Antología De Poemas
Enviado por garde123456 • 10 de Marzo de 2013 • 2.692 Palabras (11 Páginas) • 1.209 Visitas
PROLOGO
Esta antología consiste en la recopilación de varios poemas, en los cuales distintos autores plasman sus ideas, emociones y pensamientos; en ella se han recopilado poemas de la antigua lírica entre otros.
Encontraras poemas en los cuales, estos poetas como Píndaro, Teognis, Safo etc. Van describiendo lo que ellos sienten en realidad y atreves de estos escritos que hoy conocemos como poemas, muchas personas han sido impactadas por lo que en algún tiempo estos escritores quisieron proyectar atreves de las letras.
POEMAS
POEMAS DE PINDARO 3
A TEÓXENO DE TÉNEDO 4
A TRASÍBULO DE ACRAGANTE 5
A HAGESIDAMO, NIÑO, VENCEDOR EN EL PUGILATO 7
POEMAS DE TEOGNIS 8
POR UNA LUNA ROSADA 9
POEMAS DE ARQUILOCO 10
NIEBLA EN LOS OJOS 11
NI YAMBOS NI PLACERES 11
HASTA LOS HUESOS 11
POEMAS DE SOR JUANA INES DE LA CRUZ 12
DETENTE SOMBRA 13
ESTE AMOROSO TORMENTO 14
VERDE EMBELESO 15
POEMAS DE OCTAVIO PAZ 16
PRIMAVERA ALA VISTA 17
EL PAJARO 18
SECCIÓN 2.3 19
POEMAS DE SAFO 20
DICEN QUE UNA TROPA DE CARROS. 21
ME PARECE IGUAL A LOS DIOSES 22
EN MI SUEÑO CERCA SE ME APARECE 23
POEMAS DE RUBEN DARIO 24
DICEN QUE UNA TROPA DE CARROS. 25
ME PARECE IGUAL A LOS DIOSES 26
EN MI SUEÑO CERCA SE ME APARECE 27
A Teóxeno de Ténedo
Hay un tiempo para recolectar amores,
corazón mio, cuando acompaña la edad:
pero aquel que al contemplar los rayos
rutilants que brotan de los ojos de Teóxeno
no siente el oleaje del deseo, de acero
o de hierro tiene forjado su negro corazón
con fría llama y, perdido el aprecio
de Afrodita, la de vivaz mirada,
o violentas fatigas padece por la riqueza,
o se deja arrastrar por la femenina osadía
esclavo de todos sus (...) vaivenes.
Más yo me derrito como cera de sagradas abejas.
por el calor mordida en cuanto pongo mis ojos
en los lozanos miembros de adolescentes mozos.
¡ Era cierto que también en Ténedo
Persuasión y Donosura tenían su sede
en el hijo de Hagesilao !
A Trasíbulo de Acragante
Hay un tiempo para recolectar amores,
corazón mio, cuando acompaña la edad:
pero aquel que al contemplar los rayos
rutilants que brotan de los ojos de Teóxeno
no siente el oleaje del deseo, de acero
o de hierro tiene forjado su negro corazón
con fría llama y, perdido el aprecio
de Afrodita, la de vivaz mirada,
o violentas fatigas padece por la riqueza,
o se deja arrastrar por la femenina osadía
esclavo de todos sus (...) vaivenes.
Más yo me derrito como cera de sagradas abejas.
por el calor mordida en cuanto pongo mis ojos
en los lozanos miembros de adolescentes mozos.
¡ Era cierto que tambien en Ténedo
Persuasión y Donosura tenían su sede
en el hijo de Hagesilao !
A Hagesidamo, niño, vencedor en el pugilato
Leedme en voz alta el nombre del vencedor olímpico,
el hijo de Arquéstrato, a ver en qué parte de mi espíritu
está escrito, pues se me había olvidado que le debía
un dulce canto. Musa, tu y la Verdad,
hija de Zeus, con la mano enderezadora,
rechazad la censura embustera
de que he faltado contra el huésped....
así también cuando un hombre, Hagesidamo,
que ha conseguido victorias llega al predio de Hades
sin ser cantado, con vana aspiración ha obtenido para su esfuerzo
placer breve; pero sobre ti la lira de grata voz
y la dulce flauta esparcen su encanto.
Nodriza de tu ancha fama
son las Piérides, hijas de Zeus.
Yo he emprendido esta tarea con afán y me he posado
sobre el glorioso pueblo locro, para verter
miel sobre esta viril ciudad.
Al hijo seductor de Arquéstrato
he elogiado, pues le vi vencer con la fuerza de su puño
junto al altar de Olimpia
en aquella ocasión:
poseía esa mezcla de hermosura externa
y lozanía que antaño a Ganímedes (*)
libro de la muerte, que a nadie respeta
con la ayuda de la Cípride.
POR UNA LUNA ROSADA
Seguro arranca del teclado
poemas,
y los dispersa en lamento.
Rojo códice lanza ritmo
revela heridas y dolor
aparta lógica pregunta
no parece sentir
las fauces que cortan la libertad
triste recita en el centro del
convite
arde y flamea con aliento libre
nunca desecha
los toneles rebosantes de
dulce vino,
escalando la sátrapa muralla
sus lágrimas
en éxtasis renuevan,
los confines del frío anhelante
la Elegía,
se desplaza utópica en la noche
triste
de los siglos olvidados
y sus signos conectores ávidos atan
los versos del alma.
NIEBLA
...