Antología de poemas de Sor Juana Inés de la Cruz.
Enviado por fernando38vega • 7 de Junio de 2016 • Tarea • 1.262 Palabras (6 Páginas) • 581 Visitas
Antología de poemas de: Sor Juana Inés De La Cruz
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Índice:
-Prologo (porque elegimos sus poemas en que se inspiraba Sor Juana Inés De La Cruz, En que nos basamos o inspiramos)
-Algunos poemas de ella.
Prologo:
Nosotros nos hemos basado en un texto literario, por lo cual buscamos un concepto que es el de los poemas el cual nos ha llamado la atención. Tomamos en cuenta a una gran poeta hispanoamericana que en el siglo XVII fue demasiado famosa, ella es Sor Juana Inés de la Cruz quien se volvió en tan poco tiempo una poeta famosa. Es por eso que nos gustó su historia, es para nosotros un gran honor comentar más sobre ella.
Fue una de las escritoras novohispanas más importantes del siglo XVII, como no podía escribir libremente, decidió entrar al convento, ella siempre al escribir sus poemas, se centraba en el amor y el desamor, eran sus temas principales.
Destaca su lírica, que aproximadamente suma la mitad de su producción; poemas amorosos en la que la decepción es un recurso muy socorrido, poemas de vestíbulo y composiciones ocasionales en honor a personajes de la época.
También destaca el tratamiento de la mujer como personaje fuerte que es capaz de manejar las voluntades de los personajes circundantes y los hilos del propio destino.
Sor Juana era muy dada a hacer retruécanos, a verbalizar sustantivos y a sustantivar verbos, a acumular tres adjetivos sobre un mismo sustantivo y repartirlos por toda la oración, y otras libertades gramáticas que estaban de moda en su tiempo. Asimismo es una maestra en el arte del soneto y en el concepto barroco.
Hemos buscado diferentes títulos de poemas los cuales nos han llamado la atención por sus títulos los cuales son fantásticos, son tal vez algunos de los que fascinaron el siglo XVII y que hoy en día tal vez sigan fascinando a lectores de cualquier lugar, sus títulos en los que nos hemos basado son los siguientes:
Amor inoportuno
A una rosa
Nacimiento de cristo
Ante la ausencia
La sentencia del justo
Teme que su afecto parezca
Continúa el mismo asunto
Contiene una fantasía contenta con amor docente
Continúa el mismo asunto
Pues estoy condenada
~Amor inoportuno.
Dos dudas en que escoger
Tengo, y no se ha cual prefiera,
Pues vos sentís que no quiera
Y yo sintiera querer.
Con que si a cualquier lado
Quiero inclinarme, es forzoso
Quedando el uno gustoso
Que otro quede disgustado
Si daros gusto me ordena
La obligación, es injusto
Que por daros a vos gusto
Haya yo de tener pena
Y no juzgo que habrá quien
Apruebe sentencia tal, enseñas
Como que me trate mal
Por trataros a vos bien.
~A una Rosa.
Eres, con tu fragante sutileza
Magisterio purpúreo en la belleza,
Enseñanza nevada a la hermosura.
Amago de la humana arquitectura,
Ejemplo de la vana gentileza
En cuyo ser unió la Naturaleza
La cuna alegre y triste sepultura.
Cuán altiva en tu pompa, presumida
Soberbia, el riesgo de morir desdeñas
Y luego desmayada y encogida
De tu caduco ser das mustias señas
~Nacimiento de Cristo.
De la más fragante rosa
Nació la abeja más bella,
A quien el limpio rocío
Dio purísima materia.
Nace, pues, y apenas nace,
Cuando en la misma moneda,
Lo que en perlas recibió
Empieza a pagar en perlas.
Que llora el alba, no es mucho
Que es costumbre en su belleza;
Mas ¿quién hay que no se admire
De que el sol lágrimas vierta?
Si es por secundar la rosa,
Es ociosa diligencia,
Pues no es menester rocío
Después de nacer la abeja.
Y más cuando en la clausura
De su virginal pureza
Ni antecedente haber pudo,
Ni puede haber quien suceda,
¿Pues a qué fin es el llanto,
Que dulcemente riega?
Quien no puede dar más fruto
¿Qué importa que estéril sea?
Más ay, que la abeja tiene
Tan íntima dependencia
Siempre con la rosa, que
Depende su vida de ella;
Pues dándole néctar puro,
Que sus fragancias engendran,
No sólo antes le concibe
Pero después le alimenta.
~Ante la Ausencia.
Divino dueño mío,
Si al tiempo de partirme
Tiene mi amante pecho
Alientos de quejarse,
Oye mis penas, mira mis males.
Aliéntese el dolor,
Si puede lamentarse,
Y a la vista de perderte
Mi corazón exhale
Llanto a la tierra, quejas al aire.
Apenas tus favores
Quisieron coronarme,
Dichoso más que todos,
Felices como nadie,
Cuando los gustos fueron pesares.
Sin duda el ser dichoso
Es la culpa más grave,
Pues mi fortuna adversa
Dispone que la pague
Con que a mis ojos tus luces falten,
¡Ay, dura ley de ausencia!
¿Quién podrá derogarse,
Si a donde yo no quiero
Me llevas, sin llevarme,
Con alma muerta, vivo cadáver?
¿Será de tus favores
Sólo el corazón cárcel
Por ser aun el silencio
...