Alicia En Elpaisde Las Maravillas

Resumen prologo

En una dulce tarde de verano de 1862; tres niñas un profesor de matemáticas y un clérigo pasean por el Támesis navegando a una pequeña barca.

El profesores un hombre serio de manera un poco asitas pero uno de ellos, Alicia, por lo que lo tomo como personaje central de una serie de anécdotas que se le aparecen espontáneamente en la imaginación y las va contando a las niñas como si fuera un sueño n soñado por el dicho relato avanzando con suavidad y sin prisa.

Este es el origen de esta historia, la cual más tarde fue escrita y elaborada con más detenimiento, pero nunca perdió su frescura original mesa peculiar hondura que solo se logra en esos momentos de exaltación

Capítulo 1

Era una adolecente que estaba con su hermana leyendo un libro, cuando de repente Alicia vio un conejo y decidió seguirlo, en el intento de esto cayó por un pozo oscuro y profundo. El pozo era realmente profundo Alicia iba cayendo muy despacio, porque al ir cayendo tenía tiempo de ver a su alrededor y preguntarse que le podría suceder en esta situación. Ella trato de mirar hasta donde llegaba el pozo pero era muy oscuro, al observa las paredes del pozo vio que estaban cubiertas de alacenas y estantes. Al pasar por los estantes tomo un tarro que decía mermelada de naranja pero al abrirlo estaba vacío, no lo quiso soltar porque pensó que tal vez podría matar a alguien así que se las arreglo parta ponerlo en uno de los estantes. Siguió hablando para sí misma “me pregunto si al caer habré de atravesar la tierra, sería muy divertido aparecer entre personas que caminan alrevez con los pies hacia arriba; creo que a esa zona la llamas anti patética. Caer, caer, caer… no había otra cosa que pudiera hacer así que Alicia se puso a hablar de nuevo “ay creo que dina me va a extrañar mucho esta noche. Espero no olviden servirle un platito de leche a la hora del té. ¡Oh mi querida dina atuvieras acá abajo desde luego no hay ratones en el aire pero podrías casar un murciélago. Finalmente cayo dormida y comienza a soñar que iba de la mano Ana y le preguntaba con mucha formalidad “dina dime la verdad te has comido alguna vez un murciélago cuando de pronto se produjo una gran estruendo y Alicia fue a parar sobre un montón de hojas.

Alicia no sufrió daño alguno a lo lejos pudo distinguir al conejo blanco que caminaba con habitual prisa Alicia también se apresuró a seguirlo, por mis orejas y bigotes que ya voy demasiado atrasado Alicia ya se encontraba muy cerca de el al dar la vuelta de la esquina el conejo ya no se veía. De pronto se encontró ante una pequeña mesa de cristal tenía solamente tres patas y en sima tenía una llave de oro, que Alicia pensó que esa llavecita podría abrir alguna de las puertas de la sala; pero aparentemente las cerraduras, el caso es que no pudo abrir ninguna de las puertas.

Entonces Alicia abrió la puerta y observo que conducía a un paraíso que no era mayor a una ratonera, pudo ver que conducía a un jardín cuya belleza iba más ala de la imaginación, sintió ganas de salir de esa oscura sala y caminar entre esos lechos de coloridas flores y sus fuentes catrinas pero siquiera le cabía la cabeza así que se incorporó y volvió a donde se encontraba la llave pues tenía la esperanza de encontrar un libro en el que le digiera como pasar, pero encontró una botella que tenía, el cuello un papel que decía BEBEME.

Aquel frasco no decía veneno, así que Alicia se dio el valor para probarlo, encontrando que tenía un sabor muy rico, por lo que bebió un trajo. Y aquello no era una vana sensación, sino que ahora ella media solamente veinte centímetros de altura por lo que pudo legar al jardín y el rostro se le ilumino al estar ahí.

Espero unos minutos para pasar por la puertecita; sobre todo quería saber si seguía achicándose, traro de imaginarse que aspecto tenia, consumiéndose, pasado rato y viendo que no le sucedía nada decidió entrar en el jardín, pero entonces se presentó un problema pues había olvidado la llavecita de oro sobre la mesa pero resbalaba por lo que termino por agotarse y entonces la pobrecita se sentó a descansar y no pudo evitar ponerse a llorar al poco rato se dio cuenta de que abajo había cajita de cristal adentro de ella encontró una pequeñísimo pastel que estaba bellamente con pasas que formaban la palabra COMEME “bueno, lo comeré- pensó Alicia -; es eso me haga crecer. Probo solo un poco y con gran ansiedad trato de descubrir que le pasaba, si el cambio era hacia arriba o hacia abajo; pero se dio cuenta de que no se había alterado. Por supuesto esto es lo que ocurre cuando come pastel, termino por comer el pastelito entero.

Capítulo 3

El grupo que se congrego en la orilla era muy disimulado había ahí aves que arrastraban, todos empapados, por lo que se encontraban de muy mal humor. Alicia empezó a hablar con ellos como si fueran viejos conocidos ella estaba emocionada por oír el relato del ratón dándose aires de importancia- ahora les hablare de lo más seco y herido que conozco así que hagan el favor de guardar silencio pues iba acotarles un cuento. Después de contar el relato el ratón le dijo - ¿Qué tal niña como estas? –igual de mojada que antes- diciendo ella frustrada. Esta historia no hace que me seque para nada. El dodo sugirió hacer una carrera todos se reunieron formando un tipo de circulo, inquietos por saber quién había sido el ganador, después de un rato el dodo dijo quién era el ganador, todos han resultado ganadores y por tanto recibirán un regalo. ¿y quién dará los premios?

Por supuesto que debe ser ella - dijo el dodo; señalando a Alicia y metió su mano al bolcillo un montón de caramelos que traía por casualidad. Por suerte los dulces alcanzaron para todos pero no sobro uno solo. Entonces todos los demás procedieron a comer, finalmente cuando quedaron satisfechos y volvieron a colocarse en círculo pudiendo que el ratón les contara algo más.

Capítulo 4

Era el cejo blanco que regresaba a pequeños satos, Alicia adivino luego que estaba buscando a buscarlas pero no las encontró el conejo blanco vio a Alicia y grito irritado – ¡Mary Ann!¡Mary Ann! Corre inmediatamente y tráeme un par de guantes y un abanico ¡date prisa! Alicia corrió a la dirección señalando el conejo – me tomo por su sirvienta- se dijo ¡que sorpresa! Se llevara cuando vea quien soy. Mientras pensaba lego a una hermosa casita en cuya puerta había una placa que tenía grabadas estas palabras, CONEJO BLANCO.

Subió

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