Carmen y el ridículo buenista Comentario Crítico

Comentario crítico sobre “Carmen y el ridículo buenista” escrito por Rubén Amón en el diario El País el 10 de enero del presente año. (Asignación #2)

“Carmen y el ridículo buenista” es una crítica de Rubén Amón (escritor y periodista actual del diario español El País) a la ópera estrenada en Florencia titulada Carmen, la cual tiene un final distinto al original escrito por Georges Bizet.

La obra de teatro original fue escrita por Mérimée. Bizet fue quien le dio vida musical y la convirtió en una ópera. La misma cuenta la historia de amor entre Carmen y el cabo Don José. En su desenlace es Carmen quien muere asesinada por su amante. Ahora, es ella quien asesina a Don José con una pistola. Carmen de Bizet es considerada a nivel histórico y artístico una obra magistral y/o un clásico.

“El ridículo buenista” representa a Leo Muscato, director italiano “irresponsable” (según el periodista) por cambiar el final del clásico de la ópera. La palabra buenismo tiene origen histórico despectivo y la DRAE la aceptó el año pasado para explicar movimientos en pro a los desfavorecidos en algún aspecto político y social. En este caso, Amón denomina así a Muscato porque intenta reivindicar a la mujer con su final feminista, pero a la vez lo tilda de ridículo puesto que piensa que la violencia de género requiere de soluciones y cambios, y éstos no van a surgir modificando del final de una obra clásica. En lo personal, creo que el feminismo no se alimenta de la sangre derramada por algún hombre. Por este mismo motivo, el periodista de El País no considera a la nueva obra como un escándalo sino como una muestra de ignorancia por parte de quien la modificó.

Por otra parte, los clásicos admiten opiniones mas no toleran cambios radicales en su forma por la moral actual de algunos, explica el escritor. Si se toma tan a la ligera aquello de faltarle el respeto a los autores de las obras originales, posiblemente los próximos proyectos teatrales sólo traigan más represión a la libertad total del arte que ha brindado siempre el teatro. Si se siguen aplaudiendo absurdos como la Carmen de Florencia, no deberíamos extrañarnos cuando las obras de Shakespeare sean también cambiadas para llevar mensajes sanos a la sociedad, cuando en realidad lo que este genio quiso demostrar sobre el escenario fue, entre otras cosas, la ferocidad de las pulsaciones humanas.

En conclusión, aunque Rubén Amón menciona repetidas veces al feminismo, se debe entender que la crítica no está dirigida hacia algún movimiento de este estilo sino que va directamente a atacar la falta de respeto por el arte clásico. Apoyo sus argumentos, el teatro fue creado para dar vida a todos aquellos sentimientos que pueden representarse en una obra más allá del moralismo y lo que se considere correcto política y socialmente.

Universidad Simón Bolívar.

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