Antología
Enviado por Kari.castelan • 23 de Enero de 2013 • 1.135 Palabras (5 Páginas) • 309 Visitas
ANTOLOGIA
Esta antología de poemas, es sólo una colección mínima, donde el lenguaje poético aparece, sucede, como evidencia de lo inasible de lo poético.
Es imposible encasillar en fórmulas, lo que de sí se afirma en su naturaleza de desestructuración del lenguaje, esa libertad del poeta ante la palabra, libertad no caótica, sino la que proviene del deseo por ordenar algo nuevo.
No habría novedad creativa si no fuese por los sanos disidentes de la palabra (o los revulsivos en cualquier ámbito), que luchan contra sus propias estructuras que fijan estereotipos y contra todo deterioro de lo vital que aún habita lo humano.
INDICE
Antología…………….... 1
Presentación……………….2
Poemas………………..3
Ensayo…………….4
POEMAS
Deseo
Manuel Gutiérrez Nájera
¿No ves cual prende la flexible yedra
entre las grietas del altar sombrío?
Puesto como enlaza a la marmórea piedra
quiero enlazar tu corazón bien mío.
¿Ves cual penetra el rayo de la luna
las quietas ondas sin turbar la calma?
Pues tal como se interna en la laguna
quiero bajar al fondo de tu alma.
Quiero en tu corazón, sencillo y tierno,
acurrucar mis sueños entumidos
como al llegar la noche del invierno
se acurrucan las aves en sus nidos.
Espinelas
Salvador Díaz Mirón
Que como el perro que lame
la mano de su señor,
el miedo ablande el rigor
con el llanto que derrame;
que la ignorancia reclame
al cielo el bien que le falta.
Yo, con la frente muy alta,
cual retando al rayo a herirme
soportaré sin rendirme
la tempestad que me asalta.
No esperes en tu piedad
que no inflexible se tuerza:
yo seré esclavo por fuerza
pero no por voluntad.
Mi indomable vanidad
no se aviene a ruin papel.
¿Humillarme? Ni ante aquel
que enciende y apaga el día.
Si yo fuera ángel, sería
el soberbio ángel Luzbel.
El hombre de corazón
nunca cede a la malicia.
¡No hay más Dios que la justicia
ni más ley que la razón!
¿Sujetarme a la presión
del levita o el escriba?
¿Doblegar la frente altiva
ante torpes soberanos?
Yo no acepto a los tiranos
ni aquí abajo ni allá arriba.
Mi prima Águeda
Ramón López Velarde
Mi Madrina invitaba a mi prima Águeda
a que pasara el día con nosotros,
y mi prima llegaba
con un contradictorio
prestigio de almidón y de temible
luto ceremonioso.
Águeda aparecía, resonante
de almidón, y sus ojos
verdes y sus mejillas rubicundas
me protegían contra el pavoroso
luto…
Yo era rapaz
y conocía la o por lo redondo,
y Águeda que tejía
mansa y perseverante en el sonoro
corredor, me acusaba
calosfrío ingnotos…
(Creo que hasta le debo la costumbre
heroicamente insana de hablar solo.).
A la hora de comer, en la penumbra
quieta del refectorio,
me iba embelesando un quebradizo
sonar intermitente de vajilla
y el timbre caricioso
de la voz de mi prima
Águeda era
(luto, pupilas verdes y mejillas
rubicundas) un cesto policromo
de manzanas y uvas
en el ébano de un armario añoso.
Hermana, hazme llorar…
Ramón López Velarde
Fuensanta:
dame todas las lágrimas del mar.
Mis ojos están secos y yo sufro
unas inmensas ganas de llorar.
Yo no sé si estoy triste por el alma
de mis fieles difuntos
o porque nuestros mustios corazones
nunca estarán sobre la tierra juntos.
Hazme llorar hermana,
y la piedad cristiana
de tu mano inconsútil
enjúgueme los llantos con que llore
el tiempo amargo de mi vida inútil.
Fuensanta:
...