Cruces Sobre El Agua

En esta conjunción de dos palabras, está el empalidecido -o los- personaje, un joven que vivió el abandono de sus progenitores a causa de la precoz partida de su madre, y debe ir a trabajar en el extranjero. El escenario, la odisea o la calvárica condición de los sin papeles, se desarrolla en la ciudad de Murcia, España a donde José Hipólito (el protagonista) ha emigrado en busca de trabajo. Sin embargo, los recuerdos de la familia y la tierra que dejó atrás pesan de manera determinante en el personaje.

"La memoria y los adioses" es la evocación de la vida que con esta novela corta, Juan Valdano ha iniciado una nueva temática en la novela ecuatoriana, la "novela de la emigración".

La acción de "La memoria y los adioses" juega con el tiempo y el espacio. El proceso novelesco se desarrolla mientras dura un corto viaje en tren que realiza el personaje de Murcia a Lorca, lugar donde trabaja José Hipólito en calidad de obrero agrícola. El relato se abre cuando se inicia el viaje y al llegar a la última página, no solo concluye la lectura del libro sino también el viaje.

El desarraigo

En otro aspecto hay que anotar los autores ecuatorianos que se atrevieron con la "nouvelle" son pocos: José de la Cuadra, Pablo Palacio, Arturo Montesinos Malo, Abdón Ubidia, Marco Antonio Rodríguez. A esta selecta lista se incorpora el nombre de Juan Valdano con "La memoria y los adioses". Su autor aborda aquí la temática del desarraigo provocado por la emigración a países lejanos. Sin embargo, los recuerdos de la familia y la tierra que dejó atrás pesan de manera determinante en el personaje. "La memoria y los adioses" es una sentida evocación de la vida que con esta novela corta, Juan Valdano ha iniciado una nueva temática en la novela ecuatoriana, la "novela de la emigración".

Retrocede en el tiempo

El relato se abre cuando se inicia el viaje y al llegar a la última página, no solo concluye la lectura del libro sino también el viaje. Novela cerrada, redonda en su estructura. Mientras se avanza en el espacio, la memoria del personaje retrocede en el tiempo, pues rememora su infancia y adolescencia, su abandono y primeras experiencia eróticas.

Juan Valdano evoca con estilo personal, poético y realista a la vez, la vida cotidiana de nuestra gente; sus esperanza y desfallecimientos, su lucha y sus derrotas, sus pequeñas alegrías y esa melancolía andina -y muy nuestra- que no le abandona.

De formación

El crítico Yanko Molina, con gran acierto, ha catalogado "La memoria y los adioses" como "una novela de formación", pues en ella asistimos al proceso vital del crecimiento del personaje; es decir, se ve al protagonista desde niño, desde sus asombros infantiles, su paulatino conocimiento del mundo, hasta la madurez superada,

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