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Comunidades Orales Y Comunidades Escritas


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2012  •  1.972 Palabras (8 Páginas)  •  626 Visitas

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Comunidades orales, comunidades escritas

Hasta mediados del siglo XX los especialistas en la Ilíada no contemplaron la posibilidad de que esta obra pudiera ser el resultado de la recolección de narraciones orales transmitidas y conservadas gracias al uso de la memoria. Después de realizar estudios juiciosos investigadores como Eric A. Havelock (1994) llegaron a la conclusión (revisada posteriormente por excesiva) de que esta obra se basa en un componente absolutamente oral, es decir, que ha sido creada por una comunidad que la reconstruyó durante varias generaciones a través de transmisiones orales y que luego fue plasmada en el papel por alguien que conocía la escritura. Este es un proceso complicado que difícilmente podríamos comprender o imaginar, acostumbrados como estamos a manifestarlo todo por escrito, y que, sin embargo, todavía permanece en comunidades que no tienen acceso a la escritura y se valen de la oralidad como el mejor recurso para recuperar su pasado o para transmitirlo a las generaciones posteriores, bien sea porque no existen los medios materiales para acercarse a la escritura o porque la comunidad no se interesa en emplearla como medio básico de comunicación y de aprendizaje.

Gracias a los estudios centrados en las tensiones entre comunidades orales y escritas, en los imaginarios que éstas construyen a partir del uso reiterado de una particular forma de expresión, en las estrategias comunicativas, el uso recurrente de la gestualidad y la importancia del sonido y de la memoria -dependiendo de las necesidades, del contexto comunicativo y de la concepción de mundo e individuo que ha interiorizado la comunidad-, se han podido comprender y explicar las razones de la diferencia -no sólo a nivel comunicativo- entre comunidades orales y escritas, anteriormente pensadas, desde la perspectiva de los letrados, en relaciones de superioridad e inferioridad mental. Así como para algunas comunidades indígenas quienes forman parte de la cultura occidental son los hermanos menores, para algunos miembros de las "ciudades letradas" quienes no forman parte de éstas son seres con pocas posibilidades de experimentar procesos intelectuales "superiores".

En contextos en los que existen fuertes tensiones entre comunidades orales y escritas es difícil establecer contactos comunicativos que satisfagan a ambos grupos debido a que cada colectividad concibe la comunicación de acuerdo con la preminencia que le conceda a una determinada forma de expresión. Cada individuo asumirá una manera de entender y de interpretar algunas particularidades de sí mismo, del mundo y de los otros y optará por promover y preservar de manera casi automática, como algo natural, los valores de la colectividad en la que nació o permaneció la mayor parte de su vida.

Existen dos formas de comunicación y asociadas a éstas dos maneras particulares de entender y de explicar el mundo: de hombre a hombre, como dos individualidades relativamente autónomas y del hombre en comunión con la naturaleza, como parte de un proyecto que debe realizarse. La primera concepción es la de las comunidades letradas en general, la segunda es la predominante en las comunidades orales. El símbolo que mejor sintetiza la visión de mundo de las comunidades orales es el círculo, el eterno retorno de las ideas y las acciones de la comunidad, orientadas casi siempre hacia la preservación de valores como el orden, la continuidad, la tradición y la memoria. El símbolo que mejor sintetiza la visión de mundo de las comunidades letradas es la flecha, que representa la evolución, el proceso incesante en busca de transformaciones contundentes; este símbolo se puede relacionar con los avances intelectuales y representa no tanto los beneficios comunitarios como la trascendencia del ser a través del conocimiento y la reflexión de sí mismo y del mundo.

Si se piensa en la contraposición entre el círculo y la flecha como símbolos que sintetizan la visión de mundo de las culturas orales y las escritas no es difícil observar cómo la alfabetización y la erudición no garantizan la constitución de una configuración mental de comunidad letrada, en el proceso se involucran aspectos sociales e históricos mucho más complejos que la simple alfabetización.

Para los miembros de las comunidades orales la escritura expresa mensajes directos y unívocos en los que ni la reflexión ni la interpretación juegan un papel fundamental, para ellos el cosmos es un suceso progresivo con el hombre en el centro y los textos escritos no les dicen más de lo que pueden expresar los sonidos y las transformaciones de la naturaleza. En este mundo fundamentalmente oral, comunitario, cíclico y predeterminado, opuesto al impreso, individual, lineal y mediado por la voluntad, la narración y el diálogo juegan un papel fundamental como en su opuesto lo juega la lectura, la escritura y la interpretación de textos.

Lectura, escritura e interpretación de textos

La lectura y la escritura son actividades interdependientes, prácticas complementarias y recíprocas, escribir es ejercitar con especial rigor y esmero el arte de la lectura. Para escribir es necesario haber leído antes en una proporción mayor, haber interpretado los textos y encontrado en éstos los argumentos suficientes para ser tenidos en cuenta en el momento de iniciar el proceso de escritura. Los textos son leídos e interpretados dependiendo de la disposición anímica, la edad, las áreas de interés, las experiencias de vida y las lecturas anteriores.

Ser lector se puede convertir en una práctica gratificante siempre y cuando se realice de manera libre y se tengan claros los propósitos que se persiguen: se lee para comprender el mundo, para comprenderse a sí mismo o simplemente para vanagloriarse de ser un gran erudito; cualquiera de las opciones es válida con tal de que el lector obtenga lo que se propone y acepte que al ejercitar esta actividad se está aislando, ya que la lectura y la escritura exigen absoluta soledad para realizarse plenamente.

La lectura es de por sí un actividad placentera cuando se ha convertido en un acto casi natural, la escritura, en cambio, es un proceso mucho más complicado ya que en éste

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