Anstraccion
Enviado por marcoszi • 24 de Octubre de 2013 • 2.347 Palabras (10 Páginas) • 320 Visitas
La abstracción
Desde hace mucho tiempo hasta hoy, la abstracción se ha vuelto en un indispensable medio e instrumento para pensar y explicar, siendo indispensable en el razonamiento, el conocimiento y la interrelación entre estos.
Para explicar qué es abstracción, primero debemos saber la definición, y el diccionario de la Real Academia Española, nos dice que abstracción viene (Del lat. abstractio, -onis). f. Acción y efecto de abstraer o abstraerse. Y a su vez también nos dice que abstraer significa separar por medio de una operación intelectual las cualidades de un objeto para considerarlas aisladamente o para considerar el mismo objeto en su pura esencia o noción.
Entonces a partir de estos conceptos, podemos ubicar la abstracción en la parte del pensamiento, de la capacidad intelectual, considerando como elemento clave para la investigación científica, para la deducción, la lógica, la operacionalidad de muchos elementos o que tengan que ver con la creatividad de una forma u otra.
La abstracción tiene vínculos con distintos campos del saber, como puede ser con la filosofía, la psicología, la informática, la investigación científica, el arte, etc. de esta forma la abstracción puede referirse a:
Abstracción (filosofía), un acto mental en el que se aísla conceptualmente un objeto o una propiedad de un objeto.
Abstracción (psicología), un proceso que implica reducir los componentes fundamentales de información de un fenómeno para conservar sus rasgos más relevantes.
Abstracción (informática), el énfasis en el "¿qué hace?" más que en el "¿cómo lo hace?".[1]
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos90/abstraccion/abstraccion.shtml#ixzz2iWEP1xmD
Es muy frecuente escuchar, tanto en los ambientes profesionales como en situaciones cotidianas, algo así como que “las personas sordas no acceden al pensamiento formal (abstracto)”, sobre la base de la interpretación de que dicho acceso se ve “negado” a causa de la básica falta de acceso al lenguaje (1).
En esta interpretación parecen subyacer al menos un par de supuestos que generan el malentendido que – a su vez – condicionaría a modo de preconcepto el accionar de los especialistas, y suele definir “a priori” el límite superior del desarrollo intelectual de las personas con discapacidad auditiva severa.
El primer supuesto o preconcepto sería el considerar sinónimos a la expresión (o idea) “lenguaje” – que figura en la enunciación (1) – y la idea de ”lenguaje oral” (dimensión a la que sólo dificul-tosamente ALGUNAS personas con sordera tienen acceso, y con las naturales limitaciones). Volveremos sobre esto enseguida (2).
El segundo supuesto o preconcepto – en alguna medida derivado del anterior – sería el considerar que solamente a través de la lengua oral se enriquece la construcción del pensamiento formal.(3).
Intentemos despejar algunas cuestiones:
En primer lugar, cabría señalar que las posibilidades de acceso a cualquier nivel de desarrollo no solamente se hallan condicionadas por factores de índole intelectual, sino que en ellas inciden en medida no menor los factores que se agrupan bajo el concepto de ESTRUCTURAS COGNITIVAS, que engloban a lo intelectual y lo trascienden, por cuanto en la construcción de las mismas se entrelazan – de manera original en cada persona – todos aquellos aspectos que tienen que ver con:
* la mayor o menor proximidad (familiaridad) con los objetos de aprendizaje;
* la afectividad;
* la manera en que el sujeto puede (o no) establecer vínculos con los objetos de conocimiento.
* las relaciones vinculares (de tipo social) que favorecen o entorpecen el acceso al conocimiento;
* los intereses personales (motivaciones).
El concepto de ESTRUCTURAS COGNITIVAS, derivado de una concepción constructivista de la realidad, tiene la ventaja de superar cualquier postura “intelectualista”, pues pone sobre el tapete la cuestión de entender que ningún individuo puede ser conceptualizado (más que por abstracción) fuera de una totalidad de situaciones dentro de las cuales se desenvuelve, vive y puede aprender. (Ortega y Gasset expresó, ya hace largo tiempo, aquello de que “yo soy yo y mis circunstancias”...).
En consecuencia, aunque aquí se trata de comprender una cuestión específica dentro del desarrollo – la del pensamiento abstracto –, no podemos prescindir en nuestras conceptualizaciones de ese “entorno” a partir del cual (y en el cual) las personas podrían (y deberían) encontrar facilitaciones relativas a su desarrollo.
Sugeriría, en todo caso, que comenzáramos a pensar en el DESARROLLO COGNITIVO y, en todo caso, englobado en él, en el desarrollo del pensamiento, pero sin olvidar que éste forma parte de un todo más complejo (justamente, el desarrollo cognitivo).
En segundo lugar, aboquémonos por un momento al tema de aquél primer supuesto mencionado más arriba y señalado con el número (2).
Como cuestión preliminar, es necesario aclarar que SÍ existe una relación estrecha entre las posibilidades de desarrollo del pensamiento y el nivel que una persona alcance en el desarrollo del lenguaje como forma de comunicación. Esto es así, por cuanto una buena e importante porción de “significaciones” relativas a la realidad que lo circunda, sólo puede alcanzar a captarlas a partir de un “otro” que las comunica, más o menos sistemática o intencionalmente según las circunstancias. (4).
Asimismo, el lenguaje le permite expresar sus propias “significaciones” de la realidad, y contrastarlas con las “significaciones” ajenas (sociales, en mayor o menor escala). De modo que, básicamente, el fenómeno (y el proceso) de la lengua define posibilidades de “encuentro” en un contexto de “significaciones”. (5)
Sin embargo, convendría señalar que cuando aquí hablo de LENGUAJE, estoy refiriéndome a cualquier forma de significación/comunicación que alcance un valor “significante” para una red extensa de usuarios.
No me cabe la menor duda que en la realidad, la lengua oral tiene desarrollo y alcance privilegiados, pero tampoco me cabe la menor duda de que quienes nos consideramos usuarios hábiles e independientes (“competentes”) de nuestra propia lengua nos vemos enfrentados frecuentemente a problemas de comunicación dentro de ella misma (y no exactamente derivados de cuestiones léxicas, regionalismos o situaciones de similar índole, sino a causa de que el lenguaje es más restringido en sus alcances que la dimensión del pensamiento que dicho lenguaje procura explicitar y comunicar).
Esto también “nos pondría en la pista” de interpretar que el lenguaje oral no podría
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