BIOGRAFIA DE DANI PEDROSA
Enviado por chikuelina • 7 de Noviembre de 2012 • 2.009 Palabras (9 Páginas) • 482 Visitas
Dani Pedrosa es el hijo primogénito de una modesta familia de Castellar del Vallès (Barcelona). Sus grandes apoyos los ha recibido de su padre, Antonio Pedrosa, y en particular de su madre, Basilia Ramal, aunque su admirador más entusiasta es su hermano Eric, que tiene cinco años menos que Dani
Pedrosa se crió contemplando vídeos de campeones como Wayne Rainey, Eddie Lawson y Michael Doohan, su gran ídolo junto a Valentino Rossi, memorizando todo cuanto hacían en los diferentes circuitos. En 1989, con sólo cuatro años, su padre le regaló una Italjet 50 de motocross, que montaba dos ruedas laterales de apoyo.
A los seis años montó su primera pocket bike, una réplica en miniatura de una Kawasaki, con la que empezó a competir en pruebas locales. A los diez años se inscribió en el Campeonato de España de Minibikes, siendo tercero en 1997 y campeón al año siguiente. Dani se impuso con total autoridad, pero la falta de presupuesto casi dio al traste con su prometedora carrera
Entonces apareció la figura del ex piloto Alberto Puig, quien había sido elegido director técnico de una revolucionaria fórmula para la búsqueda de nuevos talentos, la Movistar Activa Joven Cup, creada en enero de 1999 con la financiación de la empresa de telefonía que le da nombre. Pedrosa, a quien debían aguantarle el cojín porque no llegaba con los pies al suelo (mide 1,58 metros y pesa sólo 49 kilos), y que había aprendido en una sola semana a cambiar de marcha en una moto de verdad porque sus minimotos eran automáticas, compitió aquel mismo año en la Movistar. Fue uno de los tres pilotos seleccionados por Puig para disputar el campeonato de España 2000 en 125 cc, junto a Joan Olivé y Raúl Jara, gran amigo de Pedrosa. Cuatro pole positions en seis carreras y el cuarto puesto en la clasificación final fueron suficientes para que Puig lo incluyese en el equipo Telefónica Movistar Honda que disputaría el mundial de 125 cc en 2001
En el mundial
En 2001, con apenas quince años (el piloto más joven de la historia en disputar un mundial), asombró a propios y extraños por su determinación y valentía. En una temporada de rodaje, logró su primer podio en Valencia (fue tercero), tras una carrera épica en la que compitió contra los mejores de la categoría. Pero no acabó ahí su gesta, porque en Japón subió de nuevo al podio en el mismo escalón y terminó octavo del mundial, siendo elegido el «Mejor Rookie» de la temporada
En 2002 prosiguió su aprendizaje, pero ya dejó patente que sería campeón a las primeras de cambio y que se trataba de un piloto con unas cualidades innatas insólitas. A pesar de su proverbial humildad, no se conformaría con ser segundo. A este respecto comentó Puig, su mánager: «Es como una esponja. Le hablas, te escucha, procesa y, después, actúa». Aquel año consiguió ya su primera y espectacular victoria, en el circuito holandés de Assen, y la reeditó en Cheste (Valencia). Concluyó la temporada con un bagaje de nueve podios, seis pole positions y la tercera plaza en el mundial
En 2003 tocó el cielo y descendió al infierno. Tras una campaña sólida, en la que sólo en dos ocasiones terminó por detrás de la sexta posición (además de una carrera no terminada y otras dos no disputadas de las dieciséis del mundial), en el Gran Premio de Malasia puso la guinda a sus cinco victorias y un segundo puesto, adjudicándose su primer título mundial de 125 centímetros cúbicos, con una Honda. Sólo el experimentado italiano Stefano Perugini puso en aprietos a aquel chaval que se convertía en el español más precoz en proclamarse campeón mundial, con 18 años y 13 días, y en el segundo de la historia, tras el italiano Loris Capirossi, campeón en 1999 de la misma cilindrada con 17 años y 165 días. En el podio «lloró como un niño», como decía su madre en un famoso anuncio de televisión en el que intervenía junto a su hijo.
Sin apenas tiempo para celebrar el título, seis días después vino lo inesperado, y más en un piloto tan seguro, que consigue una perfecta simbiosis con su moto, como si se tratara de una sola pieza. En la octava vuelta de los entrenamientos libres del circuito australiano de Phillip Island, penúltimo gran premio del campeonato, cuando iba a 170 kilómetros por hora, en lugar de «negociar» la curva (como se dice en el argot) y dirigirse hacia la derecha, se fue hacia la izquierda, golpeándose con los dos pies por delante contra el muro de protección, que estaba demasiado cerca (ese mismo año se modificó la distancia). En el impacto se fracturó los dos tobillos y el astrágalo de la pierna izquierda.
Los médicos le aconsejaron que se operara en Cowes, la población más cercana e importante, pues si era trasladado a España podía sufrir una necrosis. Pero el aparato de rayos X no funcionaba, y finalmente fue trasladado al Alfred Hospital de Melbourne, donde le colocaron dos tornillos en el maléolo derecho y cuatro en el izquierdo, porque el astrágalo es un hueso húmedo y blando, lleno de cavidades por las que fluye la sangre. Los pesimistas dijeron que no volvería a andar con normalidad, y mucho menos a correr, pero desconocían la fuerza de voluntad de Dani
El accidente de 2003 no frenó su progresión
Después de permanecer una semana en la UCI en Melbourne regresó a España. Por delante, cinco semanas de inmovilización y cuatro meses de rehabilitación y preparación física, que llevó a cabo en la Residencia Blume del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona), con sesiones de ocho horas diarias, supervisadas por su preparador físico, Daniel Suñé. La superación de aquel trance fortaleció aún más su natural fuerza de voluntad
Regreso a lo campeón
Nadie daba crédito a lo que se vio en Valencia: poco antes de iniciarse la temporada 2004, Pedrosa se subió de nuevo a una moto, esta vez una 250, para comprobar qué sensaciones tenía. Era volver a empezar, de cero, y además,
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