CASIUS

Estamos en 1866 y San Petersburgo la ciudad imperial de Rusia se ha convertido en un lugar de abismales diferencias; conviven allá la más esplendida majestuosidad y la miseria más denigrante en esta situación es común que surja el descontento entre los menos favorecidos, por ejemplo en el apuesto y sobresaliente estudiante Rodión Raskólnikov; si pudieran ver su habitación del tamaño de una alacena, sus míseras ropas si pudieran observar que a pesar de su belleza un halito de enfermedad se ha impregnado en su rostro, si pudieran observarlo personalmente entenderían que algo más allá que la extrema pobreza lo tortura; es la falta de esperanzas. Cansado de los sacrificios que hace su madre por enviarle dinero, cansado de ganar miserias, se pregunta una y otra vez- habrá manera de salir de este agujero o debo conformarme con este destino- mientras tanto es necesario sobrevivir es necesario comer; por eso nuestro Rodión se ve obligado a empeñar con la vieja usurera Aliona Ivanovna un anillo que perteneció a su hermana, ahí quedaría en incidente si no fuera porque a las pocas horas rodia escucho una peculiar conversación entre dos estudiantes: la vieja es avara, mezquina, perversa, ojala que existiese el valiente que se atreva a desaparecerla y quitarle todo a esa mujer acaba de surgir la idea en Raskólnikov luego vienen los planes estos cobran tal intensidad que no dejan espacio para nada mas Raskólnikov abandona los estudios, rechaza toda oferta de trabajo y permanece encerrado en su madriguera evadiendo en lo posible el trato con los demás ya pueden imaginarse que esta situación de soledad es normal que un hombre desesperado; empiece a hablar a solas y en esas encontramos ahora a Raskólnikov mientras lee y relee la carta que acaba de recibir de su adorada madre mi hermana trabajando de institutriz para enviarme dinero, pero que dice que dice aquí su patrón un tal Arcadio Svidrigáilov la ha querido violentar hijo mío, y la esposa de arcadio se ha enterado y la ha querido despedir – Es en este estado de tensión que Raskólnikov toma su abrigo y sale a caminar por las tumultuosas y decadentes calles de su barrio, se le ve caminando casi sin rumbo; cargado de frustración, asustado, enfermo, agitado; para tranquilizarse Raskólnikov entra a una taberna, sentado en el rincón más apartado, pide una cerveza; un borracho ha fijado toda su atención en el joven y al poco rato decide acercarse, disculpe señor el atrevimiento permítame acompañarlo algo de este borracho despierta el interés de Raskólnikov, mas su ropa desgastada, sucia, rota, es la intensa angustia de este hombre tan parecida a la de rodia soy Marmeládov funcionario público sepa usted señor que me he bebido hasta las medias a pesar de tener una mujer enferma con tuberculosis, tres hijos pequeños muertos de hambre y de frio han sido tanta las suplicas de mi mujer, tanta su desesperación que mi hija mayor de un primer matrimonio se llama Sonia, mi

...