CRONICA SOBRE UN VIAJE

Paseo Frustrado

Hace 10 años en el mes de agosto, cuando yo tenía 6 años, mi madrina vino a Colombia a visitarnos y pasar unas vacaciones en familia, tres días después de que ella llegara de Estados Unidos, viajamos a Pereira, con mi mama, mi tío, mi primo, mi madrina y yo.

Llegamos a una de las casas de mis tías. En esos días fuimos al parque, a lugares turísticos de la ciudad y salíamos a caminar para conocer la ciudad. La pasamos muy bien. Mi madrina nos preguntó que en dónde se podía alquilar una cabaña que tuviera piscina y donde todos nos sintiéramos bien. Hubo muchas opciones. De ellas salieron 3 tal como ella quería, pero mi tía Martha le dio por meter la cucharada, ella dijo que se podía en la finca de su esposo ya que había cerca piscina y lugar donde nos pudiéramos sentirnos bien. Mi madrina acepto. Al otro día nos levantamos muy temprano y nos fuimos todos muy contentos al terminal de transportes de la cuidad. 

Emprendimos el viaje hasta Manizales. Cuando llegamos, mi tía Martha nos dijo que había que rentar un jeep, ya que nadie va por allá muy seguido. Todos nos miramos impresionados; rentamos el jeep y nos llevó hasta allá. En el camino el conductor le preguntó a mi tía que si nos recogía en cinco días ya que por allá…. Por la ruta había mucha trocha, ya que el recorrido era muy largo. Cuando llegamos, oh sorpresa, todo lo que imaginábamos estaba muy lejos de todo lo que nos habían dicho; con decir que no nos queríamos bajar del jeep, nos queríamos devolver. Mi madrina nos animó y tratamos de cambiar la actitud.

Llegamos a hacer aseo. Mi mamá pregunto qué en donde estaban las camas. Estaban debajo de la casa y todas quedaban en la misma habitación.  Allí estaba oscuro y se sentía una sensación horrible y aparte de eso nos encontramos con arañas, lagartijas y ratas; en pocas palabras nos sentíamos secuestrados, por el aspecto de la finca. Cuando nos acostamos nos empezó a picar todo el cuerpo, no dormimos y el aburrimiento era cada vez mayor.

El primer día solo fue aseo en la casa todo el día, el segundo fue tipo descanso, y yo jugaba con mis primos a futbol o lo primero que se no ocurriese. Al tercer día decidimos ir a un río que quedaba cerca “supuestamente”. Nos levantamos temprano, alistamos todo y nos fuimos hacia allá. Pasaron dos horas y nada que llegábamos. Había mucha piedra, el camino era muy estrecho y teníamos mucho calor. Cuando íbamos llegando encontramos un balneario, con toda la gente disfrutando, en la piscina y el restaurante y al lado estaba el rio. Descansamos como 1hr y otras 3 horas para volver a la finca. Nos devolvimos por la carretera esperando que alguien nos llevara o nos dejara cerca; pero nadie pasó nos tocó irnos a pie. Llego el último día de estar allá y no veíamos la hora de irnos. El señor del jeep llegó a medio día y…. Volvimos a Pereira y a los dos días nos fuimos para Bogotá.

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