Actividad integradora de espanol
Enviado por Panchitaxd • 24 de Octubre de 2017 • Ensayo • 526 Palabras (3 Páginas) • 142 Visitas
En la nublada tarde de un martes de noviembre, mientras las personas en las casas cercanas al colegio tomaban sus alimentos y bebidas, el profesor Ernesto encargó a sus alumnos una empresa complicada y aterradora.
Su sola mención provocó que los corazones de los jóvenes se detuvieran durante breves instantes que se sintieron como 3 eternidades. Sudor agrio y frio recorrió las jóvenes caras, donde pululaban las erupciones de excreciones sebáceas, de los presentes. Una tarea para la que ningún alumno estaba preparado. El encargo era escribir una historia.
Según algunos de los alumnos más entendidos en el tema, que no significa que supieran algo muy relevante, para poder escribir era necesario realizar aquella tarea terriblemente aburrida cuando no tenía los fondos azules de las redes sociales, leer parece que le llaman.
Las expresiones del grupo de amigos de María mostraban resignación, para aprobar el curso de castellano, erróneamente llamado español, era necesaria una calificación minia de 75 en la historia. Quizá hace algunos años, cuando el uso de internet no estaba muy extendido, los alumnos al escuchar esas terribles palabras no sintieran tanto miedo, después de todo podían copiar sin dificultad ni temor algún texto de internet, pero en los tiempo que corrían los maestros estaban más entrenados en el fino arte de detectar las trampas de los jóvenes.
—Maestro, pero que cosa quiere que escribamos—dijo uno de los alumnos, sentado a unos 5 bancos de distancia de Maria.
—Ya les dije, quiero que escriban una historia, un cuento, una novela si tienen tanto tiempo. Para la próxima clase,
—¿De cuántas páginas, profe’?
—Las necesarias para que sea decente, si puedes escribir algo aceptable en un párrafo que sea de un párrafo, si necesitas algunos cientos de páginas que sea de cientos de páginas. Que tan largo o corto no me interesa, quiero que sea medianamente aceptable cuanto menos.—Sus corazones se detuvieron de una segunda ocasión.
—¿De qué va a tratar la historia?
—¿Disculpa? No sé de qué va a tratar, ustedes la van a escribir. Pueden escribir la de cualquier cosa, eso no me interesa mucho. Escojan cualquier tema, no hay tabús en la literatura, da lo mismo un nacimiento o un asesinato. Hay una frase de un inglés “No existen tales cosas como libros morales o inmorales. Los libros están bien escritos o están mal escritos”.
En esta ocasión no fueron los corazones los que se detuvieron, sino los cerebros. Órganos, que después de la presión a la que le habían sometido durante los últimos minutos y sumados a los años y años de atrofia, no pudieron soportarlo más.
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