Análisis De El Extranjero De Baudelaire
Enviado por miriamIrene • 3 de Diciembre de 2012 • 2.210 Palabras (9 Páginas) • 520 Visitas
El extranjero
Este texto de Baudeleire contiene elementos románticos que pueden diferenciarse con claridad. Por ejemplo, el título mismo nos sugiere a un individuo que no pertenece a la tierra en la que se encuentra. El extranjero, no comparte, ni conoce las normas, los elementos que unifican a la población en que hoy está parado. Se mueve por otros cánones, por otras reglas, siente de manera distinta, vive de forma diferente. Este extranjero, por lo que veremos en el texto, refleja el sentir del romántico, un hombre que no se siente parte de este mundo, porque es el eterno incomprendido. Nada quiere de este mundo, nada de este mundo le pertenece, su forma de sentir, su forma de querer, de desear, nada tiene que ver con el común de la gente. Es el hombre original, que sufre por esa incomprensión y por eso tiende a la evasión: ama las nubes, porque son libres, porque no están en este mundo, porque están alejadas de él y miran en soledad, desde lo alto, la mediocridad y la vulgaridad de este mundo.
El romántico ama la soledad, la evasión y la originalidad. Los tres elementos estarán presentes en este texto. ¿Se siente despreciado por el mundo? Pues entonces él también despreciará todas las convenciones, los fundamentos de ese mundo que lo desprecia.
Este texto está planteado en forma teatral, ya que no existe narrador sino sólo el diálogo. No sabemos quién es el extranjero, no sabemos quién pregunta, ni por qué. Sólo conocemos el diálogo y la originalidad de sus respuestas, así como la sorpresa de quien pregunta que intenta conocerlo y va cada vez más asombrándose por la falta de interés de este extraño por el mundo que todos conocen.
Esta mezcla de géneros literarios también es un elemento romántico. Los románticos, en su afán de libertad y a favor del sentimiento, rechazaban cualquier intento del arte de mantenerlos en ciertos parámetros rígidos, así que buscando su expresión más sincera y dejándose llevar por su sentir, rompían los estructuras rígidas de las formas tales como los géneros literarios. A partir de este momento, lo narrativo se puede volver teatral; lo lírico, narrativo; y esta investigación se irá haciendo más fuerte hasta nuestros días.
Lo primero que nos damos cuenta es que el extranjero es un hombre enigmático, un personaje oscuro, misterioso, difícil de comprender, cuyo hermetismo impide acceder a él. Los hombres nos conocemos, muchas veces, por la identificación con el otro. Aquello que del otro es común a nosotros, nos permite comprenderlo. Aún cuando el otro sea muy extraño, siempre se intenta buscar las coincidencias que luego permita entender las diferencias. Eso precisamente es lo que hace quien está interrogando, busca algo en común que le permita comprenderlo. Pero el extranjero se muestra tan extraño a él, que no existe nada en común, nada que le permita identificarse, lo que coloca a este personaje en la soledad absoluta. Una soledad que no sólo se ve en lo físico, sino que es muchísimo más profunda, es la soledad existencial, la del alma, la de los afectos.
El interlocutor busca conocer al extranjero, y a medida que va preguntando, lo que obtiene es mayor alejamiento de su persona. Podemos ver que parte de lo obvio, de lo común y va elaborando preguntas cada vez más complejas. En esto podemos ver su sorpresa al no poder encontrar en él nada común, porque al extranjero no le interesa ser conocido por nadie, desprecia al mundo del interlocutor, por esa razón sus respuestas se van haciendo cada vez más incisivas, se van haciendo más agresivas y mostrando ese desprecio por lo los demás aprecian.
En el afán de conocer, de comprender, las preguntas del interlocutor tampoco son superficiales. Va a lo profundo “dime quién amas más”. Esta no es una pregunta fácil de responder para nadie. No es un pregunta trivial, que haríamos a cualquiera que nos encontráramos de forma casual. Es una pregunta profunda, aunque parece casi infantil por su sencillez. ¿Cómo es posible saber a quién se ama más si aún no tenemos claro, si quiera, lo que es amar? Y aunque lo intuyéramos, ¿podemos comparar el amor que sentimos por uno u otro ser humano? Parece una pregunta sencilla pero no lo es, ni es fácil de responder. No va la superficialidad en el conocimiento del otro, va al mundo afectivo, un mundo que solemos resguardar de la mirada de los otros, no exponerlo si no nos sentimos seguros de quién quiere saber.
A pesar de ser una pregunta que no puede responderse por la dificultad que implica jerarquizar el afecto, el extranjero no le teme a ésta y responde. Su respuesta es la negación del afecto más cercano: el familiar. Este es un lugar común, y tal vez por eso también lo niega, porque nada de común hay en él. Esta enumeración de vínculos, nos muestra que no existen lazos que lo unan a este mundo, no tiene un origen en él, ni un sostén que lo mantenga allí. A la enumeración del interlocutor corresponde una enumeración anafórica del término “ni” que nos lleva a un desconocimiento del concepto de familia. No tiene padre, madre, ni hermanos, nada que lo ate, ninguna responsabilidad a la que deba responder, no debe nada a nadie, ni nadie le debe a él. Desconocer la familia es reconocer la falta de amparo, de afecto, de cuidado y de normas que lo marquen.
Esta negación tan rotunda no ayuda al interlocutor, porque nada lo identifica con él, es como si le cerrara una puerta por donde seguir preguntando, por lo tanto, si quiere saber deberá volver al punto cero para empezar a preguntarse qué puede interesarle a este extranjero.
Es curioso pensar que un extranjero es quien debería interesarse por el mundo al que llega, sin embargo este personaje le da la espalda, no es él quien quiere saber, sino que es el otro, quien ve algo extraño como para querer preguntar.
La segunda pregunta es por los amigos. La amistad otro lugar común. Podemos reconocer en este concepto códigos que nos permiten integrarnos socialmente, comportarnos de manera de ser aceptados. Si tenemos amigos es porque estamos integrados socialmente, somos aceptados por alguien, queridos, comprendidos, acompañados. Alguien nos debe fidelidad y nos contiene en los momentos difíciles. Alguien puede limitarnos en los momentos en que vamos a cometer errores. Y la amistad implica también un compromiso recíproco, lo que significa que si el extranjero tuviera amigos también estaría atado a algo. Los amigos se diferencias de la familia porque son elegidos. Pero este extranjero se niega a un compromiso con este mundo por lo tanto tampoco elegirá
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