Análisis del poema Ardiendo por dentro

Delgado Silva Judá Josemir

Análisis del poema Ardiendo por dentro

Este poema retoma primeramente la personificación ligera que un poeta goliardo trae consigo, aludiendo al hecho de sus días disipados entre relajamientos. Menciona su tendencia hacia la vida en gozos, de ejemplo los siguientes versos:

Busco a los que son como yo                                     ávido de placeres

y, así, me uno a los malos.                                        más que de mi salvación;

Está el tópico del amor pero este tipo en especial se caracteriza por el matiz sexual, natural al hombre y hasta cierto punto, grotesco. Es claro el mensaje pasional con “¿quién no se quemará en el fuego?”, que pasa a un “¿quién se resistiría al placer de los cuerpos?”. Se aprovecha en este punto el caso de Hipólito y se hace una parodia a que ni él se resistiría incluso siendo enviado a Pavía, lugar de Venus.

La fortuna es otro tópico utilizado, se ubica al ser colocado como un factor que desnuda el cuerpo pero consecuentemente deja en la mente una chispa de inspiración. Además, el hecho de que sea tomado este concepto tiene que ver con la percepción que se tenía por parte de los goliardos hacia el dinero; is the root of all evil today, diría Pink Floyd.

Tras de esto se encuentra la figura de la taberna, casa, lugar de cobijo y de donde beben, juegan y componen los goliardos. Tal aprecio le tienen que, para ellos, la muerte deberá sucederles entre sus paredes. Sin embargo, un goliardo no puede morir así sin más y el vino será un acompañamiento grato, pues:

Con las copas se enciende

el candil del alma,

el corazón colmado de néctar

vuela hasta cielos.

 Por último quedan dos elementos a destacar, la satisfacción personal que deben conseguir y también, el conocimiento subvertido sobre la Iglesia. El primero ya lo hemos visto con su afán por el placer sexual y la bebida, pero también está en el hecho de satisfacer el hambre. El segundo, y siguiendo el hilo del poema, se encuentra cuando se enuncia sutilmente que, el mandamiento del Señor será aquel que pueda librarlo del pecado.

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