Alicia en el pais de las maravillas. Análisis contextual

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

V. CONSEJOS DE UNA ORUGA

Análisis contextual: Lo que el autor quiere en este capítulo es mostrarnos que muchas veces le damos importancia a cosas que en realidad no lo son, que no somos pacientes cuando vemos que las cosas no nos salen bien. La oruga a primera vista, la hace ver el autor como la antítesis del conejo: relajada, aprovechando una rica tarde en compañía de un cigarro y esperando que la vida simplemente pase. Pero para mí la oruga no es solo eso, sino que también juega un papel primordial en la comprensión que tiene Alicia de su estado. Al responder el cuestionario que la oruga le formula, Alicia sorprende con su conclusión: “Al menos puedo decirle quien era cuando me levanté esta mañana; pero creo que me deben haber cambiado varias veces en el día”. El autor muestra a la oruga como un símbolo de tranquilidad donde no le importa ni le preocupa lo que a la demás gente si le preocupa. La oruga se aburrió de estructuralismos y observa todo desde su hongo, al lado del camino, y está precisamente allí para guiar a esta pequeña que no sabe qué hacer para seguir su rumbo. Y más encima, le da algo así como un remedio, que coma del hongo lo que sirve a Alicia en el resto de la historia. No es casualidad, tampoco que la oruga aparezca justo en medio de la historia, no al principio ni al final. La oruga pasa entonces a convertirse en un sabio irónico, que parece no entender pero que entiende todo, y sólo dice, ten paciencia. En nuestra realidad representa a aquellas y pocas personas que se apartan del sentido de la sociedad, que se preocupan por cosas que en verdad vale la pena hacerlo y que están dispuestas a luchar por lo que importa.

Análisis textual: En esta parte del texto se empieza relatando que Alicia se sienta a descansar cerca de un lago y allí descubre una oruga azul, que fumaba una pipa de narguile. Alicia Mantiene una conversación en la que la oruga empieza a preguntarle sobre su existencia esta no pudo responder de una manera sencilla, pues consideraba que tras haber cambiado de tamaño varias veces su propia identidad se había perdido y en ese momento ella misma no sabía quién era, pero la oruga parece contradecir todo lo que dice Alicia. Tiempo después Alicia expresa su inconformidad con su estatura actual de siete centímetros considerándola un espanto, y como esa era la altura de la oruga esta se retira ofendida, pero no sin antes indicarle a Alicia que la seta también puede afectar su estatura, para disminuirla, si comía de un lado de la seta; o para aumentarla si comía del otro. Como Alicia no sabía cuál era cual corto dos pedacitos de los extremos opuestos. Al probarlos, los pedacitos surtieron el efecto esperado: uno hacia que Alicia encogiera, mientras que el otro encogía su figura desproporcionándola. Alicia tuvo que comer varias veces de cada uno de los pedazos hasta alcanzar una estatura satisfactoria. Finalmente, Alicia vio una casita de un metro y veinte de altura, a la que decidió llamar, por lo que ajusto su estatura a veinticinco centímetros.

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