Biografía De Andrés Bello

Andrés Bello

Nació en Caracas, el 29 de noviembre de 1781. Hijo de Bartolomé Bello y Ana Antonia López, primogénito entre ocho hermanos, descendía de una familia rica en cultura (su abuelo Juan Pedro López fue uno de los pintores más destacados del siglo XVIII) pero desprovista de bienes de fortuna.

Fue un prodigio intelectual: cuando apenas cumplía 15 años, traducía ya del latín el quinto libro de la Eneida. Un año más tarde iniciaba estudios en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, y antes de obtener el título de bachiller en artes en el año 1800 y comenzar a estudiar las carreras de Derecho y Medicina, hallaba el tiempo necesario para dictar clases particulares (entre otros, a un joven mantuano tan solo tres años menor que él: Simón Bolívar), acompañar a Alejandro de Humboldt en su exploración científica a la cima del Ávila y ser participante activo de las tertulias literarias de los Ustáriz. Hablaba correctamente francés e inglés y además poseía la habilidad de hacer versos, lo que le ganó el título de “El cisne del Anauco”.

El 19 de Abril de 1910 Bello ocupaba el cargo de secretario civil de la Junta de Vacuna, luego de haberse desempeñado con honores desde 1802, como oficial segundo de la Secretaría de la Capitanía General de Venezuela.

Mientras su generación se veía arrastrada por la guerra, él se mantuvo firme en su vocación intelectual.

El 10 de junio de 1810 se dirigió a Londres, ya que había sido asignado por la Junta de Caracas para trasladarse a esa ciudad en misión diplomática para asegurarle a Venezuela el respaldo y el reconocimiento diplomático de Inglaterra. Allí permaneció hasta 1929, entre muchas penurias económicas, pero también una sólida formación académica.

En la capital británica se relacionó con personalidades de la vida política y científica, así como con intelectuales españoles que se encontraban exiliados. Durante ese tiempo estudió y aprendió la lengua griega.

Posterior a la caída de la república en 1813, se vio sometido a más problemas económicos; infructuosamente intentó obtener cargos públicos sin éxito alguno. En 1821 enviudó de María Ana Boyland, con quien se había casado en 1814, quedándose solo con tres hijos y una profunda crisis; solo sus conocimientos le evitaron la ruina.

Fue escalando nuevos cargos y el 24 de febrero de 1824 contrajo nuevas nupcias con Isabel Antonia Dunn; ese mismo año fue nombrado secretario de la legación neogranadina en Bogotá; dos años más tarde fue elegido miembro de número de la Academia Nacional de Bogotá y en 1828 fue designado cónsul general de París, con la advertencia que debería trasladarse a Lisboa, Portugal, una vez establecidas las relaciones diplomáticas con este país. Esto no llegó a cumplirse ya que ese mismo año tomó la decisión de marcharse con su familia a Santiago de Chile.

Durante su estadía

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