Canillitas
Enviado por ptolomeo2000 • 8 de Diciembre de 2012 • 5.616 Palabras (23 Páginas) • 341 Visitas
Acto único
CUADRO PRIMERO
Una habitación de pobrísimo aspecto con una cama grande de hierro, una cómoda desvencijada, dos sillas, braseros y ollas en un rincón. Debajo de la cama un baúl. Hacia el centro una máquina de coser y cerca de ella un catrecito donde yace ARTURO, el niño enfermo.
ARTURO y CLAUDIA
CLAUDIA. -(Sentada, cosiendo en la máquina.) Ahora no más viene Canillita... ¡Sí, hijo!... ¡Es un pícaro, un bandido! ¡Miren que no venir pronto a jugar con su hermanito! ¡Cuando vuelva le voy a sacudir unos coscorrones! ¡Pero estése quieto, no se destape que eso le hace nana!... ¡Qué demontres de criatura! (Se levanta y va hacia la cama arreglando cuidadosamente las cobijas) Así, así... ¡Ajá!... ¡Bien tapadito el nene!... Si se está quietito, sudará bien y mañana podrá salir al patio a jugar con los muchachos... Sí; muchos juguetes le voy a comprar. ¡Y un trompo también!... Pero no se mueva, ¿eh?... ¿Un beso? ¡Veinte hijito!... Bueno; ¿me promete que va a ser buenito? ¿Que se va a estar quietito? (Lo besa y vuelve a coser afanosamente. Oyese la voz de Canillita que se acerca cantando un aire criollo conocido.) ¡Ahí está ese pícaro!...
Dichos y CANILLITA
CANILLITA. -Buenos días.
Música
Soy Canillita,
gran personaje,
con poca guita
y muy mal traje;
sigo travieso,
desfachatado,
chusco y travieso,
gran descarado;
soy embustero,
soy vivaracho,
y aunque cuentero
no mal muchacho.
Son mis amigos
Pulga y Gorrita,
Panchito Pugos,
Chumbo y Bolita
y con ellos y otros varios
mañana y tarde
pregonando los diarios
cruzo la calle
y en cafés y bares
le encajo a los marchantes
diarios a mares.
Me tienen gran estrilo
los naranjeros
pues en cuanto los filo
los caloteo;
y a los botones
les doy yo más trabajo
que los ladrones.
A mí no hay quien me corra
yo le garanto.
Deshago una camorra
con tres sopapos
y al más manate
le dejo las narices
como un tomate.
Muy mal considerado
por mucha gente
soy bueno, soy honrado
no soy pillete
y para un diario
soy un elemento
muy necesario.
CANILLITA. -Pero, ¡la pucha que hace frío!... ¡Brr!... ¡Brr!... ¡Zás! ¡Arturito! ¿Todavía estás enfermo?... ¿Que sos pavo!... ¡Te hubieras ganado cincuenta centavos hoy!... ¡Se vendían como agua los diarios!... (Va hacía la cómoda y revuelve afanosamente.) Y... ¿no hay nada hoy?...
CLAUDIA. -¿Qué buscas?
CANILLITA. -¿Que no hay nada pa bullonear?...
CLAUDIA. -¡Sí, cómo no! ¡Por bien que te has portado! ¡Hemos de estar a las órdenes del señorito!... ¡No faltaba más!... ¿Por qué no viniste anoche? ¿Qué has andado haciendo?
CANILLITA. -¡Zamba!... ¡Menos mal! (Se vuelve mordiendo un trozo de pan.) ¿Qué decía, doña?
CLAUDIA. -¿Dónde has pasado la noche?
CANILLITA. -¿Que dónde estuve anoche?... ¡Farreando! ¡Fío!... ¡Qué farra!... ¡Corno era domingo y no había diario, nos juntamos con Chumbo, el Pulga, la Pelada, Gorrita y una punta más!... Güeno, ahí nos juntamos con otra patota y agarramos pa los diques que se iba un vapor pa Uropa... ¡Qué lindo ché!... El tanaje así amontonado, mujeres, pebetes, gringos, viejos... ingleses, baúles, loros... ¡ qué sé yo! ¡Vieras qué risa!... El Poroto que es un desalmado, empezó a titear a un tano viejo que se llevaba como veinte cotorras pa la familia en una jaula y el gringo a estrilar... ¡Un de repente el vapor toca pito y los emigrantes se atropellan por los tablones tirando los baúles, colchones, sillas de paja... «No se apuren no se apuren»!... gritaban los empleados. ¡Y los gringos nada!... Como locos ganaban el vapor... ¡Y quién te dice que al viejo se le quedan las cotorras olvidadas!... Y no se animaba a bajar del buque. «Si me da un cinco se la alcanzó», le gritó el Poroto... El viejo le tiró el níquel, y cuando le iba a alcanzar la jaula, un loro le clava el pico en un dedo; Poroto da un grito y... ¡zás!... la jaula al agua con todas las cotorritas... ¡Qué cosa! Güeno, después nos juntamos con Martillo, Gorrita y nos fuimos a dormir a la fonda.
CLAUDIA. -¡A la fonda!...
CANILLITA. -Sí, a la fonda de los muchachos allí en una obra de la calle Cangallo... con camas de piedras...
CLAUDIA. -Donde van a jugarse la plata, ¿no?... ¿A que no traes ni medio?
CANILLITA. -¡Ni medio!... ¿Y a mí qué?... Pa eso lo gano y es mía, bien mía, ¿sabe?... Si he de estar trabajando como un burro pa pagarle las copas a ese... atorrante, vale más que me lo juegue... Lo mismo me han de maltratar trayendo que no trayendo un centavo a casa.
CLAUDIA. -¡Estás muy gallito!... ¡Me parece que te anda queriendo el cuerpo!...
CANILLITA. -¡Ja, ja, ja!... ¡No crea, rubio! ¡Macana que le han contado!
CLAUDIA. -¡Muchacho!
CANILLITA. -¡Yo he dicho que a mí no me van a poner más la mano encima!... ¡Ni usted ni el tipo ése!...
CLAUDIA. -(Irritada.) ¿Que no? ¡Vas a ver!... (Se levanta y va hacia Canillita, que huye alrededor de los muebles golpeándose la boca y haciéndole burla. Lo alcanza y empieza a golpearlo.) ¡Toma! ¡Sinvergüenza!... ¡Perdido!...
ARTURO. -(Incorporándose suplicante.) ¡No!... ¡No!... ¡Mamá!... ¡No le pegue a Canillita!...
CLAUDIA. -(Estrujándole con violencia.) ¡Bandido!... ¡Trompeta!... ¡Yo te voy a enseñar!...
Dichos y Don BRAULIO
D. BRAULIO. -(Separándolos.) ¡Señora, por Dios!... ¿Por qué le pega a esa pobre criatura?...
CLAUDIA. -¡Es muy sinvergüenza!...
CANILLITA. -(Llorisqueando.) ¡Sí!... ¡sinvergüenza!... ¡De vicio no más me pega! ¡Yo no le he hecho nada, don Braulio, por ésta!... Es que me tiene estrilo por culpa de ese compadrón que vive con ella.
CLAUDIA. -¡Tu padre!
CANILLITA. -¿Mi padre?... ¡Si se afeita!... ¡Mi padre, un atorrante que vive de la ufa!... ¡Mi padre un sinvergüenza que se hace mantener por mí y por ella y hasta por esa criatura que apenas camina. (Ve a Arturito que continúa de pie sobre la cama y va hacia él.) ¡Ese no es mi padre, no puede ser padre de nadie!... Ese... ¡es un canalla!... (Se enjuga las lágrimas.) ¡Sí, señor don Braulio! ¡Yo no me he quejado nunca: pero en esta casa por culpa de ese sarnoso, me tienen como pan que no se vende. ¡Canillita,
...