BOTELLA AL MAR PARA EL DIOS DE LAS PALABRAS.
Enviado por olguitav22 • 27 de Febrero de 2015 • 357 Palabras (2 Páginas) • 277 Visitas
BOTELLA AL MAR PARA EL DIOS DE LAS PALABRAS
La lectura nos habla en si sobre la gran variedad de palabras que existen en el mundo, de las cuales muchas se refieren a la misma cosa u objeto, ya sea en diferente lengua, idioma o simplemente diversos regionalismos y palabras que la misma humanidad inventa o trasforma, y con tantas palabras existentes llegamos a confundir y olvidar cuál pertenece a qué idioma o lengua y qué significa, pero en realidad da más énfasis al poder que las mismas palabras han ido adquiriendo o que nosotros les hemos otorgado con el paso de los años. Cómo un simple “¡cuidado!”, un ¡te amo! o un lo siento, puede cambiar de inmediato un acto, un pensamiento o un sentimiento en una persona, ese es el poder de las palabras que llega quizá hasta el punto de influir en nuestras propias decisiones, Gabriel Gracia Márquez nos dice que hay que liberar la lengua de sus fierros normativos, que simplifiquemos la gramática, deshaciéndonos de tantas palabras que no nos hacen falta, y que con ello también jubilemos la ortografía, lo cual sería dejar de acentuar palabras según las reglas ortográficas, dejar de usar signos de puntuación y remontarnos a los tiempos de las esdrújulas: váyamos, muéramos, cómamos, etc. Pero ahora yo digo, que la palabra es la fuente de comunicación más eficaz que tenemos, la extensa variedad existente nos sirve para tener distintas formas de expresar lo que pensamos y sentimos ante la sociedad, porque sería muy tediosos estar repitiendo lo mismo cada vez que hablemos. Sobre simplificar la gramática estoy en desacuerdo, al contrario debemos extender cada vez más nuestro vocabulario, claro que con palabras concretas que digan más allá de sus letras. Y por último también tengo inconformidad en la idea de jubilar la ortografía porque entonces todo perdería el sentido, sería difícil entender la idea que plantean los escritores, ya que sin signos de puntuación, admiración, interrogación, etc., cada lector entendería de distinta manera y le daría el sentido que quisiera, no se podría percibir el sentimiento, el interés, o el fin con el que el autor escribió aquel escrito.
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