Antología del Libro Iemanja la Reina del Mar

Antología del Libro Iemanja la Reina del Mar

Marina mora en la playa, en una bella playa de mar con palmeras, agua azul, suave brisa y arena blanca. Tataranieta de esclavos, e hija de pescador, la piel de color canela, de princesa antigua el andar. Cuando ríe, con sus dientes claros, su rostro se parece a la noche oscura que la luna ilumina de repente. Cae la tarde y Marina, sentada en una colina, se queda muy quieta, mirando a lo lejos, las suaves ondas del mar. '¿Qué hay', pero pregunta la niña 'de aquel lado de allá, pasada la línea blanca donde el cielo encuentra el mar?'. Tanta veces pregunto, que un día el mar respondió: 'De aquel lado de allá, muy lejos, donde la vista no alcanza existe una tierra misteriosa, enorme maravillosa. De allí vinieron esclavos, en negros y tristes navíos, Marina, tus antepasados. También fue allí donde nació la reina Iemanja, hija de la diosa Olokum, que reina sobre los seres del mar. Siempre bonita, siempre elegante, luciendo ricos vestidos, empuña un cetro de plata con una estrella de mar.

Iemanja se caso con Olofin, rey de Ife, país de las tierras al otro lado del mar. Aunque dio a su marido muchos hijos, a Iemanja le cansaba la suave vida gris en el  palacio de Ife. Abandono a Olofin y decidió  no volver. Olofin, rey poderoso, mando a sus bravos guerreros traer de vuelta al hogar a sus esposa Iemanja. Olokum, madre de Iemanja, había dado a su hija, de regalo, una vasija llena de agua encantada. Para no ser capturada, Iemanja rompió la vasija y el agua se convirtió en rio y el rio la llevo a su madre, la bella diosa del mar. Iemanja se quedo a vivir en los mares, ríos y lagos, sentada en un trono de escamas, conchas y estrellas de mar. En su día de fiesta, los devotos le ofrecen comida y bebida, flores, perfumes, collares, adornos. A cambio, Iemanja, les da salud y prosperidad. La voz del mar guardo silencio. El Sol se metió en su cuna. Marina se encontró sola, en la playa oscura. 'Debe haber sido un sueño,' pensó la niña, y sintiéndose intranquila volvió a casa enseguida. Desde entonces, cuando Marina sumerge las manos en la espuma del mar, siente que toca el velo de la diosa Iemanja, madre de las aguas que alimentan los seres vivos de la tierra y del mar.

...