CHECO Y CAMI

CHECHO Y CAMI

EPISODIO 2

No sé por qué Checho se enredó tanto para decir algo tan fácil.

Yo lo diré más simple. Me llamo Camila y todos me dicen simplemente Cami. ¿Ven lo sencillo que era? A mí no me preocupa cómo podría llamarme.

Lo que me preocupa es otra cosa: no me gusta mucho mi nombre.

Claro que eso era sobre todo antes. Ahora ya me he acostumbrado.

¿Que por qué no me gusta? Muy fácil: porque es nombre de niño.

Sí, yo sé que no hay ningún niño que se llame Camila. Pero conozco a muchos niños que se llaman Camilo.

A veces creo que lo que pasó es que mis papás querían tener un hijo que se llamara Camilo. Y, como yo no nací varón, entonces les tocó ponerme el único nombre que habían pensado, sólo que con A, para que no me fueran a confundir con un niño.

¿Ahora si entienden por qué no me gusta?

¿Por qué a las niñas nos tienen que poner nombres de niños?

¿Es que, acaso, los papás siempre prefieren tener un niño varón en vez de una niña mujer?

Creo que sí, que eso es precisamente lo que ocurre.

El otro día conversé con una amiga, Daniela, y pensaba lo mismo que yo. Y a lo mejor eso también es lo mismo que le pasa a Antonia y a Enriqueta… y a muchas otras.

¿Ven? A nadie se le ocurre ponerle a un niño Carolino, o Natalio, o Adriano o Marcelo. ¿Por qué será eso?

A veces creo que es porque, en este mundo, todos los privilegios son para los hombres.

¿Y las mujeres qué? ¿¡Ah…!? ¿No dicen que tenemos los mismos derechos?

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