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Análisis Harry Potter


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2018  •  Ensayo  •  10.673 Palabras (43 Páginas)  •  190 Visitas

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Presencia de la fantasía en la obra literaria “Harry Potter and The Half-Blood Prince” (Harry Potter y el Príncipe Mestizo)  

La literatura es una forma de expresión artística que alcanza formas de representación de la realidad en las que se mezclan ideas que pueden trascender de lo real a lo imaginario y que configura un mundo propio. En este sentido, lo real y lo irreal se pueden mezclar con facilidad en la literatura, ya que la imaginación es la principal fuente que alimenta a la obra literaria. Por ello, uno de los rasgos de la literatura fantástica es descrito por Barrenechea (1972) de la forma siguiente: Todo lo narrado entra en el orden de lo no natural: un hecho irreal es descrito de tal manera que provoca un problema al confrontarse con la realidad. Muchas veces los elementos sobrenaturales se presentan “de forma no sorprendente y no provoca escándalo en el ánimo de los personajes que participan en esas aventuras” (pág. 398). En este caso, el hecho sobrenatural dentro del relato es considerado como parte de lo normal o real, pero para el lector provoca asombro o confusión al compararlo con su realidad.

Partiendo de estas consideraciones es que se pueden observar la presencia de la fantasía en la obra literaria  “Harry Potter and The Half-Blood Prince” (Harry Potter y el Príncipe Mestizo), donde la presencia de elementos creados por la imaginación de su autor, que no son reales, aparecen en el discurso de la obra bajo una atmosfera de realidad que va revelando un conjunto de situaciones y personajes fantásticos, mitológicos y hasta producto de la invención de su autor. Se tiene, por ejemplo, en el inicio de la obra, donde el Primer Ministro entra en comunicación con un personaje que aparece desde una fotografía y se trasmuta en el fuego:

Por un breve momento se esperanzó en que nadie pudiese responderle. Sin embargo, una voz respondió al unísono, una fría y decisiva voz que sonaba como si estuviese leyendo una declaración ya preparada. Venía - como el Primer Ministro se imaginó gracias al primer tosido - del pequeño hombre parecido a una rana, que tenía una larga y plateada cabellera que estaba descripta en una pequeña, sucia y antigua pintura en la lejana esquina de la habitación. (pág. 2)

 Es esta criatura una suerte de manifestación de un más allá, un ente que proviene de otra dimensión, ajeno a lo que es el espacio de vida de lo humanidad, pero conocedor e interventor de lo que sucede en este mundo. El autor quiere hacer saber al lector que un mundo paralelo que alberga seres mitológicos, fantasmales, fantásticos viven alrededor de uno sin verlos y sentirlos y que sólo al ellos decidirlos se hacen presentes en nuestro mundo. Aunque el personaje parece sorprenderse, ya ha vivido encuentros de este tipo, lo que permite suponer que es ya algo natural para el Primer Ministro. Estas apariciones de personajes y situaciones fantásticas, acompañados de elementos mitológicos, van haciendo la atmosfera de la constante presencia del fantástico en la obre de J.K Rowling:

Había estado solo en su oficina, saboreando su triunfo luego de tantos años de sueños e imaginaciones, hasta que escuchó una tos detrás de él, igual que esta noche, y darse vuelta para descubrir que el pequeño y feo portarretratos que le hablaba, anunciando que el Ministro de Magia estaba por llegar e introducirlo. Naturalmente, había pensado que la larga campaña y el esfuerzo habían causado que se vuelva loco. Se había aterrorizado al ver que un portarretratos le hablaba, a pesar de que esto no había sido nada de lo que había sentido al enterarse que un autoproclamado mago se había aparecido de entre el fuego y estrechado su mano. Se había quedado sin habla a lo largo de la amable explicación de Fudge de que había magos y brujas aún viviendo en secreto en todo el Mundo, y sus tranquilizantes de que no iba a molestarlos, ya que el Ministerio de magia tomaba toda la responsabilidad de toda la Comunidad Mágica, y prevenía que la población no mágica supiera de su existencia. Era, dijo Fudge, un trabajo muy dificultoso que acompañaba a todo lo referente con regulaciones del uso responsable de las escobas para mantener a la población de dragones bajo control (el Primer Ministro se recordaba agarrándose del escritorio para enfrentar este tema). Fudge había golpeado la espalda del boquiabierto Ministro en un modo un tanto paternal. (pág. 3)

Como puede observarse, la misma manifestación de una Comunidad Mágica, secreta y ajena a lo humano, es ya una forma de manifestación de la fantasía presente en la obra literaria “Harry Potter and The Half-Blood Prince” (Harry Potter y el Príncipe Mestizo) de J.K Rowling, pues en su configuración el autor introduce situaciones que le van a servir para crear en el lector una situación de compresión y de aceptación de dicha comunidad mágica, es el elemento de la persuasión y convencimiento, claves que le servirán al autor para que el lector no caiga en el problema de la comprensión que se genera a la hora de encontrarse con algo que le es ajeno a su cotidianidad.

Es lo que Barrenechea (1972) llama Una mezcla de ambos ordenes: este orden según provoca: “un fuerte contraste y presenta la ruptura del orden habitual como la preocupación primordial del relato, pero no siempre se obtiene o se quiere obtener dicho resultado” (pág. 398). Esto significa que la combinación entre lo natural y lo no natural desencadena en el texto una ruptura de lo establecido como normal, lo cual mantiene relación con el planteamiento de Todorov (1970) cuando afirmaba que ante este contraste existe vacilación o ambigüedad durante el proceso de lectura.

Es esa situación el lector puede advertir en la obra literaria “Harry Potter and The Half-Blood Prince” (Harry Potter y el Príncipe Mestizo) de J.K Rowling, la configuración de dos mundos paralelos que se entrelazan y se van uniendo para que el lector vaya construyendo las formas de manifestación de la realidad y la fantasía, de tal manara que en el trascurso de la lectura de la obra se acostumbre a los acontecimientos sobrenaturales y ya no se vean como vacilaciones o ambigüedades durante la lectura de la obra. Por otro lado, Barrenechea (1972) en su configuración de lo fantástico advierte que en la obra se puede encontrar con la existencia de otros mundos paralelos al natural, donde no cabe duda de la existencia de fuerzas no conocidas que amenazan la estabilidad de lo cotidiano y donde se postula la realidad de lo que se creía imaginario y la irrealidad de lo que se consideraba real, es allí que por deducción lógica o por contagio del mundo del misterio se llega a dudar de la propia consistencia del ser humano.

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