Acrostico Del Dia De Las Madres
Enviado por angel32tux • 10 de Febrero de 2013 • 492 Palabras (2 Páginas) • 1.073 Visitas
A mi madre le decían loca!
Yo tenía diez años de edad, y un niño no comprende el lenguaje de metáforas y pensaba que quizá mi madre podía estar loca.......
Cierta vez me armé de valor y le pregunté con mucha timidez: “mamá, ¿Con qué miramos los hombres?
Entonces, mi madre me respondió: "los seres humanos, miramos con el corazón".
Recuerdo que cuando mi madre se levantaba de buen humor cantaba, y me solía decir: " Hoy me he puesto mi vestido de veinte años".
Yo sabía que no tenía veinte años y la miraba, yo no decía nada más. ¿Qué puede hacer un niño, sino escuchar?
Pero si algun día mi madre estaba triste decía estar vestida de niebla. Y añadía " Hoy tengo ochenta años". Así me contestó en aquella ocasión, cuando suspendí un curso.
Yo , por fin, pude terminar la educación primaria. El día de la graduación llegó tarde. Se dirigió a mi y me dijo disculpándose: "Hijito, me he retrasado porque estuve buscando mi vestido de Primera Comunión, para ponérmelo, ¿qué te parece?¿No ves mi vestido de Primera Comunión?". Miré a mi madre y no estaba vestida de Primera Comunión.
Pasado un tiempo, ocurrió una fatalidad, tuvo un accidente fatal. Me llamó a su lado, cogió fuerte mis manos y dijo: "Querido mío, no tengas pena, la muerte no es para siempre" .
Yo entonces pensé: mi madre no se da cuenta de lo que dice. Si uno muere es para siempre. Pero es que entonces aun era un niño y no entendía sus palabras.
Ahora tengo cincuenta años y ya he comprendido sus enseñanzas. ¡ya lo creo! La vida pone las palabras en su sitio y nos hace entender. Podemos tener 20 años y al día siguiente ochenta. Todo depende de nuestro estado de ánimo.
Y es verdad, Los ojos sirven para escuchar, porque debemos mirar con atención a quien nos habla. Para conocer la realidad esencial de una persona, tenemos que mirarla con el corazón.
Y también, he entendido, que la muerte no es para siempre, porque solo muere lo que se olvida y yo a mi madre la recuerdo cada momento, porque la quiero.
Ahora yo también tengo mis personales pensamientos. Hablo en sueños con mi madre y nos reímos de aquel método suyo de enseñanza.
Yyo, aprendí a mirar con el corazón.
Y en mis sueños, en mis charlas con mi madre, Una noche me dijo:
"He notado que te enfadas con tus amigos si te dicen loco y eso no está bien, querido mío. Es natural que el hijo de una loca sea un loco".
Y entonces, en sueños, -por primera vez- contesté a mi madre y le dije: "Madre, te equivocas, no siempre el hijo de una loca tiene que ser loco; a veces es un poeta".
Mi madre, me enseñó a descubrir
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