedad o pertenencia, de esta forma afirma que Nora le pertenece, como si fuera un juguete, una muñeca con la que se entretiene a diario.

Así mismo, relaciona a Nora con la alondra, ave que, según el diccionario de símbolos de Chevalier y Gheerbrant (2012), por su manera de ascender y descender velozmente en el aire se le relaciona con la evolución e involución de la manifestación, esta metáfora se vincula con el cambio que manifestará Nora en el desarrollo del drama. Además, el gorjeo[1] de la alondra se asocia a cantos de gozo y alegría. Así como Nora, que en diferentes escenas se pasea cantando y silbando de un lado para otro como una niña jugando alegremente.

Una situación similar ocurre cuando Torvaldo la llama ardilla, pues vuelve a asociar a Nora con un animal. En esta ocasión, el símbolo de la ardilla se enlaza con Nora puesto que estos animales esconden la comida en sus mejillas o en sus nidos, característica que Ibsen expresa en la protagonista mediante el uso del recurso teatral de la acotación. Pues como se evidenció en la cita anterior, donde se indica que Nora guarda el cucurucho[2] de confites en su bolsillo y limpia su boca de las migajas. Esta acción puede ser considerada hasta infantil, ya que los mismos niños esconden normalmente sus golosinas para que no se las quiten y se limpian la boca para no dejar rastros de lo que estuvieron comiendo.

De esta forma, se evidencia la etapa de conducta infantil en la vida de Nora, con la utilización de apelativos por parte de Torvaldo que evidencian una forma de tratamiento denigrante hacia Nora, asimismo están relacionados a su conducta de niña, tomando este papel sumiso con intención de obtener algo a cambio.

Transcurriendo la trama, Nora comienza a cuestionar el papel que tiene como mujer dentro de la sociedad, este cuestionamiento se ve reflejado en su actitud. Pues como se observa en el siguiente diálogo entre Krogstad y Nora,

“KROGSTAD: (…) De manera que si había pensado usted en alguna solución desesperada...

NORA: Sí que he pensado.

KROGSTAD: ...En abandonarlo todo y huir...

NORA: Lo he pensado, sí.” (Ibsen, 2001, p.50)

Nora ha pensado la posibilidad de abandonar a su marido y sus hijos como una posible opción para huir del fraude y la amenaza de Krogstad con exponerla ante las autoridades y ante Torvaldo, asunto que puede llegar a afectar la imagen social de la familia Helmer. Pero este pensamiento de abandono expresado en la cita anterior, no corresponde con la sociedad victoriana y a los valores que se practicaban, lo que representa una ruptura del molde social de mujer como encargada de la casa, madre y educadora de los hijos y sumisa a su marido.

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