Comoo se da el Cuento de Terror "El Dedo"
Enviado por Pedro García • 28 de Febrero de 2018 • Tarea • 405 Palabras (2 Páginas) • 279 Visitas
EL DEDO
Don Jorge y don Juan estaban trabajando muy duro, cargando bultos, haciendo mezcla, etc. Mientras hacían todo eso caía la noche, pronto, se encontaron solos los dos, hacía un frio horrible que le calaban los huesos…
- ¡Hay compadre! - dijo don Jorge - ¡Ya se hizo de noche! ¡Y no tengo transporte! ¡Mi esposa se va a preocupar! ¡Como le voy a hacer!
- ¡Yo lo llevo compa, no se preocupe! – le respondió don Juan
Los dos se fueron en la camioneta, después de un tiempo el frio se hizo más y más intenso. A lo lejos se veía una sombra, no se distinguía muy bien pero parecía una persona
- ¿Qué será eso compa?
- ¡Es una señora!
Rápidamente los dos se bajaron del coche y efectivamente era una señora, chaparrita con una expresión de miedo, con harapos y tenía una catarata en un ojo.
- ¡Señora! ¿Por qué anda tan tarde por aquí?
- Nada hijito, salí a caminar pero me ganó la oscura noche
- Si quiere la llevamos a su casa
- Está bien, pero es donde ustedes estaban trabajando, más adelante
Pero ¿cómo sabía que trabajamos ahí? Se preguntaron los dos señores; cuando apenas se estaban subiendo la señora ya estaba en el coche. Conducían y conducían pero no veían que avanzara, solo veían a oscura, fría y tenebrosa carretera del pueblo, además árboles sin hojas y muy secos.
Vieron que la señora tenía las manos de muñeca de porcelana cerradas, de pronto la señora empezó a hablar:
- Mi hijo, ¡Hay Dios mi hijo!
- Ahora señora ¿Qué le pasó a su hijo? - Dijo don Juan un poco raro, porque sentía que algo lo hacía hablar
- ¡Deje de estar de preguntón compa Juan!
- ¡No te preocupes mijito!¡Hay mi niño era muy ambicioso, yo le di todo! – dijo llorando – verán, mi marido me había dado un anillo con un diamante incrustado; murió mi esposo y mi hijo quería ese anillo; yo nunca me lo quitaba y como cortaba leña tenía mi acha bien afilada, así que una noche yo estaba durmiendo y sentí que alguien se acercaba, me desperté rápido y le dije: ¨¡Nunca, pero nunca lo tendrás!¨ Mi niño asustado dijo: ¨¡Pues si no lo tengo, tú tampoco lo tendrás!¨ y me cortó mi dedo, ¡pero jamás lo logró sacar de mi dedo
- ¡Hay señora!
- ¡Hay mi dedo! – y se comenzó a sobar y sobar – los dos compadres se fueron acercando más y más, más y más - ¡Mi dedo!,¡Mi dedo!, ¡Mi dedo!...
¡TÚ LO TIENES!
...