Castellano
Enviado por mazon • 24 de Octubre de 2013 • 395 Palabras (2 Páginas) • 216 Visitas
Las interrupciones momentáneas, repeticiones, incoherencias y divagaciones: esto...; claro que...; ¡porque sí, porque lo digo yo!
Las palabras comodín (que sirven para referirse a conceptos muy distintos), como cosa, cacharro, y el uso genérico de verbos como haber, hacer o tener.
Las muletillas, palabras que se repiten por hábito, costumbre, etc.: bueno, eh, ¿no?
Las locuciones (grupos de palabras), los refranes o las frases hechas: tela marinera; de tal palo, tal astilla; echar la primera papilla.
Las expresiones exclamativas e interrogativas: ¡qué me cuentas!, ¿vienes o no?
Las incorrecciones lingüísticas, como la pérdida de la -d- intervocálica del participio: comío; el uso del infinitivo por el imperativo: seguir, seguir así...; o el apócope (eliminación de sonidos) de ciertas palabras: *na por nada, *pa por para.
Los errores de concordancia, las frases sin terminar: si yo te contara...
Las metáforas coloquiales: alucinar, echar chispas.
Los sufijos diminutivos o aumentativos, y las intensificaciones: poquito, cachito; mogollón; ser algo la repera o una auténtica maravilla.
Las fórmulas de apertura o cierre de la conversación: ¿qué tal?, hasta pronto; y las de transición: y tal, y ya está, y punto.
Las fórmulas expresivas para mostrar conformidad, desacuerdo, enfado, etc.: por supuesto, desde luego; ¡qué va!, de ningún modo; ¿qué se ha creído?
Las interrupciones momentáneas, repeticiones, incoherencias y divagaciones: esto...; claro que...; ¡porque sí, porque lo digo yo!
Las palabras comodín (que sirven para referirse a conceptos muy distintos), como cosa, cacharro, y el uso genérico de verbos como haber, hacer o tener.
Las muletillas, palabras que se repiten por hábito, costumbre, etc.: bueno, eh, ¿no?
Las locuciones (grupos de palabras), los refranes o las frases hechas: tela marinera; de tal palo, tal astilla; echar la primera papilla.
Las expresiones exclamativas e interrogativas: ¡qué me cuentas!, ¿vienes o no?
Las incorrecciones lingüísticas, como la pérdida de la -d- intervocálica del participio: comío; el uso del infinitivo por el imperativo: seguir, seguir así...; o el apócope (eliminación de sonidos) de ciertas palabras: *na por nada, *pa por para.
Los errores de concordancia, las frases sin terminar: si yo te contara...
Las metáforas coloquiales: alucinar, echar chispas.
Los sufijos diminutivos o aumentativos, y las intensificaciones: poquito, cachito; mogollón; ser algo la repera o una auténtica maravilla.
Las fórmulas de apertura o cierre de la conversación: ¿qué tal?, hasta pronto; y las de transición: y tal, y ya está, y punto.
Las fórmulas expresivas para mostrar conformidad, desacuerdo, enfado, etc.: por supuesto, desde luego; ¡qué va!, de ningún modo; ¿qué
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